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Romanos 1
1 Pablo, siervo de Cristo Jesús,
apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios,
2 que había ya prometido
por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas,
3 acerca de su Hijo, nacido del
linaje de David según la carne,
4 constituido Hijo de Dios con poder,
según el Espíritu de santidad, por su resurrección
de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro,
5 por quien recibimos la gracia
y el apostolado, para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre
entre todos los gentiles,
6 entre los cuales os contáis
también vosotros, llamados de Jesucristo,
7 a todos los amados de Dios que
estáis en Roma, santos por vocación, a vosotros gracia y
paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
8 Ante todo, doy gracias a mi Dios
por medio de Jesucristo, por todos vosotros, pues vuestra fe es alabada
en todo el mundo.
9 Porque Dios, a quien venero en
mi espíritu predicando el Evangelio de su Hijo, me es testigo de
cuán incesantemente me acuerdo de vosotros,
10 rogándole siempre en mis
oraciones, si es de su voluntad, encuentre por fin algún día
ocasión favorable de llegarme hasta vosotros,
11 pues ansío veros, a fin
de comunicaros algún don espiritual que os fortalezca,
12 o más bien, para sentir
entre vosotros el mutuo consuelo de la común fe: la vuestra y la
mía.
13 Pues no quiero que ignoréis,
hermanos, las muchas veces que me propuse ir a vosotros - pero hasta el
presente me he visto impedido - con la intención de recoger también
entre vosotros algún fruto, al igual que entre los demás
gentiles.
14 Me debo a los griegos y a los
bárbaros; a los sabios y a los ignorantes:
15 de ahí mi ansia por llevaros
el Evangelio también a vosotros, habitantes de Roma.
16 Pues no me avergüenzo del
Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el
que cree: del judío primeramente y también del griego.
17 Porque en él se revela
la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la Escritura: = El justo vivirá
por la fe. =
18 En efecto, la cólera de
Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;
19 pues lo que de Dios se puede
conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó.
20 Porque lo invisible de Dios,
desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través
de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables;
21 porque, habiendo conocido a Dios,
no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron
en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció:
22 jactándose de sabios se
volvieron estúpidos,
23 y = cambiaron la gloria = del
Dios incorruptible = por una representación = en forma de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles.
24 Por eso Dios los entregó
a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron
entre sí sus cuerpos;
25 a ellos que cambiaron la verdad
de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del
Creador, que es bendito por los siglos. Amén.
26 Por eso los entregó Dios
a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales
por otras contra la naturaleza;
27 igualmente los hombres, abandonando
el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros,
cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos
el pago merecido de su extravío.
28 Y como no tuvieron a bien guardar
el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata,
para que hicieran lo que no conviene:
29 llenos de toda injusticia, perversidad,
codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño,
de malignidad, chismosos,
30 detractores, enemigos de Dios,
ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes
a sus padres,
31 insensatos, desleales, desamorados,
despiadados,
32 los cuales, aunque conocedores
del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas
practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las
cometen.
Romanos 2
1 Por eso, no tienes excusa quienquiera
que seas, tú que juzgas, pues juzgando a otros, a ti mismo te condenas,
ya que obras esas mismas cosas tú que juzgas,
2 y sabemos que el juicio de Dios
es según verdad contra los que obran semejantes cosas.
3 Y ¿te figuras, tú
que juzgas a los que cometen tales cosas y las cometes tú mismo,
que escaparás al juicio de Dios?
4 O ¿desprecias, tal vez,
sus riquezas de bondad, de paciencia y de longanimidad, sin reconocer que
esa bondad de Dios te impulsa a la conversión?
5 Por la dureza y la impenitencia
de tu corazón vas atesorando contra ti cólera para el día
de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios,
6 el cual = dará a cada cual
según sus obras: =
7 a los que, por la perseverancia
en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna;
8 mas a los rebeldes, indóciles
a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación.
9 Tribulación y angustia
sobre toda alma humana que obre el mal: del judío primeramente y
también del griego;
10 en cambio, gloria, honor y paz
a todo el que obre el bien; al judío primeramente y también
al griego;
11 que no hay acepción de
personas en Dios.
12 Pues cuantos sin ley pecaron,
sin ley también perecerán; y cuantos pecaron bajo la ley,
por la ley serán juzgados;
13 que no son justos delante de
Dios los que oyen la ley, sino los que la cumplen: ésos serán
justificados.
14 En efecto, cuando los gentiles,
que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin
tener ley, para sí mismos son ley;
15 como quienes muestran tener la
realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo
su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación
o alabanza...
16 en el día en que Dios
juzgará las acciones secretas de los hombres, según mi Evangelio,
por Cristo Jesús.
17 Pero si tú, que te dices
judío y descansas en la ley; que te glorías en Dios;
18 que conoces su voluntad; que
disciernes lo mejor, amaestrado por la ley,
19 y te jactas de ser guía
de ciegos, luz de los que andan en tinieblas,
20 educador de ignorantes, maestro
de niños, porque posees en la ley la expresión misma de la
ciencia y de la verdad...
21 pues bien, tú que instruyes
a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!,
y ¡robas!
22 Prohíbes el adulterio,
y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!
23 Tú que te glorías
en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios.
24 Porque, como dice la Escritura,
= el nombre de Dios, por vuestra causa, es blasfemado entre las naciones.
=
25 Pues la circuncisión,
en verdad, es útil si cumples la ley; pero si eres un transgresor
de la ley, tu circuncisión se vuelve incircuncisión.
26 Mas si el incircunciso guarda
las prescripciones de la ley ¿no se tendrá su incircuncisión
como circuncisión?
27 Y el que, siendo físicamente
incircunciso, cumple la ley, te juzgará a ti, que con la letra y
la circuncisión eres transgresor de la ley.
28 Pues no está en el exterior
el ser judío, ni es circuncisión la externa, la de la carne.
29 El verdadero judío lo
es en el interior, y la verdadera circuncisión, la del corazón,
según el espíritu y no según la letra. Ese es quien
recibe de Dios la gloria y no de los hombres.
Romanos 3
1 ¿Cuál es, pues,
la ventaja del judío? ¿Cuál la utilidad de la circuncisión?
2 Grande, de todas maneras. Ante
todo, a ellos les fueron confiados los oráculos de Dios.
3 Pues ¿qué? Si algunos
de ellos fueron infieles ¿frustrará, por ventura, su infidelidad
la fidelidad de Dios?
4 ¡De ningún modo!
Dios tiene que ser veraz y = todo hombre mentiroso, = como dice la Escritura:
= Para que seas justificado en tus palabras y triunfes al ser juzgado.
=
5 Pero si nuestra injusticia realza
la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será acaso
injusto Dios al descargar su cólera? (Hablo en términos humanos.)
6 ¡De ningún modo!
Si no, ¿cómo juzgará Dios al mundo?
7 Pero si con mi mentira sale ganando
la verdad de Dios para gloria suya ¿por qué razón
soy también yo todavía juzgado como pecador?
8 Y ¿por qué no hacer
el mal para que venga el bien, como algunos calumniosamente nos acusan
que decimos? Esos tales tienen merecida su condenación.
9 Entonces ¿qué? ¿Llevamos
ventaja? ¡De ningún modo!
10 Pues ya demostramos que tanto
judíos como griegos están bajo el pecado, como dice la Escritura:
= No hay quien sea justo, ni siquiera uno solo. =
11 = No hay un sensato, no hay quien
busque a Dios. =
12 = Todos se desviaron, a una se
corrompieron; no hay quien obre el bien, no hay siquiera uno. =
13 = Sepulcro abierto es su garganta,
con su lengua urden engaños.Veneno de áspides bajo sus labios;
=
14 = maldición y amargura
rebosa su boca. =
15 = Ligeros sus pies para derramar
sangre; =
16 = ruina y miseria son sus caminos.
=
17 = El camino de la paz no lo conocieron,
=
18 = no hay temor de Dios ante sus
ojos. =
19 Ahora bien, sabemos que cuanto
dice la ley lo dice para los que están bajo la ley, para que toda
boca enmudezca y el mundo entero se reconozca reo ante Dios,
20 ya que = nadie será justificado
ante él = por las obras de la ley, pues la ley no da sino el conocimiento
del pecado.
21 Pero ahora, independientemente
de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley
y los profetas,
22 justicia de Dios por la fe en
Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna;
23 todos pecaron y están
privados de la gloria de Dios -
24 y son justificados por el don
de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,
25 a quien exhibió Dios como
instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe,
para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos
anteriormente,
26 en el tiempo de la paciencia
de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser
él justo y justificador del que cree en Jesús.
27 ¿Dónde está,
entonces, el derecho a gloriarse? Queda eliminado.!? Por qué ley?
¿Por la de las obras? No. Por la ley de la fe.
28 Porque pensamos que el hombre
es justificado por la fe, sin las obras de la ley.
29 ¿Acaso Dios lo es únicamente
de los judíos y no también de los gentiles? ¡Sí,
por cierto!, también de los gentiles;
30 porque no hay más que
un solo Dios, que justificará a los circuncisos en virtud de la
fe y a los incircuncisos por medio de la fe.
31 Entonces ¿por la fe privamos
a la ley de su valor? ¡De ningún modo! Más bien, la
consolidamos.
Romanos 4
1 ¿Qué diremos, pues,
de Abraham, nuestro padre según la carne?
2 Si Abraham obtuvo la justicia
por las obras, tiene de qué gloriarse, mas no delante de Dios.
3 En efecto, ¿qué
dice la Escritura? = Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como
justicia. =
4 Al que trabaja no se le cuenta
el salario como favor sino como deuda;
5 en cambio, al que, sin trabajar,
cree en aquel que justifica al impío, su fe se le reputa como justicia.
6 Como también David proclama
bienaventurado al hombre a quien Dios imputa la justicia independientemente
de las obras:
7 = Bienaventurados aquellos cuyas
maldades fueron perdonadas, y cubiertos sus pecados. =
8 = Dichoso el hombre a quien el
Señor no imputa culpa alguna. =
9 Entonces, ¿esta dicha recae
sólo sobre los circuncisos o también sobre los incircuncisos?
Decimos, en efecto, que = la fe de Abraham le fue reputada como justicia.
=
10 Y ¿cómo le fue
reputada? ¿siendo él circunciso o antes de serlo? No siendo
circunciso sino antes;
11 y = recibió la señal
de la circuncisión = como sello de la justicia de la fe que poseía
siendo incircunciso. Así se convertía en padre de todos los
creyentes incircuncisos, a fin de que la justicia les fuera igualmente
imputada;
12 y en padre también de
los circuncisos que no se contentan con la circuncisión, sino que
siguen además las huellas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham
antes de la circuncisión.
13 En efecto, no por la ley, sino
por la justicia de la fe fue hecha a Abraham y su posteridad la promesa
de ser heredero del mundo.
14 Porque si son herederos los de
la ley, la fe carece de objeto, y la promesa queda abolida;
15 porque la ley produce la cólera;
por el contrario, donde no hay ley, no hay transgresión.
16 Por eso depende de la fe, para
ser favor gratuito, a fin de que la Promesa quede asegurada para toda la
posteridad, no tan sólo para los de la ley, sino también
para los de la fe de Abraham, padre de todos nosotros,
17 como dice la Escritura: = Te
he constituido padre de muchas naciones: = padre nuestro delante de Aquel
a quien creyó, de Dios que da la vida a los muertos y llama a las
cosas que no son para que sean.
18 El cual, esperando contra toda
esperanza, creyó y fue hecho = padre de muchas naciones = según
le había sido dicho: = Así será tu posteridad. =
19 No vaciló en su fe al
considerar su cuerpo ya sin vigor - tenía unos cien años
- y el seno de Sara, igualmente estéril.
20 Por el contrario, ante la promesa
divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido
en su fe, dio gloria a Dios,
21 con el pleno convencimiento de
que poderoso es Dios para cumplir lo prometido.
22 Por eso = le fue reputado como
justicia. =
23 Y la Escritura no dice solamente
por él que = le fue reputado, = sino también por nosotros,
24 a quienes ha de ser imputada
la fe, a nosotros que creemos en Aquel que resucitó de entre los
muertos a Jesús Señor nuestro,
25 quien = fue entregado por nuestros
pecados, = y fue resucitado para nuestra justificación.
Romanos 5
1 Habiendo, pues, recibido de la
fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor
Jesucristo,
2 por quien hemos obtenido también,
mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
3 Más aún; nos gloriamos
hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra
la paciencia;
4 la paciencia, virtud probada;
la virtud probada, esperanza,
5 y la esperanza no falla, porque
el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos ha sido dado.
6 En efecto, cuando todavía
estábamos sin fuerzas, en el tiempo señalado, Cristo murió
por los impíos; -
7 en verdad, apenas habrá
quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería
uno a morir -;
8 mas la prueba de que Dios nos
ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió
por nosotros.
9 ¡Con cuánta más
razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él
salvos de la cólera!
10 Si cuando éramos enemigos,
fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta
más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su
vida!
11 Y no solamente eso, sino que
también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo,
por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
12 Por tanto, como por un solo hombre
= entró el pecado en el mundo = y por el pecado la muerte y así
la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;
13 - porque, hasta la ley, había
pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa no habiendo ley;
14 con todo, reinó la muerte
desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron
con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura
del que había de venir...
15 Pero con el don no sucede como
con el delito. Si por el delito de uno solo murieron todos ¡cuánto
más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo
hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos!
16 Y no sucede con el don como con
las consecuencias del pecado de uno solo; porque la sentencia, partiendo
de uno solo, lleva a la condenación, mas la obra de la gracia,
partiendo de muchos delitos, se resuelve en justificación.
17 En efecto, si por el delito de
uno solo reinó la muerte por un solo hombre ¡con cuánta
más razón los que reciben en abundancia la gracia y el don
de la justicia, reinarán en la vida por un solo, por Jesucristo!
18 Así pues, como el delito
de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así
también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificación
que da la vida.
19 En efecto, así como por
la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores,
así también por la obediencia de uno solo todos serán
constituidos justos.
20 La ley, en verdad, intervino
para que abundara el delito; pero donde abundó el pecado, sobreabundó
la gracia;
21 así, la mismo que el pecado
reinó en la muerte, así también reinaría la
gracia en virtud de la justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro
Señor.
Romanos 6
1 ¿Qué diremos, pues?
¿Que debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique?
¡De ningún modo!
2 Los que hemos muerto al pecado
¿cómo seguir viviendo en él?
3 ¿O es que ignoráis
que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados
en su muerte?
4 Fuimos, pues, con él sepultados
por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado
de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también
nosotros vivamos una vida nueva.
5 Porque si hemos hecho una misma
cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo
seremos por una resurrección semejante;
6 sabiendo que nuestro hombre viejo
fue crucificado con él, a fin de que fuera destruido este cuerpo
de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado.
7 Pues el que está muerto,
queda librado del pecado.
8 Y si hemos muerto con Cristo,
creemos que también viviremos con él,
9 sabiendo que Cristo, una vez resucitado
de entre los muertos, ya no muere más, y que la muerte no tiene
ya señorío sobre él.
10 Su muerte fue un morir al pecado,
de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios.
11 Así también vosotros,
consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
12 No reine, pues, el pecado en
vuestro cuerpo mortal de modo que obedezcáis a sus apetencias.
13 Ni hagáis ya de vuestros
miembros armas de injusticia al servicio del pecado; sino más bien
ofreceos vosotros mismos a Dios como muertos retornados a la vida; y vuestros
miembros, como armas de justicia al servicio de Dios.
14 Pues el pecado no dominará
ya sobre vosotros, ya que no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.
15 Pues ¿qué? ¿Pecaremos
porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ningún
modo!
16 ¿No sabéis que
al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle, os hacéis esclavos
de aquel a quien obedecéis: bien del pecado, para la muerte, bien
de obediencia, para la justicia?
17 Pero gracias a Dios, vosotros,
que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón
a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados,
18 y liberados del pecado, os habéis
hecho esclavos de la justicia. -
19 Hablo en términos humanos,
en atención a vuestra flaqueza natural -. Pues si en otros tiempos
ofrecisteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y al desorden
hasta desordenaros, ofrecedlos igualmente ahora a la justicia para la santidad.
20 Pues cuando erais esclavos del
pecado, erais libres respecto de la justicia.
21 ¿Qué frutos cosechasteis
entonces de aquellas cosas que al presente os avergüenzan? Pues su
fin es la muerte.
22 Pero al presente, libres del
pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad; y el fin,
la vida eterna.
23 Pues el salario del pecado es
la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.
Romanos 7
1 ¿O es que ignoráis,
hermanos, - hablo a quienes entienden de leyes - que la ley no domina sobre
el hombre sino mientras vive?
2 Así, la mujer casada está
ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto
el marido, se ve libre de la ley del marido.
3 Por eso, mientras vive el marido,
será llamada adultera si se une a otro hombre; pero si muere el
marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si se
casa con otro.
4 Así pues, hermanos míos,
también vosotros quedasteis muertos respecto de la ley por el cuerpo
de Cristo, para pertenecer a otro: a aquel que fue resucitado de entre
los muertos, a fin de que fructificáramos para Dios.
5 Porque, cuando estábamos
en la carne, las pasiones pecaminosas, excitadas por la ley, obraban en
nuestros miembros, a fin de que produjéramos frutos de muerte.
6 Mas, al presente, hemos quedado
emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados,
de modo que sirvamos con un espíritu nuevo y no con la letra vieja.
7 ¿Qué decir, entonces?
¿Que la ley es pecado? ¡De ningún modo! Sin embargo
yo no conocí el pecado sino por la ley. De suerte que yo hubiera
ignorado la concupiscencia si la ley no dijera: = ¡No te des a la
concupiscencia! =
8 Mas el pecado, tomando ocasión
por medio del precepto, suscitó en mi toda suerte de concupiscencias;
pues sin ley el pecado estaba muerto.
9 ¡Ah! ¡Vivía
yo un tiempo sin ley!, pero en cuanto sobrevino el precepto, revivió
el pecado,
10 y yo morí; y resultó
que el precepto, dado para vida, me fue para muerte.
11 Porque el pecado, tomando ocasión
por medio del precepto, me = sedujo =, y por él, me mató.
12 Así que, la ley es santa,
y santo el precepto, y justo y bueno.
13 Luego ¿se habrá
convertido lo bueno en muerte para mí? ¡De ningún modo!
Sino que el pecado, para aparecer como tal, se sirvió de una
cosa buena, para procurarme la muerte, a fin de que el pecado ejerciera
todo su poder de pecado por medio del precepto.
14 Sabemos, en efecto, que la ley
es espiritual, mas yo soy de carne, vendido al poder del pecado.
15 Realmente, mi proceder no lo
comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco.
16 Y, si hago lo que no quiero,
estoy de acuerdo con la Ley en que es buena;
17 en realidad, ya no soy yo quien
obra, sino el pecado que habita en mí.
18 Pues bien sé yo que nada
bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el
bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo,
19 puesto que no hago el bien que
quiero, sino que obro el mal que no quiero.
20 Y, si hago lo que no quiero,
no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.
21 Descubro, pues, esta ley: aun
queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.
22 Pues me complazco en la ley de
Dios según el hombre interior,
23 pero advierto otra ley en mis
miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la
ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Pobre de mí! ¿Quién
me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
25 ¡Gracias sean dadas a Dios
por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien
con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley
del pecado.
Romanos 8
1 Por consiguiente, ninguna condenación
pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús.
2 Porque la ley del espíritu
que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado
y de la muerte.
3 Pues lo que era imposible a la
ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su
propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado,
condenó el pecado en la carne,
4 a fin de que la justicia de la
ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según
la carne, sino según el espíritu.
5 Efectivamente, los que viven según
la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu,
lo espiritual.
6 Pues las tendencias de la carne
son muerte; mas las del espíritu, vida y paz,
7 ya que las tendencias de la carne
llevan al odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden;
8 así, los que están
en la carne, no pueden agradar a Dios.
9 Mas vosotros no estáis
en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios
habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo,
no le pertenece;
10 mas si Cristo está en
vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu
es vida a causa de la justicia.
11 Y si el Espíritu de Aquel
que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros,
Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también
la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en
vosotros.
12 Así que, hermanos míos,
no somos deudores de la carne para vivir según la carne,
13 pues, si vivís según
la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis
morir las obras del cuerpo, viviréis.
14 En efecto, todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
15 Pues no recibisteis un espíritu
de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu
de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!
16 El Espíritu mismo se une
a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios.
17 Y, si hijos, también herederos:
herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él,
para ser también con él glorificados.
18 Porque estimo que los sufrimientos
del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar
en nosotros.
19 Pues la ansiosa espera de la
creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios.
20 La creación, en efecto,
fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que
la sometió, en la esperanza
21 de ser liberada de la servidumbre
de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los
hijos de Dios.
22 Pues sabemos que la creación
entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.
23 Y no sólo ella; también
nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos
gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo.
24 Porque nuestra salvación
es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo
es posible esperar una cosa que se ve?
25 Pero esperar lo que no vemos,
es aguardar con paciencia.
26 Y de igual manera, el Espíritu
viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo
pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos inefables,
27 y el que escruta los corazones
conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su
intercesión a favor de los santos es según Dios.
28 Por lo demás, sabemos
que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de
aquellos que han sido llamados según su designio.
29 Pues a los que de antemano conoció,
también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo,
para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos;
30 y a los que predestinó,
a ésos también los justificó; a los que justificó,
a ésos también los glorificó.
31 Ante esto ¿qué
diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
32 El que no perdonó ni a
su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos dará con él graciosamente todas las cosas?
33 ¿Quién acusará
a los elegidos de Dios? = Dios es quien justifica. =
34 = ¿Quién condenará?
= ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún
el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que
intercede por nosotros?
35 ¿Quién nos separará
del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?,
¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?,
¿los peligros?, ¿la espada?,
36 como dice la Escritura: = Por
tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas
al matadero. =
37 Pero en todo esto salimos vencedores
gracias a aquel que nos amó.
38 Pues estoy seguro de que ni la
muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente
ni lo futuro ni las potestades
39 ni la altura ni la profundidad
ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado
en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 9
1 Digo la verdad en Cristo, no miento,
- mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo -,
2 siento una gran tristeza y un
dolor incesante en el corazón.
3 Pues desearía ser yo mismo
anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según
la carne,
4 - los israelitas -, de los cuales
es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación,
el culto, las promesas,
5 y los patriarcas; de los cuales
también procede Cristo según la carne, el cual está
por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
6 No es que haya fallado la palabra
de Dios. Pues no todos los descendientes de Israel son Israel.
7 Ni por ser descendientes de Abraham,
son todos hijos. Sino que = "por Isaac llevará tu nombre una descendencia";
=
8 es decir: no son hijos de Dios
los hijos según la carne, sino que los hijos de la promesa se cuentan
como descendencia.
9 Porque éstas son las palabras
de la promesa: = "Por este tiempo volveré; y Sara tendrá
un hijo." =
10 Y más aún; también
Rebeca concibió de un solo hombre, nuestro padre Isaac;
11 ahora bien, antes de haber nacido,
y cuando no habían hecho ni bien ni mal - para que se mantuviese
la libertad de la elección divina,
12 que depende no de las obras sino
del que llama - le fue dicho a Rebeca: = El mayor servirá al menor,
=
13 como dice la Escritura: = Amé
a Jacob y odié a Esaú. =
14 ¿Qué diremos, pues?
¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo!
15 Pues dice él a Moisés:
= Seré misericordioso con quien lo sea: me apiadaré de quien
me apiade. =
16 Por tanto, no se trata de querer
o de correr, sino de que Dios tenga misericordia.
17 Pues dice la Escritura a Faraón:
= Te he suscitado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que
mi nombre sea conocido en toda la tierra. =
18 Así pues, usa de misericordia
con quien quiere, y endurece a quien quiere.
19 Pero me dirás: Entonces
¿de qué se enoja? Pues ¿quién puede resistir
a su voluntad?
20 ¡Oh hombre! Pero ¿quién
eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso = la pieza de barro
dirá a quien la modeló: "por qué me hiciste así"?
=
21 O ¿es que el alfarero
no es dueño de hacer de una misma masa unas vasijas para usos nobles
y otras para usos despreciables?
22 Pues bien, si Dios, queriendo
manifestar su cólera y dar a conocer su poder, soportó con
gran paciencia objetos de cólera preparados para la perdición,
23 a fin de dar a conocer la riqueza
de su gloria con los objetos de misericordia que de antemano había
preparado para gloria:
24 con nosotros, que hemos sido
llamados no sólo de entre los judíos sino también
de entre los gentiles...
25 Como dice también en Oseas:
= Llamaré pueblo mío al que no es mi pueblo: y amada mía
a la que no es mi amada. =
26 = Y en el lugar mismo en que
se les dijo: No sois mi pueblo, serán llamados: Hijos de Dios vivo.
=
27 Isaías también
clama en favor de Israel: = Aunque los hijos de Israel fueran numerosos
como las arenas del mar, sólo el resto será salvo. =
28 = Porque pronta y perfectamente
cumplirá el Señor su palabra sobre la tierra. =
29 Y como predijo Isaías:
= Si el Señor de los ejércitos no nos dejara una descendencia,
como Sodoma hubiéramos venido a ser, y semejantes a Gomorra. =
30 ¿Qué diremos, pues?
Que los gentiles, que no buscaban la justicia, han hallado la justicia
- la justicia de la fe -
31 mientras Israel, buscando una
ley de justicia, no llegó a cumplir la ley.
32 ¿Por qué? Porque
la buscaba no en la fe sino en las obras. = Tropezaron contra la piedra
de tropiezo, =
33 como dice la Escritura: = He
aquí que pongo en Sión piedra de tropiezo y roca de escándalo;
mas el que crea en él, no será confundido.
Romanos 10
1 Hermanos, el anhelo de mi corazón
y mi oración a Dios en favor de ellos es que se salven.
2 Testifico en su favor que tienen
celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento.
3 Pues desconociendo la justicia
de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se
sometieron a la justicia de Dios.
4 Porque el fin de la ley es Cristo,
para justificación de todo creyente.
5 En efecto, Moisés escribe
acerca de la justicia que nace de la ley: = Quien la cumpla, vivirá
por ella. =
6 Mas la justicia que viene de la
fe dice así: = No digas = en tu corazón = ¿quién
subirá al cielo?, = es decir: para hacer bajar a Cristo;
7 o bien: ¿quién bajará
al abismo?, es decir: para hacer subir a Cristo de entre los muertos.
8 Entonces, ¿qué dice?
= Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón,
= es decir, la palabra de la fe que nosotros proclamamos.
9 Porque, si confiesas con tu boca
que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios
le resucitó de entre los muertos, serás salvo.
10 Pues con el corazón se
cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir
la salvación.
11 Porque dice la Escritura: = Todo
el que crea en él no será confundido. =
12 Que no hay distinción
entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos,
rico para todos los que le invocan.
13 Pues = todo el que invoque el
nombre del Señor se salvará. =
14 Pero ¿cómo invocarán
a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán
en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin
que se les predique?
15 Y ¿cómo predicarán
si no son enviados? Como dice la Escritura: = ¡Cuán hermosos
los pies de los que anuncian el bien! =
16 Pero no todos obedecieron a la
Buena Nueva. Porque Isaías dice: = ¡Señor!, ¿quién
ha creído a nuestra predicación? =
17 Por tanto, la fe viene de la
predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo.
18 Y pregunto yo: ¿Es que
no han oído? ¡Cierto que sí! = Por toda la tierra se
ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras. =
19 Pero pregunto: ¿Es que
Israel no comprendió? Moisés es el primero en decir: = Os
volveré celosos de una que no es nación; contra una nación
estúpida os enfureceré. =
20 Isaías, a su vez, se atreve
a decir: = Fui hallado de quienes no me buscaban; me manifesté a
quienes no preguntaban por mi. =
21 Mas a Israel dice: = Todo el
día extendí mis manos hacia un pueblo incrédulo y
rebelde. =
Romanos 11
1 Y pregunto yo: = ¿Es que
ha rechazado Dios a su pueblo? = ¡De ningún modo! ¡Que
también yo soy israelita, del linaje de Abraham, de la tribu de
Benjamín!
2 Dios no ha rechazado a su pueblo,
en quien de antemano puso sus ojos. ¿O es que ignoráis lo
que dice la Escritura acerca de Elías, cómo se queja
ante Dios contra Israel?
3 ¡Señor!, = han dado
muerte a tus profetas; han derribado tus altares; y he quedado yo solo
y acechan contra mi vida. =
4 Y ¿qué le responde
el oráculo divino? = Me he reservado 7.000 hombres que no han doblado
la rodilla ante Baal. =
5 Pues bien, del mismo modo, también
en el tiempo presente subsiste un resto elegido por gracia.
6 Y, si es por gracia, ya no lo
es por las obras; de otro modo, la gracia no sería ya gracia.
7 Entonces, ¿qué?
Que Israel no consiguió lo que buscaba; mientras lo consiguieron
los elegidos. Los demás se endurecieron,
8 como dice la Escritura: = Dióles
Dios un espíritu de embotamiento: ojos para no ver y oídos
para no oír, hasta el día de hoy. =
9 David también dice: = Conviértase
su mesa en trampa = y lazo, = en piedra de tropiezo y justo pago, =
10 = oscurézcanse sus ojos
para no ver; agobia sus espaldas sin cesar. =
11 Y pregunto yo: ¿Es que
han tropezado para quedar caídos? ¡De ningún modo!
Sino que su caída ha traído la salvación a los gentiles,
para llenarlos de celos.
12 Y, si su caída ha sido
una riqueza para el mundo, y su mengua, riqueza para los gentiles ¡qué
no será su plenitud!
13 Os digo, pues, a vosotros, los
gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago
honor a mi ministerio,
14 pero es con la esperanza de despertar
celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.
15 Porque si su reprobación
ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será
su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?
16 Y si las primicias son santas,
también la masa; y si la raíz es santa también las
ramas.
17 Que si algunas ramas fueron desgajadas,
mientras tú - olivo silvestre - fuiste injertado entre ellas, hecho
participe con ellas de la raíz y de la savia del olivo,
18 no te engrías contra las
ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú quien
sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene.
19 Pero dirás: Las ramas
fueron desgajadas para que yo fuera injertado.
20 ¡Muy bien! Por su incredulidad
fueron desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No
te engrías!; más bien, teme.
21 Que si Dios no perdonó
a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone.
22 Así pues, considera la
bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo,
si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tú
serás desgajado.
23 En cuanto a ellos, si no se obstinan
en la incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para
injertarlos de nuevo.
24 Porque si tú fuiste cortado
del olivo silvestre que eras por naturaleza, para ser injertado contra
tu natural en un olivo cultivado, ¡con cuánta más razón
ellos, según su naturaleza, serán injertados en su propio
olivo!
25 Pues no quiero que ignoréis,
hermanos, este misterio, = no sea que presumáis de sabios: = el
endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre
la totalidad de los gentiles,
26 y así, todo Israel será
salvo, como dice la Escritura: = Vendrá de Sión el Libertador;
alejará de Jacob las impiedades. =
27 = Y esta será mi Alianza
con ellos, cuando haya borrado sus pecados. =
28 En cuanto al Evangelio, son enemigos
para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención
a sus padres.
29 Que los dones y la vocación
de Dios son irrevocables.
30 En efecto, así como vosotros
fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis
conseguido misericordia a causa de su rebeldía,
31 así también, ellos
al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada
a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
32 Pues Dios encerró a todos
los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
33 ¡Oh abismo de la riqueza,
de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables
son sus designios e inescrutables sus caminos!
34 En efecto, = ¿quién
conoció el pensamiento de Señor? = O = ¿quién
fue su consejero? = O = ¿quién le dio primero que tenga derecho
a la recompensa? =
35 Porque de él, por él
y para él son todas las cosas. ¡A él la gloria por
los siglos! Amén.
Romanos 12
1 Os exhorto, pues, hermanos, por
la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como
una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro
culto espiritual.
2 Y no os acomodéis al mundo
presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra
mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad
de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
3 En virtud de la gracia que me
fue dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis
en más de lo que conviene; tened más bien una sobria
estima según la medida de la fe que otorgó Dios a cada cual.
4 Pues, así como nuestro
cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros, y no desempeñan todos
los miembros la misma función,
5 así también nosotros,
siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo
cada uno por su parte los unos miembros de los otros.
6 Pero teniendo dones diferentes,
según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía,
ejerzámoslo en la medida de nuestra fe;
7 si es el ministerio, en el ministerio;
la enseñanza, enseñando;
8 la exhortación, exhortando.
El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce
la misericordia, con jovialidad.
9 Vuestra caridad sea sin fingimiento;
detestando el mal, adhiriéndoos al bien;
10 amándoos cordialmente
los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros;
11 con un celo sin negligencia;
con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor;
12 con la alegría de la esperanza;
constantes en la tribulación; perseverantes en la oración;
13 compartiendo las necesidades
de los santos; practicando la hospitalidad.
14 Bendecid a los que os persiguen,
no maldigáis.
15 Alegraos con los que se alegran;
llorad con los que lloran.
16 Tened un mismo sentir los unos
para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más
bien por lo humilde; = no os complazcáis en vuestra propia sabiduría.
=
17 Sin devolver a nadie mal por
mal; = procurando el bien = ante = todos los hombres: =
18 en lo posible, y en cuanto de
vosotros dependa, en paz con todos los hombres;
19 no tomando la justicia por cuenta
vuestra, queridos míos, dejad lugar a la Cólera, pues dice
la Escritura: = Mía es la venganza: yo daré el pago
merecido, = dice el Señor.
20 Antes al contrario: = si tu enemigo
tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo
así, amontonarás ascuas sobre su cabeza. =
21 No te dejes vencer por el mal;
antes bien, vence al mal con el bien.
Romanos 13
1 Sométanse todos a las autoridades
constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que
existen, por Dios han sido constituidas.
2 De modo que, quien se opone a
la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán
sobre sí mismos la condenación.
3 En efecto, los magistrados no
son de temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres
no temer la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella elogios,
4 pues es para ti un servidor de
Dios para el bien. Pero, si obras el mal, teme: pues no en vano lleva espada:
pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que
obra el mal.
5 Por tanto, es preciso someterse,
no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia.
6 Por eso precisamente pagáis
los impuestos, porque son funcionarios de Dios, ocupados asiduamente en
ese oficio.
7 Dad a cada cual lo que se debe:
a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto,
respeto; a quien honor, honor.
8 Con nadie tengáis otra
deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido
la ley.
9 En efecto, lo de: = No adulterarás,
no matarás, no robarás, no codiciarás = y todos los
demás preceptos, se resumen en esta fórmula: = Amarás
a tu prójimo como a ti mismo. =
10 La caridad no hace mal al prójimo.
La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud.
11 Y esto, teniendo en cuenta el
momento en que vivimos. Porque es ya hora de levantaros del sueño;
que la salvación está más cerca de nosotros que cuando
abrazamos la fe.
12 La noche está avanzada.
El día se avecina. Despojémonos, pues, de las obras de las
tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.
13 Como en pleno día, procedamos
con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos;
nada de rivalidades y envidias.
14 Revestíos más bien
del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para
satisfacer sus concupiscencias.
Romanos 14
1 Acoged bien al que es débil
en la fe, sin discutir opiniones.
2 Uno cree poder comer de todo,
mientras el débil no come más que verduras.
3 El que come, no desprecie al que
no come; y el que no come, tampoco juzgue al que come, pues Dios le ha
acogido.
4 ¿Quién eres tú
para juzgar al criado ajeno? Que se mantenga en pie o caiga sólo
interesa a su amo; pero quedará en pie, pues poderoso es el Señor
para sostenerlo.
5 Este da preferencia a un día
sobre todo; aquél los considera todos iguales. ¡Aténgase
cada cual a su conciencia!
6 El que se preocupa por los días,
lo hace por el Señor; el que come, lo hace por el Señor,
pues da gracias a Dios: y el que no come, lo hace por el Señor,
y da gracias a Dios.
7 Porque ninguno de nosotros vive
para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo.
8 Si vivimos, para el Señor
vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya
vivamos ya muramos, del Señor somos.
9 Porque Cristo murió y volvió
a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos.
10 Pero tú ¿por qué
juzgas a tu hermano? Y tú ¿por qué desprecias a tu
hermano? En efecto, todos hemos de comparecer ante el tribunal de
Dios,
11 pues dice la Escritura: = ¡Por
mi vida!, = dice el Señor, = que toda rodilla se doblará
ante mí, y toda lengua bendecirá a Dios. =
12 Así pues, cada uno de
vosotros dará cuenta de sí mismo a Dios.
13 Dejemos, por tanto, de juzgarnos
los unos a los otros: juzgad más bien que no se debe poner tropiezo
o escándalo al hermano. -
14 Bien sé, y estoy persuadido
de ello en el Señor Jesús, que nada hay de suyo impuro; a
no ser para el que juzga que algo es impuro, para ése si lo
hay -.
15 Ahora bien, si por un alimento
tu hermano se entristece, tú no procedes ya según la caridad.
¡Que por tu comida no destruyas a aquel por quien murió
Cristo!
16 Por tanto, no expongáis
a la maledicencia vuestro privilegio.
17 Que el Reino de Dios no es comida
ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo.
18 Toda vez que quien así
sirve a Cristo, se hace grato a Dios y aprobado por los hombres.
19 Procuremos, por tanto, lo que
fomente la paz y la mutua edificación.
20 No vayas a destruir la obra de
Dios por un alimento. Todo es puro, ciertamente, pero es malo comer dando
escándalo.
21 Lo bueno es no comer carne, ni
beber vino, ni hacer cosa que sea para tu hermano ocasión de caída,
tropiezo o debilidad.
22 La fe que tú tienes, guárdala
para ti delante de Dios. ¡Dichoso aquel que no se juzga culpable
a sí mismo al decidirse!
23 Pero el que come dudando, se
condena, porque no obra conforme a la fe; pues todo lo que no procede de
la buena fe es pecado.
Romanos 15
1 Nosotros, los fuertes, debemos
sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio
agrado.
2 Que cada uno de nosotros trate
de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación;
3 pues tampoco Cristo buscó
su propio agrado, antes bien, como dice la Escritura: = Los ultrajes de
los que te ultrajaron cayeron sobre mi. =
4 En efecto todo cuanto fue escrito
en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que
con la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
5 Y el Dios de la paciencia y del
consuelo os conceda tener los unos para con los otros los mismos sentimientos,
según Cristo Jesús,
6 para que unánimes, a una
voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Por tanto, acogeos mutuamente
como os acogió Cristo para gloria de Dios.
8 Pues afirmo que Cristo se puso
al servicio de los circuncisos a favor de la veracidad de Dios, para dar
cumplimiento a las promesas hechas a los patriarcas,
9 y para que los gentiles glorificasen
a Dios por su misericordia, como dice la Escritura: = Por eso te bendeciré
entre los gentiles y ensalzaré tu nombre. =
10 Y en otro lugar: = Gentiles,
regocijaos juntamente con su pueblo; =
11 y de nuevo: = Alabad, gentiles
todos, al Señor y cántenle himnos todos los pueblos. =
12 Y a su vez Isaías dice:
= Aparecerá el retoño de Jesé, el que se levanta para
imperar sobre los gentiles. En él pondrán los gentiles su
esperanza. =
13 El Dios de la esperanza os colme
de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza
del Espíritu Santo.
14 Por mi parte estoy persuadido,
hermanos míos, en lo que a vosotros toca, de que también
vosotros estáis llenos de buenas disposiciones, henchidos
de todo conocimiento y capacitados también para amonestaros mutuamente.
15 Sin embargo, en algunos pasajes
os he escrito con cierto atrevimiento, como para reavivar vuestros recuerdos,
en virtud de la gracia que me ha sido otorgada por Dios,
16 de ser para los gentiles ministro
de Cristo Jesús, ejerciendo el sagrado oficio del Evangelio de Dios,
para que la oblación de los gentiles sea agradable, santificada
por el Espíritu Santo.
17 Tengo, pues, de qué gloriarme
en Cristo Jesús en lo referente al servicio de Dios.
18 Pues no me atreveré a
hablar de cosa alguna que Cristo no haya realizado por medio de mi para
conseguir la obediencia de los gentiles, de palabra y de obra,
19 en virtud de señales y
prodigios, en virtud del Espíritu de Dios, tanto que desde Jerusalén
y en todas direcciones hasta el Ilírico he dado cumplimiento
al Evangelio de Cristo;
20 teniendo así, como punto
de honra, no anunciar el Evangelio sino allí donde el nombre de
Cristo no era aún conocido, para no construir sobre cimientos ya
puestos por otros,
21 antes bien, como dice la Escritura:
= Los que ningún anuncio recibieron de él, le verán,
y los que nada oyeron, comprenderán. =
22 Esa era la razón por la
cual siempre me veía impedido de llegar hasta vosotros.
23 Mas ahora, no teniendo ya campo
de acción en estas regiones, y deseando vivamente desde hace muchos
años ir donde vosotros,
24 cuando me dirija a España...
Pues espero veros al pasar, y ser encaminado por vosotros hacia allá,
después de haber disfrutado un poco de vuestra compañía.
25 Mas, por ahora, voy a Jerusalén
para el servicio de los santos,
26 pues Macedonia y Acaya tuvieron
a bien hacer una colecta en favor de los pobres de entre los santos de
Jerusalén.
27 Lo tuvieron a bien, y debían
hacérselo; pues si los gentiles han participado en sus bienes espirituales,
ellos a su vez deben servirles con sus bienes temporales.
28 Así que, una vez terminado
este asunto, y entregado oficialmente el fruto de la colecta, partiré
para España, pasando por vosotros.
29 Y bien sé que, al ir a
vosotros, lo haré con la plenitud de las bendiciones de Cristo.
30 Pero os suplico, hermanos, por
nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo,
que luchéis juntamente conmigo en vuestras oraciones rogando a Dios
por mí,
31 para que me vea libre de los
incrédulos de Judea, y el socorro que llevo a Jerusalén sea
bien recibido por los santos;
32 y pueda también llegar
con alegría a vosotros por la voluntad de Dios, y disfrutar de algún
reposo entre vosotros.
33 El Dios de la paz sea con todos
vosotros. Amén.
Romanos 16
1 Os recomiendo a Febe, nuestra
hermana, diaconisa de la Iglesia de Cencreas.
2 Recibidla en el Señor de
una manera digna de los santos, y asistidla en cualquier cosa que necesite
de vosotros, pues ella ha sido protectora de muchos, incluso de mí
mismo.
3 Saludad a Prisca y Aquila, colaboradores
míos en Cristo Jesús.
4 Ellos expusieron sus cabezas para
salvarme. Y no soy solo en agradecérselo, sino también todas
las Iglesias de la gentilidad;
5 saludad también a la Iglesia
que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, primicias
del Asia para Cristo.
6 Saludad a María, que se
ha afanado mucho por vosotros.
7 Saludad a Andrónico y Junia,
mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre los
apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo.
8 Saludad a Ampliato, mi amado en
el Señor.
9 Saludad a Urbano, colaborador
nuestro en Cristo; y a mi querido Estaquio.
10 Saludad a Apeles, que ha dado
buenas pruebas de sí en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo.
11 Saludad a mi pariente Herodión.
Saludad a los de la casa de Narciso, en el Señor.
12 Saludad a Trifena y a Trifosa,
que se han fatigado en el Señor. Saludad a la amada Pérside,
que trabajó mucho en el Señor.
13 Saludad a Rufo, el escogido del
Señor; y a su madre, que lo es también mía.
14 Saludad a Asíncrito y
Flegonta, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están
con ellos.
15 Saludad a Filólogo y a
Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que a Olimpas y a todos los santos
que están con ellos.
16 Saludaos los unos a los otros
con el beso santo. Todas las Iglesias de Cristo os saludan.
17 Os ruego, hermanos, que os guardéis
de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que
habéis aprendido; apartaos de ellos,
18 pues esos tales no sirven a nuestro
Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves
palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos.
19 Vuestra obediencia se ha divulgado
por todas partes; por lo cual, me alegro de vosotros. Pero quiero que seáis
ingeniosos para el bien e inocentes para el mal.
20 Y el Dios de la paz aplastará
bien pronto a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con vosotros.
21 Os saluda Timoteo, mi colaborador,
lo mismo que Lucio, Jasón y Sosípatro, mis parientes.
22 Os saludo en el Señor
yo, Tercio, que he escrito esta carta.
23 Os saluda Gayo, huésped
mío y de toda la Iglesia.
25 Os saluda Erasto, cuestor de
la ciudad, y Cuarto, nuestro hermano. A Aquel que puede consolidaros conforme
al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación
de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos,
26 pero manifestado al presente,
por la Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno,
dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe,
27 a Dios, el único sabio,
por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos!
Amén.
PRIMERA EPÍSTOLA A LOS CORINTIOS
1 Corintios 1
1 Pablo, llamado a ser apóstol
de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y Sóstenes, el hermano,
2 a la Iglesia de Dios que está
en Corinto: a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos,
con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor
nuestro, de nosotros y de ellos
3 gracia a vosotros y paz de parte
de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
4 Doy gracias a Dios sin cesar por
vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo
Jesús,
5 pues en él habéis
sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento,
6 en la medida en que se ha consolidado
entre vosotros el testimonio de Cristo.
7 Así, ya no os falta ningún
don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro
Señor Jesucristo.
8 El os fortalecerá hasta
el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro
Señor Jesucristo.
9 Pues fiel es Dios, por quien habéis
sido llamados a la comunión con su hijo Jesucristo, Señor
nuestro.
10 Os conjuro, hermanos, por el
nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un
mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis
unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio.
11 Porque, hermanos míos,
estoy informado de vosotros, por los de Cloe, que existen discordias entre
vosotros.
12 Me refiero a que cada uno de
vosotros dice: "Yo soy de Pablo", "Yo de Apolo", "Yo de Cefas", "Yo de
Cristo".
13 ¿Esta dividido Cristo?
¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis
sido bautizados en el nombre de Pablo?
14 ¡Doy gracias a Dios por
no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de Crispo y Gayo!
15 Así, nadie puede decir
que habéis sido bautizados en mi nombre.
16 ¡Ah, sí!, también
bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no
creo haber bautizado a ningún otro.
17 Porque no me envió Cristo
a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para
no desvirtuar la cruz de Cristo.
18 Pues la predicación de
la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan
- para nosotros - es fuerza de Dios.
19 Porque dice la Escritura: = Destruiré
la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la inteligencia
de los inteligentes. =
20 = ¿Dónde está
el sabio? ¿Dónde el docto? = ¿Dónde el sofista
de este mundo? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría
del mundo?
21 De hecho, como el mundo mediante
su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría,
quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación.
22 Así, mientras los judíos
piden señales y los griegos buscan sabiduría,
23 nosotros predicamos a un Cristo
crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles;
24 mas para los llamados, lo mismo
judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría
de Dios.
25 Porque la necedad divina es más
sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más
fuerte que la fuerza de los hombres.
26 ¡Mirad, hermanos, quiénes
habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne
ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.
27 Ha escogido Dios más bien
lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil
del mundo, para confundir lo fuerte.
28 Lo plebeyo y despreciable del
mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
29 Para que ningún mortal
se gloríe en la presencia de Dios.
30 De él os viene que estéis
en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría
de origen divino, justicia, santificación y redención,
31 a fin de que, como dice la Escritura:
= El que se gloríe, gloríese en el Señor. =
1 Corintios 2
1 Pues yo, hermanos, cuando fui
a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría
a anunciaros el misterio de Dios,
2 pues no quise saber entre vosotros
sino a Jesucristo, y éste crucificado.
3 Y me presenté ante vosotros
débil, tímido y tembloroso.
4 Y mi palabra y mi predicación
no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino
que fueron una demostración del Espíritu y del poder
5 para que vuestra fe se fundase,
no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.
6 Sin embargo, hablamos de sabiduría
entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los
príncipes de este mundo, abocados a la ruina;
7 sino que hablamos de una sabiduría
de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos
para gloria nuestra,
8 desconocida de todos los príncipes
de este mundo - pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor
de la Gloria -.
9 Más bien, como dice la
Escritura, anunciamos: = lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó,
ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios = preparó
= para los que le aman. =
10 Porque a nosotros nos lo reveló
Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea,
hasta las profundidades de Dios.
11 En efecto, ¿qué
hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre
que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo
de Dios, sino el Espíritu de Dios.
12 Y nosotros no hemos recibido
el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios,
para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado,
13 de las cuales también
hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino aprendidas
del Espíritu, expresando realidades espirituales.
14 El hombre naturalmente no capta
las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no
las puede conocer pues sólo espiritualmente pueden ser juzgadas.
15 En cambio, el hombre de espíritu
lo juzga todo; y a él nadie puede juzgarle.
16 Porque = ¿quién
conoció la mente del Señor para instruirle? = Pero nosotros
tenemos la mente de Cristo.
1 Corintios 3
1 Yo, hermanos, no pude hablaros
como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
2 Os di a beber leche y no alimento
sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun
lo soportáis al presente;
3 pues todavía sois carnales.
Porque, mientras haya entre vosotros envidia y discordia ¿no es
verdad que sois carnales y vivís a lo humano?
4 Cuando dice uno "Yo soy de Pablo",
y otro "Yo soy de Apolo", ¿no procedéis al modo humano?
5 ¿Qué es, pues Apolo?
¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales
habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor
le dio.
6 Yo planté, Apolo regó;
mas fue Dios quien dio el crecimiento.
7 De modo que ni el que planta es
algo, ni el que riega, sino Dios que hace crecer.
8 Y el que planta y el que riega
son una misma cosa; si bien cada cual recibirá el salario según
su propio trabajo,
9 ya que somos colaboradores de
Dios y vosotros, campo de Dios, edificación de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios
que me fue dada, yo, como buen arquitecto, puse el cimiento, y otro construye
encima. ¡Mire cada cual cómo construye!
11 Pues nadie puede poner otro cimiento
que el ya puesto, Jesucristo.
12 Y si uno construye sobre este
cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja,
13 la obra de cada cual quedará
al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse
por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará
el fuego.
14 Aquél, cuya obra, construida
sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa.
15 Mas aquél, cuya obra quede
abrasada, sufrirá el daño. El, no obstante, quedará
a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.
16 ¿No sabéis que
sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
17 Si alguno destruye el santuario
de Dios, Dios le destruirá a él; porque el santuario de Dios
es sagrado, y vosotros sois ese santuario.
18 ¡Nadie se engañe!
Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase
necio, para llegar a ser sabio;
19 pues la sabiduría de este
mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: = El
que prende a los sabios en su propia astucia. =
20 Y también: = El Señor
conoce cuán vanos son los pensamientos = de los sabios.
21 Así que, no se gloríe
nadie en los hombres, pues todo es vuestro:
22 ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el
mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;
23 y vosotros, de Cristo y Cristo
de Dios.
1 Corintios 4
1 Por tanto, que nos tengan los
hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de
Dios.
2 Ahora bien, lo que en fin de cuentas
se exige de los administradores es que sean fieles.
3 Aunque a mí lo que menos
me importa es ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. ¡Ni
siquiera me juzgo a mí mismo!
4 Cierto que mi conciencia nada
me reprocha; mas no por eso quedo justificado. Mi juez es el Señor.
5 Así que, no juzguéis
nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. El iluminará
los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios
de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la
alabanza que le corresponda.
6 En esto, hermanos, me he puesto
como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis
de nosotros aquello de "No propasarse de lo que está escrito"
y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.
7 Pues ¿quién es el
que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y
si lo has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras
recibido?
8 ¡Ya estáis hartos!
¡Ya sois ricos! ¡Os habéis hecho reyes sin nosotros!
¡Y ojalá reinaseis, para que también nosotros reináramos
con vosotros!
9 Porque pienso que a nosotros,
los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como
condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo,
los ángeles y los hombres.
10 Nosotros, necios por seguir a
Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros,
fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados.
11 Hasta el presente, pasamos hambre,
sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes.
12 Nos fatigamos trabajando con
nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos.
13 Si nos difaman, respondemos con
bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el
desecho de todos.
14 No os escribo estas cosas para
avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos
queridos.
15 Pues aunque hayáis tenido
10.000 pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido
yo quien, por el Evangelio, os engendré en Cristo Jesús.
16 Os ruego, pues, que seáis
mis imitadores.
17 Por esto mismo os he enviado
a Timoteo, hijo mío querido y fiel en el Señor; él
os recordará mis normas de conducta en Cristo, conforme enseño
por doquier en todas las Iglesias.
18 Como si yo no hubiera de ir donde
vosotros, se han hinchado algunos.
19 Mas iré pronto donde vosotros,
si es la voluntad del Señor; entonces conoceré no la palabrería
de esos orgullosos, sino su poder,
20 que no está en la palabrería
el Reino de Dios, sino en el poder.
21 ¿Qué preferís,
que vaya a vosotros con palo o con amor y espíritu de mansedumbre?
1 Corintios 5
1 Sólo se oye hablar de inmoralidad
entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni entre los gentiles,
hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre.
2 Y ¡vosotros andáis
tan hinchados! Y no habéis hecho más bien duelo para que
fuera expulsado de entre vosotros el autor de semejante acción.
3 Pues bien, yo por mi parte corporalmente
ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara
presente, al que así obró:
4 que en nombre del Señor
Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús
Señor nuestro,
5 sea entregado ese individuo a
Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu
se salve en el Día del Señor.
6 ¡No es como para gloriaros!
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?
7 Purificaos de la levadura vieja,
para ser masa nueva; pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual,
Cristo, ha sido inmolado.
8 Así que, celebremos la
fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad,
sino con ázimos de pureza y verdad.
9 Al escribiros en mi carta que
no os relacionarais con los impuros,
10 no me refería a los impuros
de este mundo en general o a los avaros, a ladrones o idólatras.
De ser así, tendríais que salir del mundo.
11 ¡No!, os escribí
que no os relacionarais con quien, llamándose hermano, es impuro,
avaro, idólatra, ultrajador, borracho o ladrón. Con ésos
¡ni comer!
12 Pues ¿por que voy a juzgar
yo a los de fuera? ¿No es a los de dentro a quienes vosotros juzgáis?
13 A los de fuera Dios los juzgará.
= ¡Arrojad de entre vosotros al malvado! =
1 Corintios 6
1 Cuando alguno de vosotros tiene
un pleito con otro, ¿se atreve a llevar la causa ante los injustos,
y no ante los santos?
2 ¿No sabéis que los
santos han de juzgar al mundo? Y si vosotros vais a juzgar al mundo, ¿no
sois acaso dignos de juzgar esas naderías?
3 ¿No sabéis que hemos
de juzgar a los ángeles? Y ¡cómo no las cosas de esta
vida!
4 Y cuando tenéis pleitos
de este género ¡tomáis como jueces a los que la Iglesia
tiene en nada!
5 Para vuestra vergüenza lo
digo. ¿No hay entre vosotros algún sabio que pueda juzgar
entre los hermanos?
6 Sino que vais a pleitear hermano
contra hermano, ¡y eso, ante infieles!
7 De todos modos, ya es un fallo
en vosotros que haya pleitos entre vosotros. ¿Por qué no
preferís soportar la injusticia? ¿Por qué no dejaros
más bien despojar?
8 ¡Al contrario! ¡Sois
vosotros los que obráis la injusticia y despojáis a los demás!
¡Y esto, a hermanos!
9 ¿No sabéis acaso
que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis!
Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los homosexuales,
10 ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán
el Reino de Dios.
11 Y tales fuisteis algunos de vosotros.
Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu
de nuestro Dios.
12 "Todo me es lícito"; mas
no todo me conviene. "Todo me es lícito"; mas ¡no me dejaré
dominar por nada!
13 La comida para el vientre y el
vientre para la comida. Mas lo uno y lo otro destruirá Dios. Pero
el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor,
y el Señor para el cuerpo.
14 Y Dios, que resucitó al
Señor, nos resucitará también a nosotros mediante
su poder.
15 ¿No sabéis que
vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Y ¿había de tomar
yo los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡De
ningún modo!
16 ¿O no sabéis que
quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está
dicho: = Los dos se harán una sola carne. =
17 Mas el que se une al Señor,
se hace un solo espíritu con él.
18 ¡Huid de la fornicación!
Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; mas el que fornica,
peca contra su propio cuerpo.
19 ¿O no sabéis que
vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está
en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
20 ¡Habéis sido bien
comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
1 Corintios 7
1 En cuanto a lo que me habéis
escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.
2 No obstante, por razón
de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido.
3 Que el marido dé a su mujer
lo que debe y la mujer de igual modo a su marido.
4 No dispone la mujer de su cuerpo,
sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la
mujer.
5 No os neguéis el uno al
otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración;
luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por
vuestra incontinencia.
6 Lo que os digo es una concesión,
no un mandato.
7 Mi deseo sería que todos
los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular:
unos de una manera, otros de otra.
8 No obstante, digo a los célibes
y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.
9 Pero si no pueden contenerse,
que se casen; mejor es casarse que abrasarse.
10 En cuanto a los casados, les
ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido,
11 mas en el caso de separarse,
que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido
no despida a su mujer.
12 En cuanto a los demás,
digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente
y ella consiente en vivir con él, no la despida.
13 Y si una mujer tiene un marido
no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida.
14 Pues el marido no creyente queda
santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por
el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros,
mas ahora son santos.
15 Pero si la parte no creyente
quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no
están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor.
16 Pues ¿qué sabes
tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué
sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
17 Por lo demás, que cada
cual viva conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha
llamado Dios. Es lo que ordeno en todas las Iglesias.
18 ¿Que fue uno llamado siendo
circunciso? No rehaga su prepucio. ¿Que fue llamado siendo incircunciso?
No se circuncide.
19 La circuncisión es nada,
y nada la incircuncisión; lo que importa es el cumplimiento de los
mandamientos de Dios.
20 Que permanezca cada cual tal
como le halló la llamada de Dios.
21 ¿Eras esclavo cuando fuiste
llamado? No te preocupes. Y aunque puedas hacerte libre, aprovecha más
bien tu condición de esclavo.
22 Pues el que recibió la
llamada del Señor siendo esclavo, es un liberto del Señor;
igualmente, el que era libre cuando recibió la llamada, es
un esclavo de Cristo.
23 ¡Habéis sido bien
comprados! No os hagáis esclavos de los hombres.
24 Hermanos, permanezca cada cual
ante Dios en el estado en que fue llamado.
25 Acerca de la virginidad no tengo
precepto del Señor. Doy, no obstante, un consejo, como quien, por
la misericordia de Dios, es digno de crédito.
26 Por tanto, pienso que es cosa
buena, a causa de la necesidad presente, quedarse el hombre así.
27 ¿Estás unido a
una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido
a mujer? No la busques.
28 Mas, si te casas, no pecas. Y,
si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación
en la carne, que yo quisiera evitaros.
29 Os digo, pues, hermanos: El tiempo
es corto. Por tanto, los que tienen mujer, vivan como si no la tuviesen.
30 Los que lloran, como si no llorasen.
Los que están alegres, como si no lo estuviesen. Los que compran,
como si no poseyesen.
31 Los que disfrutan del mundo,
como si no disfrutasen. Porque la apariencia de este mundo pasa.
32 Yo os quisiera libres de preocupaciones.
El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo
agradar al Señor.
33 El casado se preocupa de las
cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer;
34 está por tanto dividido.
La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas
del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas
la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a
su marido.
35 Os digo esto para vuestro provecho,
no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al
trato asiduo con el Señor, sin división.
36 Pero si alguno teme faltar a
la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad,
y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.
37 Mas el que ha tomado una firme
decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en
pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar
a su novia, hará bien.
38 Por tanto, el que se casa con
su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor.
39 La mujer está ligada a
su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda
libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor.
40 Sin embargo, será feliz
si permanece así según mi consejo; que también yo
creo tener el Espíritu de Dios.
1 Corintios 8
1 Respecto a lo inmolado a los ídolos,
es cosa sabida, pues todos tenemos ciencia. Pero la ciencia hincha, el
amor en cambio edifica.
2 Si alguien cree conocer algo,
aún no lo conoce como se debe conocer.
3 Mas si uno ama a Dios, ése
es conocido por él.
4 Ahora bien, respecto del comer
lo sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo no es nada
en el mundo y no hay más que un único Dios.
5 Pues aun cuando se les dé
el nombre de dioses, bien en el cielo bien en la tierra, de forma que hay
multitud de dioses y de señores,
6 para nosotros no hay más
que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el
cual somos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las
cosas y por el cual somos nosotros.
7 Mas no todos tienen este conocimiento.
Pues algunos, acostumbrados hasta ahora al ídolo, comen la carne
como sacrificada a los ídolos, y su conciencia, que es débil,
se mancha.
8 No es ciertamente la comida lo
que nos acercará a Dios. Ni somos menos porque no comamos, ni somos
más porque comamos.
9 Pero tened cuidado que esa vuestra
libertad no sirva de tropiezo a los débiles.
10 En efecto, si alguien te ve a
ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un templo de ídolos,
¿no se creerá autorizado por su conciencia, que es
débil, a comer de lo sacrificado a los ídolos?
11 Y por tu conocimiento se pierde
el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo!
12 Y pecando así contra vuestros
hermanos, hiriendo su conciencia, que es débil, pecáis contra
Cristo.
13 Por tanto, si un alimento causa
escándalo a mi hermano, nunca comeré carne para no dar escándalo
a mi hermano.
1 Corintios 9
1 ¿No soy yo libre? ¿No
soy yo apóstol? ¿Acaso no he visto yo a Jesús, Señor
nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
2 Si para otros no soy yo apóstol,
para vosotros sí que lo soy; pues ¡vosotros sois el sello
de mi apostolado en el Señor!
3 He aquí mi defensa contra
mis acusadores.
4 ¿Por ventura no tenemos
derecho a comer y beber?
5 ¿No tenemos derecho a llevar
con nosotros una mujer cristiana, como los demás apóstoles
y los hermanos del Señor y Cefas?
6 ¿Acaso únicamente
Bernabé y yo estamos privados del derecho de no trabajar?
7 ¿Quién ha militado
alguna vez a cosa propia? ¿Quién planta una viña y
no come de sus frutos? ¿Quién apacienta un rebaño
y no se alimenta de la leche del rebaño?
8 ¿Hablo acaso al modo humano
o no lo dice también la Ley?
9 Porque está escrito en
la Ley de Moisés: = "No pondrás bozal al buey que trilla."
= ¿Es que se preocupa Dios de los bueyes?
10 O bien, ¿no lo dice expresamente
por nosotros? Por nosotros ciertamente se escribió, pues el que
ara, en esperanza debe arar; y el que trilla, con la esperanza de recibir
su parte.
11 Si en vosotros hemos sembrado
bienes espirituales, ¡qué mucho que recojamos de vosotros
bienes materiales!
12 Si otros tienen estos derechos
sobre vosotros, ¿no los tenemos más nosotros? Sin embargo,
nunca hemos hecho uso de estos derechos. Al contrario, todo lo soportamos
para no crear obstáculo alguno al Evangelio de Cristo.
13 ¿No sabéis que
los ministros del templo viven del templo? ¿Que los que sirven al
altar, del altar participan?
14 Del mismo modo, también
el Señor ha ordenado que los que predican el Evangelio vivan del
Evangelio.
15 Mas yo, de ninguno de esos derechos
he hecho uso. Y no escribo esto para que se haga así conmigo. ¡Antes
morir que...! Mi timbre de gloria ¡nadie lo eliminará!
16 Predicar el Evangelio no es para
mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que
me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!
17 Si lo hiciera por propia iniciativa,
ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado,
es una misión que se me ha confiado.
18 Ahora bien, ¿cuál
es mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente,
renunciando al derecho que me confiere el Evangelio.
19 Efectivamente, siendo libre de
todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda.
20 Con los judíos me he hecho
judío para ganar a los judíos; con los que están bajo
la Ley, como quien está bajo la Ley - aun sin estarlo - para
ganar a los que están bajo ella.
21 Con los que están sin
ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin
ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo.
22 Me he hecho débil con
los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a
todos para salvar a toda costa a algunos.
23 Y todo esto lo hago por el Evangelio
para ser partícipe del mismo.
24 ¿No sabéis que
en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio?
¡Corred de manera que lo consigáis!
25 Los atletas se privan de todo;
y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una
incorruptible.
26 Así pues, yo corro, no
como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío,
27 sino que golpeo mi cuerpo y lo
esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte
yo mismo descalificado.
1 Corintios 10
1 No quiero que ignoréis,
hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron
el mar;
2 y todos fueron bautizados en Moisés,
por la nube y el mar;
3 y todos comieron el mismo alimento
espiritual;
4 y todos bebieron la misma bebida
espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía;
y la roca era Cristo.
5 Pero la mayoría de ellos
no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos = quedaron tendidos en el
desierto. =
6 Estas cosas sucedieron en figura
para nosotros para que no codiciemos lo malo como ellos lo codiciaron.
7 No os hagáis idólatras
al igual de algunos de ellos, como dice la Escritura: = "Sentóse
el pueblo a comer y a beber y se levantó a divertirse." =
8 Ni forniquemos como algunos de
ellos fornicaron y cayeron muertos 23.000 en un solo día.
9 Ni tentemos al Señor como
algunos de ellos le tentaron y perecieron víctimas de las serpientes.
10 Ni murmuréis como algunos
de ellos murmuraron y perecieron bajo el Exterminador.
11 Todo esto les acontecía
en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud
de los tiempos.
12 Así pues, el que crea
estar en pie, mire no caiga.
13 No habéis sufrido tentación
superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis
tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os
dará modo de poderla resistir con éxito.
14 Por eso, queridos, huid de la
idolatría.
15 Os hablo como a prudentes. Juzgad
vosotros lo que digo.
16 La copa de bendición que
bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo?
Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
17 Porque aun siendo muchos, un
solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.
18 Fijaos en el Israel según
la carne. Los que comen de las víctimas ¿no están
acaso en comunión con el altar?
19 ¿Qué digo, pues?
¿Que lo inmolado a los ídolos es algo? O ¿que los
ídolos son algo?
20 Pero si lo que inmolan los gentiles,
= ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! = Y yo no quiero que entréis
en comunión con los demonios.
21 No podéis beber de la
copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar
de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.
22 ¿O es que queremos provocar
los celos del Señor? ¿Somos acaso más fuertes que
él?
23 "Todo es lícito", mas
no todo es conveniente. "Todo es lícito", mas no todo edifica.
24 Que nadie procure su propio interés,
sino el de los demás.
25 Comed todo lo que se vende en
el mercado sin plantearos cuestiones de conciencia;
26 pues = del Señor es la
tierra y todo cuanto contiene. =
27 Si un infiel os invita y vosotros
aceptáis, comed todo lo que os presente sin plantearos cuestiones
de conciencia.
28 Mas si alguien os dice: "Esto
ha sido ofrecido en sacrificio", no lo comáis, a causa del que lo
advirtió y por motivos de conciencia.
29 No me refiero a tu conciencia,
sino a la del otro; pues ¿cómo va a ser juzgada la libertad
de mi conciencia por una conciencia ajena?
30 Si yo tomo algo dando gracias,
¿por qué voy a ser reprendido por aquello mismo que tomo
dando gracias?
31 Por tanto, ya comáis,
ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para
gloria de Dios.
32 No deis escándalo ni a
judíos ni a griegos ni a la Iglesia de Dios;
33 lo mismo que yo, que me esfuerzo
por agradar a todos en todo, sin procurar mi propio interés, sino
el de la mayoría, para que se salven.
1 Corintios 11
1 Sed mis imitadores, como lo soy
de Cristo.
2 Os alabo porque en todas las cosas
os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal
como os las he transmitido.
3 Sin embargo, quiero que sepáis
que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre;
y la cabeza de Cristo es Dios.
4 Todo hombre que ora o profetiza
con la cabeza cubierta, afrenta a su cabeza.
5 Y toda mujer que ora o profetiza
con la cabeza descubierta, afrenta a su cabeza; es como si estuviera rapada.
6 Por tanto, si una mujer no se
cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y si es afrentoso para una mujer
cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra!
7 El hombre no debe cubrirse la
cabeza, pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del
hombre.
8 En efecto, no procede el hombre
de la mujer, sino la mujer del hombre.
9 Ni fue creado el hombre por razón
de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.
10 He ahí por qué
debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción
por razón de los ángeles.
11 Por lo demás, ni la mujer
sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor.
12 Porque si la mujer procede del
hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de
Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos. ¿Está
bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?
14 ¿No os enseña la
misma naturaleza que es una afrenta para el hombre la cabellera,
15 mientras es una gloria para la
mujer la cabellera? En efecto, la cabellera le ha sido dada a modo de velo.
16 De todos modos, si alguien quiere
discutir, no es ésa nuestra costumbre ni la de las Iglesias de Dios.
17 Y al dar estas disposiciones,
no os alabo, porque vuestras reuniones son más para mal que para
bien.
18 Pues, ante todo, oigo que, al
reuniros en la asamblea, hay entre vosotros divisiones, y lo creo en parte.
19 Desde luego, tiene que haber
entre vosotros también disensiones, para que se ponga de manifiesto
quiénes son de probada virtud entre vosotros.
20 Cuando os reunís, pues,
en común, eso ya no es comer la Cena del Señor;
21 porque cada uno come primero
su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga.
22 ¿No tenéis casas
para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de
Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a
deciros? ¿Alabaros? ¡En eso no los alabo!
23 Porque yo recibí del Señor
lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en
que fue entregado, tomó pan,
24 y después de dar gracias,
lo partió y dijo: "Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced
esto en recuerdo mío."
25 Asimismo también la copa
después de cenar diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza en mi
sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío."
26 Pues cada vez que coméis
este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor,
hasta que venga.
27 Por tanto, quien coma el pan
o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo
y de la Sangre del Señor.
28 Examínese, pues, cada
cual, y coma así el pan y beba de la copa.
29 Pues quien come y bebe sin discernir
el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.
30 Por eso hay entre vosotros muchos
enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos.
31 Si nos juzgásemos a nosotros
mismos, no seríamos castigados.
32 Mas, al ser castigados, somos
corregidos por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
33 Así pues, hermanos míos,
cuando os reunáis para la Cena, esperaos los unos a los otros.
34 Si alguno tiene hambre, que coma
en su casa, a fin de que no os reunáis para castigo vuestro. Lo
demás lo dispondré cuando vaya.
1 Corintios 12
1 En cuanto a los dones espirituales,
no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia.
2 Sabéis que cuando erais
gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos.
3 Por eso os hago saber que nadie,
hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: "¡Anatema es
Jesús!"; y nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!"
sino con el Espíritu Santo.
4 Hay diversidad de carismas, pero
el Espíritu es el mismo;
5 diversidad de ministerios, pero
el Señor es el mismo;
6 diversidad de operaciones, pero
es el mismo Dios que obra en todos.
7 A cada cual se le otorga la manifestación
del Espíritu para provecho común,
8 Porque a uno se le da por el Espíritu
palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el
mismo Espíritu;
9 a otro, fe, en el mismo Espíritu;
a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;
10 a otro, poder de milagros; a
otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro,
diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas.
11 Pero todas estas cosas las obra
un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada
uno en particular según su voluntad.
12 Pues del mismo modo que el cuerpo
es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo,
no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así
también Cristo.
13 Porque en un solo Espíritu
hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo, judíos
y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
14 Así también el
cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
15 Si dijera el pie: "Puesto que
no soy mano, yo no soy del cuerpo" ¿dejaría de ser parte
del cuerpo por eso?
16 Y si el oído dijera: "Puesto
que no soy ojo, no soy del cuerpo" ¿dejaría de ser parte
del cuerpo por eso?
17 Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde
quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿donde
el olfato?
18 Ahora bien, Dios puso cada uno
de los miembros en el cuerpo según su voluntad.
19 Si todo fuera un solo miembro
¿dónde quedaría el cuerpo?
20 Ahora bien, muchos son los miembros,
mas uno el cuerpo.
21 Y no puede el ojo decir a la
mano: "¡No te necesito!" Ni la cabeza a los pies: "¡No os necesito!"
22 Más bien los miembros
del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables.
23 Y a los que nos parecen los más
viles del cuerpo, los rodeamos de mayor honor. Así a nuestras partes
deshonestas las vestimos con mayor honestidad.
24 Pues nuestras partes honestas
no lo necesitan. Dios ha formado el cuerpo dando más honor a los
miembros que carecían de él,
25 para que no hubiera división
alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo
los unos de los otros.
26 Si sufre un miembro, todos los
demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los
demás toman parte en su gozo.
27 Ahora bien, vosotros sois el
cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte.
28 Y así los puso Dios en
la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas;
en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las
curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas.
29 ¿Acaso todos son apóstoles?
O ¿todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Todos con poder
de milagros?
30 ¿Todos con carisma de
curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?
31 ¡Aspirad a los carismas
superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.
1 Corintios 13
1 Aunque hablara las lenguas de
los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce
que suena o címbalo que retiñe.
2 Aunque tuviera el don de profecía,
y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud
de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
3 Aunque repartiera todos mis bienes,
y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
4 La caridad es paciente, es servicial;
la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe;
5 es decorosa; no busca su interés;
no se irrita; no toma en cuenta el mal;
6 no se alegra de la injusticia;
se alegra con la verdad.
7 Todo lo excusa. Todo lo cree.
Todo lo espera. Todo lo soporta.
8 La caridad no acaba nunca. Desaparecerán
las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la
ciencia.
9 Porque parcial es nuestra ciencia
y parcial nuestra profecía.
10 Cuando vendrá lo perfecto,
desaparecerá lo parcial.
11 Cuando yo era niño, hablaba
como niño, pensaba como niño, razonaba como niño.
Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
12 Ahora vemos en un espejo, en
enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial,
pero entonces conoceré como soy conocido.
13 Ahora subsisten la fe, la esperanza
y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
1 Corintios 14
1 Buscad la caridad; pero aspirad
también a los dones espirituales, especialmente a la profecía.
2 Pues el que habla en lengua no
habla a los hombres sino a Dios. En efecto, nadie le entiende: dice en
espíritu cosas misteriosas.
3 Por el contrario, el que profetiza,
habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en lengua, se edifica
a sí mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea.
5 Deseo que habléis todos
en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticéis. Pues el que
profetiza, supera al que habla en lenguas, a no ser que también
interprete, para que la asamblea reciba edificación.
6 Y ahora, hermanos, supongamos
que yo vaya donde vosotros hablándoos en lenguas, ¿qué
os aprovecharía yo, si mi palabra no os trajese ni revelación
ni ciencia ni profecía ni enseñanza?
7 Así sucede con los instrumentos
de música inanimados, tales como la flauta o la cítara. Si
no dan distintamente los sonidos, ¿cómo se conocerá
lo que toca la flauta o la cítara?
8 Y si la trompeta no da sino un
sonido confuso, ¿quién se preparará para la batalla?
9 Así también vosotros:
si al hablar no pronunciáis palabras inteligibles, ¿cómo
se entenderá lo que decís? Es como si hablarais al viento.
10 Hay en el mundo no sé
cuántas variedades de lenguas, y nada hay sin lenguaje.
11 Mas si yo desconozco el
valor del lenguaje seré un bárbaro para el que me habla;
y el que me habla, un bárbaro para mí.
12 Así pues, ya que aspiráis
a los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación
de la asamblea.
13 Por tanto, el que habla en lengua,
pida el don de interpretar.
14 Porque si oro en lengua, mi espíritu
ora, pero mi mente queda sin fruto.
15 Entonces, ¿qué
hacer? Oraré con el espíritu, pero oraré también
con la mente. Cantaré salmos con el espíritu, pero también
los cantaré con la mente.
16 Porque si no bendices más
que con el espíritu ¿cómo dirá "amén"
a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del no iniciado, pues
no sabe lo que dices?
17 ¡Cierto!, tu acción
de gracias es excelente; pero el otro no se edifica.
18 Doy gracias a Dios porque hablo
en lenguas más que todos vosotros;
19 pero en la asamblea, prefiero
decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los demás, que
10.000 en lengua.
20 Hermanos, no seáis niños
en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio.
21 Está escrito en la Ley:
= Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños
hablaré yo a este pueblo, y ni así me escucharán,
dice el Señor.
22 Así pues, las lenguas
sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles; en
cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.
23 Si, pues, se reúne toda
la asamblea y todos hablan en lenguas y entran en ella no iniciados o infieles,
¿no dirán que estáis locos?
24 Por el contrario, si todos profetizan
y entra un infiel o un no iniciado, será convencido por todos, juzgado
por todos.
25 Los secretos de su corazón
quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorará
a Dios confesando que = Dios está verdaderamente entre vosotros.
=
26 ¿Qué concluir,
hermanos? Cuando os reunís, cada cual puede tener un salmo, una
instrucción, una revelación, un discurso en lengua, una interpretación;
pero que todo sea para edificación.
27 Si se habla en lengua, que hablen
dos, o a lo más, tres, y por turno; y que haya un interprete.
28 Si no hay quien interprete, guárdese
silencio en la asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios.
29 En cuanto a los profetas, hablen
dos o tres, y los demás juzguen.
30 Si algún otro que está
sentado tiene una revelación, cállese el primero.
31 Pues podéis profetizar
todos por turno para que todos aprendan y sean exhortados.
32 Los espíritus de los profetas
están sometidos a los profetas,
33 pues Dios no es un Dios de confusión,
sino de paz. Como en todas la Iglesias de los santos,
34 las mujeres cállense en
las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra antes
bien, estén sumisas como también la Ley lo dice.
35 Si quieren aprender algo, pregúntenlo
a sus propios maridos en casa; pues es indecoroso que la mujer hable en
la asamblea.
36 ¿Acaso ha salido de vosotros
la palabra de Dios? O ¿solamente a vosotros ha llegado?
37 Si alguien se cree profeta o
inspirado por el Espíritu, reconozca en lo que os escribo un mandato
del Señor.
38 Si no lo conoce, tampoco él
es conocido.
39 Por tanto, hermanos, aspirad
al don de la profecía, y no estorbéis que se hable en lenguas.
40 Pero hágase todo con decoro
y orden.
1 Corintios 15
1 Os recuerdo, hermanos, el Evangelio
que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis
firmes,
2 por el cual también sois
salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no,
¡habríais creído en vano!
3 Porque os transmití, en
primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por
nuestros pecados, según las Escrituras;
4 que fue sepultado y que resucitó
al tercer día, según las Escrituras;
5 que se apareció a Cefas
y luego a los Doce;
6 después se apareció
a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía
la mayor parte viven y otros murieron.
7 Luego se apareció a Santiago;
más tarde, a todos los apóstoles.
8 Y en último término
se me apareció también a mí, como a un abortivo.
9 Pues yo soy el último de
los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido
a la Iglesia de Dios.
10 Mas, por la gracia de Dios, soy
lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí.
Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la
gracia de Dios que está conmigo.
11 Pues bien, tanto ellos como yo
esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.
12 Ahora bien, si se predica que
Cristo ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo
algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos?
13 Si no hay resurrección
de los muertos, tampoco Cristo resucitó.
14 Y si no resucitó Cristo,
vacía es nuestra predicación, vacía también
vuestra fe.
15 Y somos convictos de falsos testigos
de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucitó a Cristo,
a quien no resucitó, si es que los muertos no resucitan.
16 Porque si los muertos no resucitan,
tampoco Cristo resucitó.
17 Y si Cristo no resucitó,
vuestra fe es vana: estáis todavía en vuestros pecados.
18 Por tanto, también los
que durmieron en Cristo perecieron.
19 Si solamente para esta vida tenemos
puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos
de compasión de todos los hombres!
20 ¡Pero no! Cristo resucitó
de entre los muertos como primicias de los que durmieron.
21 Porque, habiendo venido por un
hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección
de los muertos.
22 Pues del mismo modo que en Adán
mueren todos, así también todos revivirán en Cristo.
23 Pero cada cual en su rango: Cristo
como primicias; luego los de Cristo en su Venida.
24 Luego, el fin, cuando entregue
a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado,
Dominación y Potestad.
25 Porque debe él reinar
= hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. =
26 El último enemigo en ser
destruido será la Muerte.
27 Porque = ha sometido todas las
cosas bajo sus pies. = Mas cuando diga que "todo está sometido",
es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a él todas las
cosas.
28 Cuando hayan sido sometidas a
él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá
a Aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea
todo en todo.
29 De no ser así ¿a
qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan
en manera alguna ¿por qué bautizarse por ellos?
30 Y nosotros mismos ¿por
qué nos ponemos en peligro a todas horas?
31 Cada día estoy a la muerte
¡sí hermanos! gloria mía en Cristo Jesús Señor
nuestro, que cada día estoy en peligro de muerte.
32 Si por motivos humanos luché
en Éfeso contra las bestias ¿qué provecho saqué?
Si los muertos no resucitan, = comamos y bebamos, que mañana moriremos.
=
33 No os engañéis:
"Las malas compañías corrompen las buenas costumbres."
34 Despertaos, como conviene, y
no pequéis; que hay entre vosotros quienes desconocen a Dios. Para
vergüenza vuestra lo digo.
35 Pero dirá alguno: ¿Cómo
resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida?
36 ¡Necio! Lo que tú
siembras no revive si no muere.
37 Y lo que tú siembras no
es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo
o de alguna otra planta.
38 Y Dios le da un cuerpo a su voluntad:
a cada semilla un cuerpo peculiar.
39 No toda carne es igual, sino
que una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de
las aves, otra la de los peces.
40 Hay cuerpos celestes y cuerpos
terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el
de los cuerpos terrestres.
41 Uno es el resplandor del sol,
otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de
otra en resplandor.
42 Así también en
la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita
incorrupción;
43 se siembra vileza, resucita gloria;
se siembra debilidad, resucita fortaleza;
44 se siembra un cuerpo natural,
resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también
un cuerpo espiritual.
45 En efecto, así es como
dice la Escritura: = Fue hecho el primer hombre, = Adán, = alma
viviente; = el último Adán, espíritu que da vida.
46 Mas no es lo espiritual lo que
primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual.
47 El primer hombre, salido de la
tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo.
48 Como el hombre terreno, así
son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los
celestes.
49 Y del mismo modo que hemos llevado
la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celeste.
50 Os digo esto, hermanos: La carne
y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción
hereda la incorrupción.
51 ¡Mirad! Os revelo un misterio:
No moriremos todos, mas todos seremos transformados.
52 En un instante, en un pestañear
de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta,
los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados.
53 En efecto, es necesario que este
ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal
se revista de inmortalidad.
54 Y cuando este ser corruptible
se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: = La muerte
ha sido devorada en la victoria. =
55 = ¿Dónde está,
oh muerte, = tu victoria? = ¿Dónde está, oh muerte,
tu aguijón? =
56 El aguijón de la muerte
es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley.
57 Pero ¡gracias sean dadas
a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
58 Así pues, hermanos míos
amados, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra
del Señor, conscientes de que vuestro trabajo no es vano el Señor.
1 Corintios 16
1 En cuanto a la colecta en favor
de los santos, haced también vosotros tal como mandé a las
Iglesias de Galacia.
2 Cada primer día de la semana,
cada uno de vosotros reserve en su casa lo que haya podido ahorrar, de
modo que no se hagan las colectas cuando llegue yo.
3 Cuando me halle ahí, enviaré
a los que hayáis considerado dignos, acompañados de
cartas, para que lleven a Jerusalén vuestra liberalidad.
4 Y si vale la pena de que vaya
también yo, irán conmigo.
5 Iré donde vosotros después
de haber atravesado Macedonia; pues por Macedonia pasaré.
6 Tal vez me detenga entre vosotros
y hasta pase ahí el invierno, para que vosotros me encaminéis
adonde haya de ir.
7 Pues no quiero ahora veros sólo
de paso: espero estar algún tiempo entre vosotros, si así
lo permite el Señor.
8 De todos modos, seguiré
en Éfeso hasta Pentecostés:
9 porque se me ha abierto una puerta
grande y prometedora, y los enemigos son muchos.
10 Si se presenta Timoteo, procurad
que esté sin temor entre vosotros, pues trabaja como yo en la obra
del Señor.
11 Que nadie le menosprecie. Procurad
que vuelva en paz a mí, que le espero con los hermanos.
12 En cuanto a nuestro hermano Apolo,
le he insistido mucho para que vaya donde vosotros con los hermanos; pero
no tiene intención alguna de ir ahora. Irá cuando tenga
oportunidad.
13 Velad, manteneos firmes en la
fe, sed hombres, sed fuertes.
14 Haced todo con amor.
15 Os hago una recomendación,
hermanos. Sabéis que la familia de Estéfanas son las primicias
de Acaya y se han puesto al servicio de los santos.
16 También vosotros mostraos
sumisos a ellos y a todo aquel que con ellos trabaja y se afana.
17 Estoy lleno de alegría
por la visita de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, que han suplido
vuestra ausencia.
18 Ellos han tranquilizado mi espíritu
y el vuestro. Sabed apreciar a estos hombres.
19 Las Iglesias de Asia os saludan.
Os envían muchos saludos Aquila y Prisca en el Señor, junto
con la Iglesia que se reúne en su casa.
20 Os saludan todos los hermanos.
Saludaos los unos a los otros con el beso santo.
21 El saludo va de mi mano, Pablo.
22 El que no quiera al Señor,
¡sea anatema! "Maran atha."
23 ¡Que la gracia del Señor
Jesús sea con vosotros!
24 Os amo a todos en Cristo Jesús.
SEGUNDA EPÍSTOLA A LOS CORINTIOS
2 Corintios 1
1 Pablo, apóstol de Jesucristo
por la voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano, a la Iglesia de Dios que
está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya;
2 a vosotros gracia y paz de parte
de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
3 ¡Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios de
toda consolación,
4 que nos consuela en toda tribulación
nuestra para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación,
mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios!
5 Pues, así como abundan
en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también
por Cristo nuestra consolación.
6 Si somos atribulados, lo somos
para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, lo somos
para el consuelo vuestro, que os hace soportar con paciencia los
mismos sufrimientos que también nosotros soportamos.
7 Es firme nuestra esperanza respecto
de vosotros; pues sabemos que, como sois solidarios con nosotros en los
sufrimientos, así lo seréis también en la consolación.
8 Pues no queremos que lo ignoréis,
hermanos: la tribulación sufrida en Asia nos abrumó hasta
el extremo, por encima de nuestras fuerzas, hasta tal punto que perdimos
la esperanza de conservar la vida.
9 Pues hemos tenido sobre nosotros
mismos la sentencia de muerte, para que no pongamos nuestra confianza en
nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.
10 El nos libró de tan mortal
peligro, y nos librará; en él esperamos que nos seguirá
librando,
11 si colaboráis también
vosotros con la oración en favor nuestro, para que la gracia obtenida
por intervención de muchos sea por muchos agradecida en nuestro
nombre.
12 El motivo de nuestro orgullo
es el testimonio de nuestra conciencia, de que nos hemos conducido en el
mundo, y sobre todo respecto de vosotros, con la santidad y la sinceridad
que vienen de Dios, y no con la sabiduría carnal, sino con la gracia
de Dios.
13 Pues no os escribimos otra cosa
que lo que leéis y comprendéis, y espero comprenderéis
plenamente,
14 como ya nos habéis comprendido
en parte, que somos nosotros el motivo de vuestro orgullo, lo mismo que
vosotros seréis el nuestro en el Día de nuestro Señor
Jesús.
15 Con este convencimiento quería
yo ir primero donde vosotros a fin de procuraros una segunda gracia,
16 y pasando por vosotros ir a Macedonia
y volver nuevamente de Macedonia donde vosotros, y ser encaminado por vosotros
hacia Judea.
17 Al proponerme esto ¿obré
con ligereza? O ¿se inspiraban mis proyectos en la carne, de forma
que se daban en mí el sí y el no?
18 ¡Por la fidelidad de Dios!,
que la palabra que os dirigimos no es sí y no.
19 Porque el Hijo de Dios, Cristo
Jesús, a quien os predicamos Silvano, Timoteo y yo, no fue sí
y no; en él no hubo más que sí.
20 Pues todas las promesas hechas
por Dios han tenido su sí en él; y por eso decimos por él
"Amén" a la gloria de Dios.
21 Y es Dios el que nos conforta
juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió,
22 y el que nos marcó con
su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.
23 ¡Por mi vida!, testigo
me es Dios de que, si todavía no he ido a Corinto, ha sido por miramiento
a vosotros.
24 No es que pretendamos dominar
sobre vuestra fe, sino que contribuimos a vuestro gozo, pues os mantenéis
firmes en la fe.
2 Corintios 2
1 En mi interior tomé la
decisión de no ir otra vez con tristeza donde vosotros.
2 Porque si yo os entristezco ¿quién
podría alegrarme sino el que se ha entristecido por mi causa?
3 Y si os escribí aquello,
fue para no entristecerme a mi ida, a causa de los mismos que deberían
procurarme alegría, convencido respecto de todos vosotros de que
mi alegría es la alegría de todos vosotros.
4 Efectivamente, os escribí
en una gran aflicción y angustia de corazón, con muchas lágrimas,
no para entristeceros, sino para que conocierais el amor desbordante que
sobre todo a vosotros os tengo.
5 Pues si alguien ha causado tristeza,
no es a mí quien se la ha causado; sino en cierto sentido - para
no exagerar - a todos vosotros.
6 Bastante es para ese tal el castigo
infligido por la comunidad,
7 por lo que es mejor, por el contrario,
que le perdonéis y le animéis no sea que se vea ése
hundido en una excesiva tristeza.
8 Os suplico, pues, que reavivéis
la caridad para con él.
9 Pues también os escribí
con la intención de probaros y ver si vuestra obediencia era perfecta.
10 Y a quien vosotros perdonéis,
también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné - si algo he
perdonado - fue por vosotros en presencia de Cristo,
11 para que no seamos engañados
por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos.
12 Llegué, pues, a Tróada
para predicar el Evangelio de Cristo, y aun cuando se me había abierto
una gran puerta en el Señor,
13 mi espíritu no tuvo punto
de reposo, pues no encontré a mi hermano Tito, y despidiéndome
de ellos, salí para Macedonia.
14 ¡Gracias sean dadas a Dios,
que nos lleva siempre en su triunfo, en Cristo, y por nuestro medio difunde
en todas partes el olor de su conocimiento!
15 Pues nosotros somos para Dios
el buen olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden:
16 para los unos, olor que de la
muerte lleva a la muerte; para los otros, olor que de la vida lleva a la
vida. Y ¿quién es capaz para esto?
17 Ciertamente no somos nosotros
como la mayoría que negocian con la Palabra de Dios. ¡No!,
antes bien, con sinceridad y como de parte de Dios y delante de Dios
hablamos en Cristo.
2 Corintios 3
1 ¿Comenzamos de nuevo a
recomendarnos? ¿O es que, como algunos, necesitamos presentaros
cartas de recomendación o pedíroslas?
2 Vosotros sois nuestra carta, escrita
en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.
3 Evidentemente sois una carta de
Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con
el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas
de carne, en los corazones.
4 Esta es la confianza que tenemos
delante de Dios por Cristo.
5 No que por nosotros mismos seamos
capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra
capacidad viene de Dios,
6 el cual nos capacitó para
ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu.
Pues la letra mata mas el Espíritu da vida.
7 Que si el ministerio de la muerte,
grabado con letras sobre tablas de piedra, resultó glorioso hasta
el punto de no poder los hijos de Israel fijar su vista en el rostro de
Moisés a causa de la gloria de su rostro, aunque pasajera,
8 ¡cuánto más
glorioso no será el ministerio del Espíritu!
9 Efectivamente, si el ministerio
de la condenación fue glorioso, con mucha más razón
lo será el ministerio de la justicia.
10 Pues en este aspecto, no era
gloria aquella glorificación en comparación de esta gloria
sobreeminente.
11 Porque si aquello, que era pasajero,
fue glorioso, ¡cuánto más glorioso será lo permanente!
12 Teniendo, pues, esta esperanza,
hablamos con toda valentía,
13 y no como Moisés, que
se ponía un velo sobre su rostro para impedir que los israelitas
vieran el fin de lo que era pasajero...
14 Pero se embotaron sus inteligencias.
En efecto, hasta el día de hoy perdura ese mismo velo en la lectura
del Antiguo Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo
en Cristo desaparece.
15 Hasta el día de hoy, siempre
que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones.
16 Y cuando se convierte al Señor,
se arranca el velo.
17 Porque el Señor es el
Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor,
allí está la libertad.
18 Mas todos nosotros, que con el
rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor,
nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos:
así es como actúa el Señor, que es Espíritu.
2 Corintios 4
1 Por esto, misericordiosamente
investidos de este ministerio, no desfallecemos.
2 Antes bien, hemos repudiado el
silencio vergonzoso no procediendo con astucia, ni falseando la Palabra
de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdad nos
recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios.
3 Y si todavía nuestro Evangelio
está velado, lo está para los que se pierden,
4 para los incrédulos, cuyo
entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar
el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.
5 No nos predicamos a nosotros mismos,
sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos
vuestros por Jesús.
6 Pues el mismo Dios que dijo: =
De las tinieblas brille la luz, = ha hecho brillar la luz en nuestros corazones,
para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la
faz de Cristo.
7 Pero llevamos este tesoro en recipientes
de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios
y no de nosotros.
8 Atribulados en todo, mas no aplastados;
perplejos, mas no desesperados;
9 perseguidos, mas no abandonados;
derribados, mas no aniquilados.
10 Llevamos siempre en nuestros
cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también
la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
11 Pues, aunque vivimos, nos vemos
continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, a fin de
que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal.
12 De modo que la muerte actúa
en nosotros, mas en vosotros la vida.
13 Pero teniendo aquel espíritu
de fe conforme a lo que está escrito: = Creí, por eso hablé,
= también nosotros creemos, y por eso hablamos,
14 sabiendo que quien resucitó
al Señor Jesús, también nos resucitará con
Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros.
15 Y todo esto, para vuestro bien
a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento,
para gloria de Dios.
16 Por eso no desfallecemos. Aun
cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se
va renovando de día en día.
17 En efecto, la leve tribulación
de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria
eterna,
18 a cuantos no ponemos nuestros
ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles
son pasajeras, mas las invisibles son eternas.
2 Corintios 5
1 Porque sabemos que si esta tienda,
que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que
es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está
en los cielos.
2 Y así gemimos en este estado,
deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste,
3 si es que nos encontramos vestidos,
y no desnudos.
4 ¡Sí!, los que estamos
en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser desvestidos, sino
más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la
vida.
5 Y el que nos ha destinado a eso
es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu.
6 Así pues, siempre llenos
de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos
lejos del Señor,
7 pues caminamos en la fe y no en
la visión...
8 Estamos, pues, llenos de buen
ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.
9 Por eso, bien en nuestro cuerpo,
bien fuera de él, nos afanamos por agradarle.
10 Porque es necesario que todos
nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para
que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el
bien o el mal.
11 Por tanto, conociendo el temor
del Señor, tratamos de persuadir a los hombres, pues ante Dios estamos
al descubierto, como espero que ante vuestras conciencias también
estemos al descubierto.
12 No volvemos a recomendarnos ante
vosotros; solamente queremos daros ocasión para gloriaros de nosotros
y así tengáis cómo responder a los que se glorían
de lo exterior, y no de lo que está en el corazón.
13 En efecto, si hemos perdido el
juicio, ha sido por Dios; y si somos sensatos, lo es por vosotros.
14 Porque el amor de Cristo nos
apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron.
15 Y murió por todos, para
que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió
y resucitó por ellos.
16 Así que, en adelante,
ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo
según la carne, ya no le conocemos así.
17 Por tanto, el que está
en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es
nuevo.
18 Y todo proviene de Dios, que
nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio
de la reconciliación.
19 Porque en Cristo estaba Dios
reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones
de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Somos, pues, embajadores de Cristo,
como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos:
¡reconciliaos con Dios!
21 A quien no conoció pecado,
le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia
de Dios en él.
2 Corintios 6
1 Y como cooperadores suyos que
somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios.
2 Pues dice él: = En el tiempo
favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé.
= Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de salvación.
3 A nadie damos ocasión alguna
de tropiezo, para que no se haga mofa del ministerio,
4 antes bien, nos recomendamos en
todo como ministros de Dios: con mucha constancia en tribulaciones, necesidades,
angustias;
5 en azotes, cárceles, sediciones;
en fatigas, desvelos, ayunos;
6 en pureza, ciencia, paciencia,
bondad; en el Espíritu Santo, en caridad sincera,
7 en la palabra de verdad, en el
poder de Dios; mediante las armas de la justicia: las de la derecha y las
de la izquierda;
8 en gloria e ignominia, en calumnia
y en buena fama; tenidos por impostores, siendo veraces;
9 como desconocidos, aunque bien
conocidos; como quienes están a la muerte, pero vivos; como castigados,
aunque no condenados a muerte;
10 como tristes, pero siempre alegres;
como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque
todo lo poseemos.
11 ¡Corintios!, os hemos hablado
con toda franqueza; nuestro corazón se ha abierto de par en par.
12 No está cerrado nuestro
corazón para vosotros; los vuestros sí que lo están
para nosotros.
13 Correspondednos; os hablo como
a hijos; abríos también vosotros.
14 ¡No unciros en yugo desigual
con los infieles! Pues ¿qué relación hay entre la
justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la
luz y las tinieblas?
15 ¿Qué armonía
entre Cristo y Beliar? ¿Qué participación entre el
fiel y el infiel?
16 ¿Qué conformidad
entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos
santuario de Dios vivo, como dijo Dios: = Habitaré en medio
de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán
mi pueblo. =
17 = Por tanto, salid de entre ellos
y apartaos, dice el Señor. No toquéis cosa impura, y yo os
acogeré. =
18 = Yo seré para vosotros
padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor
todopoderoso. =
2 Corintios 7
1 Teniendo, pues, estas promesas,
queridos míos, purifiquémonos de toda mancha de la carne
y del espíritu, consumando la santificación en el temor de
Dios.
2 Dadnos lugar en vuestros corazones.
A nadie hemos ofendido; a nadie hemos arruinado; a nadie hemos explotado.
3 No os digo esto con ánimo
de condenaros. Pues acabo de deciros que en vida y muerte estáis
unidos en mi corazón.
4 Tengo plena confianza en hablaros;
estoy muy orgulloso de vosotros. Estoy lleno de consuelo y sobreabundo
de gozo en todas nuestras tribulaciones.
5 Efectivamente, en llegando a Macedonia,
no tuvo sosiego nuestra carne, sino, toda suerte de tribulaciones: por
fuera, luchas; por dentro, temores.
6 Pero el Dios que consuela a los
humillados, nos consoló con la llegada de Tito,
7 y no sólo con su llegada,
sino también con el consuelo que le habíais proporcionado,
comunicándonos vuestra añoranza, vuestro pesar, vuestro celo
por mí hasta el punto de colmarme de alegría.
8 Porque si os entristecí
con mi carta, no me pesa. Y si me pesó - pues veo que aquella carta
os entristeció, aunque no fuera más que por un momento -
9 ahora me alegro. No por haberos
entristecido, sino porque aquella tristeza os movió a arrepentimiento.
Pues os entristecisteis según Dios, de manera que de nuestra
parte no habéis sufrido perjuicio alguno.
10 En efecto, la tristeza según
Dios produce firme arrepentimiento para la salvación; mas la tristeza
del mundo produce la muerte.
11 Mirad qué ha producido
entre vosotros esa tristeza según Dios: ¡qué interés
y qué disculpas, qué enojo, qué temor, qué
añoranza, qué celo, qué castigo! En todo habéis
mostrado que erais inocentes en este asunto.
12 Así pues, si os escribí
no fue a causa del que injurió, ni del que recibió la injuria.
Fue para que se pusiera de manifiesto entre vosotros ante Dios vuestro
interés por nosotros.
13 Eso es lo que nos ha consolado.
Y mucho más que por este consuelo, nos hemos alegrado por el gozo
de Tito, cuyo espíritu fue tranquilizado por todos vosotros.
14 Y si en algo me he gloriado de
vosotros ante él, no he quedado avergonzado. Antes bien, así
como os hemos dicho siempre la verdad, así también
el motivo de nuestra gloria ante Tito ha resultado verdadero.
15 Y su corazón se inclina
todavía más hacia vosotros al recordar la obediencia de todos
vosotros y cómo le acogisteis con temor y temblor.
16 Me alegro de poder confiar totalmente
en vosotros.
2 Corintios 8
1 Os damos a conocer, hermanos,
la gracia que Dios ha otorgado a las Iglesias de Macedonia.
2 Pues, aunque probados por muchas
tribulaciones, su rebosante alegría y su extrema pobreza han desbordado
en tesoros de generosidad.
3 Porque atestiguo que según
sus posibilidades, y aun sobre sus posibilidades, espontáneamente
4 nos pedían con mucha insistencia
la gracia de participar en el servicio en bien de los santos.
5 Y superando nuestras esperanzas,
se entregaron a sí mismos, primero al Señor, y luego a nosotros,
por voluntad de Dios,
6 de forma que rogamos a Tito llevara
a buen término entre vosotros esta generosidad, tal como la había
comenzado.
7 Y del mismo modo que sobresalís
en todo: en fe, en palabra, en ciencia, en todo interés y en la
caridad que os hemos comunicado, sobresalid también en esta generosidad.
8 No es una orden; sólo quiero,
mediante el interés por los demás, probar la sinceridad de
vuestra caridad.
9 Pues conocéis la generosidad
de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros
se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza.
10 Os doy un consejo sobre el particular:
que es lo que os conviene a vosotros, ya que desde el año pasado
habéis sido los primeros no sólo en hacer la colecta,
sino también en tomar la iniciativa.
11 Ahora llevadla también
a cabo, de forma que a vuestra prontitud en la iniciativa corresponda la
realización conforme a vuestras posibilidades.
12 Pues si hay prontitud de voluntad
es bien acogida con lo que se tenga, y no importa si nada se tiene.
13 No que paséis apuros para
que otros tengan abundancia, sino con igualdad.
14 Al presente, vuestra abundancia
remedia su necesidad, para que la abundancia de ellos pueda remediar también
vuestra necesidad y reine la igualdad,
15 como dice la Escritura: = El
que mucho recogió, no tuvo de más; y el que poco, no tuvo
de menos. =
16 ¡Gracias sean dadas a Dios,
que pone en el corazón de Tito el mismo interés por vosotros!,
17 pues aceptó mi ruego y,
más solícito que nunca, por propia iniciativa fue donde vosotros.
18 Con él enviamos al hermano,
cuyo renombre a causa del Evangelio se ha extendido por todas las Iglesias.
19 Y no sólo eso, sino que
fue designado por elección de todas las Iglesias como compañero
nuestro de viaje en esta generosidad, en que servimos nosotros para
la gloria del mismo Señor, por iniciativa nuestra.
20 Así evitaremos todo motivo
de reproche por esta abundante suma que administramos;
21 pues = procuramos el bien = no
sólo = ante el Señor = sino = también ante los hombres.
=
22 Con ellos os enviamos también
al hermano nuestro, cuya solicitud tenemos ya comprobada muchas veces y
de muchas maneras; solicitud aún mayor ahora por la gran confianza
que tiene en vosotros.
23 En cuanto a Tito, es compañero
y colaborador mío cerca de vosotros; en cuanto a los demás
hermanos, son los delegados de las Iglesias: la gloria de Cristo.
24 Mostrad, pues, ante la faz de
las Iglesias, vuestra caridad y la razón de nuestro orgullo respecto
de vosotros.
2 Corintios 9
1 En cuanto a este servicio en favor
de los santos, me es superfluo escribiros.
2 Conozco, en efecto, vuestra prontitud
de ánimo, de la que me glorío ante los macedonios diciéndoles
que Acaya está preparada desde el año pasado. Y vuestro
celo ha estimulado a muchísimos.
3 No obstante, os envío a
los hermanos para que nuestro motivo de gloria respecto de vosotros no
se desvanezca en este particular y estéis preparados como os decía.
4 No sea que vayan los macedonios
conmigo y os encuentren sin prepararos, y nuestra gran confianza se torne
en confusión nuestra, por no decir vuestra.
5 Por tanto, he creído necesario
rogar a los hermanos que vayan antes donde vosotros y preparen de antemano
vuestros ya anunciados generosos dones, a fin de que sean preparados como
dones generosos y no como una tacañería.
6 Mirad: el que siembra con mezquindad,
cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia,
cosechará también en abundancia.
7 Cada cual dé según
el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: = Dios
ama al que da con alegría. =
8 Y poderoso es Dios para colmaros
de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario,
tengáis aún sobrante para toda obra buena.
9 Como está escrito: = Repartió
a manos llenas; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente. =
10 Aquel que provee = de simiente
al sembrador y de pan para su alimento, = proveerá y multiplicará
vuestra sementera y aumentará = los frutos de vuestra justicia.
=
11 Sois ricos en todo para toda
largueza, la cual provocará por nuestro medio acciones de gracias
a Dios.
12 Porque el servicio de esta ofrenda
no sólo provee a las necesidades de los santos, sino que redunda
también en abundantes acciones de gracias a Dios.
13 Experimentando este servicio,
glorifican a Dios por vuestra obediencia en la profesión del Evangelio
de Cristo y por la generosidad de vuestra comunión con ellos y con
todos.
14 Y con su oración por vosotros,
manifiestan su gran afecto hacia vosotros a causa de la gracia sobreabundante
que en vosotros ha derramado Dios.
15 ¡Gracias sean dadas a Dios
por su don inefable!
2 Corintios 10
1 Soy yo, Pablo en persona, quien
os suplica por la mansedumbre y la benignidad de Cristo, yo tan humilde
cara a cara entre vosotros, y tan atrevido con vosotros desde lejos.
2 Os ruego que no tenga que mostrarme
atrevido en presencia vuestra, con esa audacia con que pienso atreverme
contra algunos que consideran procedemos según la carne.
3 Pues aunque vivimos en la carne
no combatimos según la carne.
4 ¡No!, las armas de nuestro
combate no son carnales, antes bien, para la causa de Dios, son capaces
de arrasar fortalezas. Deshacemos sofismas
5 y toda altanería que se
subleva contra el conocimiento de Dios y reducimos a cautiverio todo entendimiento
para obediencia de Cristo.
6 Y estamos dispuestos a castigar
toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea perfecta.
7 ¡Mirad cara a cara! Si alguien
cree ser de Cristo, considere una vez más dentro de sí mismo
esto: si él es de Cristo, también lo somos nosotros.
8 Y aun cuando me gloriara excediéndome
algo, respecto de ese poder nuestro que el Señor nos dio para edificación
vuestra y no para ruina, no me avergonzaría.
9 Pues no quiero aparecer como que
os atemorizo con mis cartas.
10 Porque se dice que las cartas
son severas y fuertes, mientras que la presencia del cuerpo es pobre y
la palabra despreciable.
11 Piense ese tal que lo que somos
a distancia y de palabra por carta, lo seremos también de cerca
y de obra.
12 Ciertamente no osamos igualarnos
ni compararnos a algunos que se recomiendan a sí mismos. Midiéndose
a sí mismos según su opinión y comparándose
consigo mismos, obran sin sentido.
13 Nosotros, en cambio, no nos gloriaremos
desmesuradamente; antes bien, nos mediremos a nosotros mismos por la norma
que Dios mismo nos ha asignado como medida al hacernos llegar también
hasta vosotros.
14 Porque no traspasamos los límites
debidos, como sería si no hubiéramos llegado hasta vosotros;
hasta vosotros hemos llegado con el Evangelio de Cristo.
15 No nos gloriamos desmesuradamente
a costa de los trabajos de los demás; sino que esperamos, mediante
el progreso de vuestra fe, engrandecernos cada vez más en vosotros
conforme a nuestra norma,
16 extendiendo el Evangelio más
allá de vosotros en lugar de gloriarnos en territorio ajeno por
trabajos ya realizados.
17 = El que se gloríe, gloríese
en el Señor. =
18 Que no es hombre de probada virtud
el que a sí mismo se recomienda, sino aquel a quien el Señor
recomienda.
2 Corintios 11
1 ¡Ojalá pudierais
soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis!
2 Celoso estoy de vosotros con celos
de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual
casta virgen a Cristo.
3 Pero temo que, al igual que la
serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan vuestras
mentes apartándose de la sinceridad con Cristo.
4 Pues, cualquiera que se presenta
predicando otro Jesús del que os prediqué, y os proponga
recibir un Espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio
diferente del que abrazasteis ¡lo toleráis tan bien!
5 Sin embargo, no me juzgo en nada
inferior a esos "superapóstoles".
6 Pues si carezco de elocuencia,
no así de ciencia; que en todo y en presencia de todos os lo hemos
demostrado.
7 ¿Acaso tendré yo
culpa porque me abajé a mí mismo para ensalzaros a vosotros
anunciándoos gratuitamente el Evangelio de Dios?
8 A otras Iglesias despojé,
recibiendo de ellas con qué vivir para serviros.
9 Y estando entre vosotros y necesitado,
no fui gravoso a nadie; fueron los hermanos llegados de Macedonia los que
remediaron mi necesidad. En todo evité el seros gravoso, y lo seguiré
evitando.
10 ¡Por la verdad de Cristo
que está en mí!, que esta gloria no me será arrebatada
en las regiones de Acaya.
11 ¿Por qué? ¿Porque
no os amo? ¡Dios lo sabe!
12 Y lo que hago, continuaré
haciéndolo para quitar todo pretexto a los que lo buscan con el
fin de ser iguales a nosotros en lo que se glorían.
13 Porque esos tales son unos falsos
apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan
de apóstoles de Cristo.
14 Y nada tiene de extraño:
que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz.
15 Por tanto, no es mucho que sus
ministros se disfracen también de ministros de justicia. Pero su
fin será conforme a sus obras.
16 Digo una vez más que nadie
me tome por fatuo; pero, aunque sea como fatuo, permitidme que también
me gloríe yo un poco.
17 Lo que os voy a decir, no lo
diré según el Señor, sino como en un acceso de locura,
en la seguridad de tener algo de qué gloriarme.
18 Ya que tantos otros se glorían
según la carne, también yo me voy a gloriar.
19 Gustosos soportáis a los
fatuos, ¡vosotros que sois sensatos!
20 Soportáis que os esclavicen,
que os devoren, que os roben, que se engrían, que os abofeteen.
21 Para vergüenza vuestra lo
digo; ¡como si nos hubiéramos mostrado débiles...!
En cualquier cosa en que alguien presumiere - es un locura lo que digo
- también presumo yo.
22 ¿Que son hebreos? También
yo lo soy. ¿Que son israelitas? ¡También yo! ¿Son
descendencia de Abraham? ¡También yo!
23 ¿Ministros de Cristo?
- ¡Digo una locura! - ¡Yo más que ellos! Más
en trabajos; más en cárceles; muchísimo más
en azotes; en peligros de muerte, muchas veces.
24 Cinco veces recibí de
los judíos cuarenta azotes menos uno.
25 Tres veces fui azotado con varas;
una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche
pasé en el abismo.
26 Viajes frecuentes; peligros de
ríos; peligros de salteadores; peligros de los de mi raza; peligros
de los gentiles; peligros en ciudad; peligros en despoblado; peligros por
mar; peligros entre falsos hermanos;
27 trabajo y fatiga; noches sin
dormir, muchas veces; hambre y sed; muchos días sin comer; frío
y desnudez.
28 Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad
diaria: la preocupación por todas las Iglesias.
29 ¿Quién desfallece
sin que desfallezca yo? ¿Quién sufre escándalo sin
que yo me abrase?
30 Si hay que gloriarse, en mi flaqueza
me gloriaré.
31 El Dios y Padre del Señor
Jesús, ¡bendito sea por todos los siglos!, sabe que no miento.
32 En Damasco, el etnarca del rey
Aretas tenía puesta guardia en la ciudad de los damascenos con el
fin de prenderme.
33 Por una ventana y en una espuerta
fui descolgado muro abajo. Así escapé de sus manos.
2 Corintios 12
1 ¿Que hay que gloriarse?
- aunque no trae ninguna utilidad -; pues vendré a las visiones
y revelaciones del Señor.
2 Sé de un hombre en Cristo,
el cual hace catorce años - si en el cuerpo o fuera del cuerpo no
lo sé, Dios lo sabe - fue arrebatado hasta el tercer cielo.
3 Y sé que este hombre -
en el cuerpo o fuera del cuerpo del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe
-
4 fue arrebatado al paraíso
y oyó palabras inefables que el hombre no puede pronunciar.
5 De ese tal me gloriaré;
pero en cuanto a mí, sólo me gloriaré en mis flaquezas.
6 Si pretendiera gloriarme no haría
el fatuo, diría la verdad. Pero me abstengo de ello. No sea que
alguien se forme de mí una idea superior a lo que en mí ve
u oye de mí.
7 Y por eso, para que no me engría
con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a mi
carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que
no me engría.
8 Por este motivo tres veces rogué
al Señor que se alejase de mí.
9 Pero él me dijo: "Mi gracia
te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza". Por tanto,
con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis
flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo.
10 Por eso me complazco en mis flaquezas,
en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias
sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando
soy fuerte.
11 ¡Vedme aquí hecho
un loco! Vosotros me habéis obligado. Pues vosotros debíais
recomendarme, porque en nada he sido inferior a esos "superapóstoles",
aunque nada soy.
12 Las características del
apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en
los sufrimientos y también señales, prodigios y milagros.
13 Pues ¿en qué habéis
sido inferiores a las demás Iglesias, excepto en no haberos sido
yo gravoso? ¡Perdonadme este agravio!
14 Mirad, es la tercera vez que
estoy a punto de ir a vosotros, y no os seré gravoso, pues no busco
vuestras cosas sino a vosotros. Efectivamente, no corresponde a los hijos
atesorar para los padres, sino a los padres atesorar para los hijos.
15 Por mi parte, muy gustosamente
gastaré y me desgastaré totalmente por vuestras almas. Amándoos
más ¿seré yo menos amado?
16 Es verdad, en nada os fui gravoso;
pero en mi astucia, os capturé con dolo.
17 ¿Acaso os exploté
por alguno de los que os envié?
18 Invité a Tito y mandé
con él al hermano. ¿Os ha explotado acaso Tito? ¿No
hemos obrado según el mismo espíritu? ¿No hemos seguido
las mismas huellas?
19 Hace tiempo, pensáis,
que nos estamos justificando delante de vosotros. Delante de Dios, en Cristo,
estamos hablando. Y todo esto, queridos míos, para edificación
vuestra.
20 En efecto, temo que a mi llegada
no os encuentre como yo querría; ni me encontréis como querríais:
que haya discordias, envidias, iras, disputas, calumnias, murmuraciones,
insolencias, desórdenes.
21 Temo que en mi próxima
visita el Señor me humille por causa vuestra y tenga que llorar
por muchos que anteriormente pecaron y no se convirtieron de sus
actos de impureza, fornicación y libertinaje.
2 Corintios 13
1 Por tercera vez voy a vosotros.
= Por la palabra de dos o tres testigos se zanjará todo asunto.
=
2 Ya lo tengo dicho a los que anteriormente
pecaron y a todos los demás, y vuelvo a decirlo de antemano ahora
que estoy ausente, lo mismo que la segunda vez estando presente: Si vuelvo
otra vez, obraré sin miramientos,
3 ya que queréis una prueba
de que habla en mí Cristo, el cual no es débil para con vosotros,
sino poderoso entre vosotros.
4 Pues, ciertamente, fue crucificado
en razón de su flaqueza, pero está vivo por la fuerza de
Dios. Así también nosotros: somos débiles en él,
pero viviremos con él por la fuerza de Dios sobre vosotros.
5 Examinaos vosotros mismos si estáis
en la fe. Probaos a vosotros mismos. ¿No reconocéis que Jesucristo
está en vosotros? ¡A no ser que os encontréis ya reprobados!
6 Espero que reconoceréis
que nosotros no estamos reprobados.
7 Rogamos a Dios que no hagáis
mal alguno. No para que nosotros aparezcamos probados, sino para que obréis
el bien, aun cuando quedáramos nosotros reprobados.
8 Pues nada podemos contra la verdad,
sino sólo a favor de la verdad.
9 Ciertamente, nos alegramos cuando
somos nosotros débiles y vosotros fuertes. Lo que pedimos es vuestro
perfeccionamiento.
10 Por eso os escribo esto ausente,
para que, presente, no tenga que obrar con severidad conforme al poder
que me otorgó el Señor para edificar y no para destruir.
11 Por lo demás, hermanos,
alegraos; sed perfectos; animaos; tened un mismo sentir; vivid en paz,
y el Dios de la caridad y de la paz estará con vosotros.
12 Saludaos mutuamente con el beso
santo. Todos los santos os saludan.
13 La gracia del Señor Jesucristo,
el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros.
Gálatas 1
1 Pablo, apóstol, no de parte
de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo
y Dios Padre, que le resucitó de entre los muertos,
2 y todos los hermanos que conmigo
están, a las Iglesias de Galacia.
3 Gracia a vosotros y paz de parte
de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo,
4 que se entregó a sí
mismo por nuestros pecados, para librarnos de este mundo perverso, según
la voluntad de nuestro Dios y Padre,
5 a quien sea la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
6 Me maravillo de que abandonando
al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto
a otro evangelio
7 - no que haya otro, sino que hay
algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -.
8 Pero aun cuando nosotros mismos
o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que
os hemos anunciado, ¡sea anatema!
9 Como lo tenemos dicho, también
ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis
recibido, ¡sea anatema!
10 Porque ¿busco yo ahora
el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar
a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no
sería siervo de Cristo.
11 Porque os hago saber, hermanos,
que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano,
12 pues yo no lo recibí ni
aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13 Pues ya estáis enterados
de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente
perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba,
14 y cómo sobrepasaba en
el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos,
superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres.
15 Mas, cuando Aquel que me separó
= desde el seno de mi madre = y me = llamó = por su gracia, tuvo
a bien
16 revelar en mí a su Hijo,
para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni
a la carne ni a la sangre,
17 sin subir a Jerusalén
donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de
donde nuevamente volví a Damasco.
18 Luego, de allí a tres
años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí
quince días en su compañía.
19 Y no vi a ningún otro
apóstol, y sí a Santiago, el hermano del Señor.
20 Y en lo que os escribo, Dios
me es testigo de que no miento.
21 Luego me fui a las regiones de
Siria y Cilicia;
22 pero personalmente no me conocían
las Iglesias de Judea que están en Cristo.
23 Solamente habían oído
decir: "El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva
de la fe que entonces quería destruir".
24 Y glorificaban a Dios a causa
de mí.
Gálatas 2
1 Luego, al cabo de catorce años,
subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando
conmigo también a Tito.
2 Subí movido por una revelación
y les expuse el Evangelio que proclamo entre los gentiles - tomando aparte
a los notables - para saber si corría o había corrido
en vano.
3 Pues bien, ni siquiera Tito que
estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse.
4 Pero, a causa de los intrusos,
los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad
que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud,
5 a quienes ni por un instante cedimos,
sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del
Evangelio...
6 Y de parte de los que eran tenidos
por notables - ¡qué me importa lo que fuesen!: en Dios no
hay acepción de personas - en todo caso, los notables nada nuevo
me impusieron.
7 Antes al contrario, viendo que
me había sido confiada la evangelización de los incircuncisos,
al igual que a Pedro la de los circuncisos,
8 - pues el que actuó en
Pedro para hacer de él un apóstol de los circuncisos, actuó
también en mí para hacerme apóstol de los gentiles
-
9 y reconociendo la gracia que me
había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados
como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión
a mí y a Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles
y ellos a los circuncisos;
10 sólo que nosotros debíamos
tener presentes a los pobres, cosa que he procurado cumplir con todo esmero.
11 Mas, cuando vino Cefas a Antioquía,
me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión.
12 Pues antes que llegaran algunos
del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles;
pero una vez que aquéllos llegaron, se le vio recatarse y separarse
por temor de los circuncisos.
13 Y los demás judíos
le imitaron en su simulación, hasta el punto de que el mismo Bernabé
se vio arrastrado por la simulación de ellos.
14 Pero en cuanto vi que no procedían
con rectitud, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia
de todos: "Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como
judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?"
15 Nosotros somos judíos
de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo,
16 conscientes de que el hombre
no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo,
también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin
de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las
obras de la ley, pues por las obras de la ley = nadie será justificado.
=
17 Ahora bien, si buscando nuestra
justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos
pecadores, ¿estará Cristo al servicio del pecado? ¡De
ningún modo!
18 Pues si vuelvo a edificar lo
que una vez destruí, a mí mismo me declaro transgresor.
19 En efecto, yo por la ley he muerto
a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado:
20 y no vivo yo, sino que es Cristo
quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo
en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
21 No tengo por inútil la
gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justificación,
entonces hubiese muerto Cristo en vano.
Gálatas 3
1 ¡Oh insensatos gálatas!
¿Quién os fascinó a vosotros, a cuyos ojos fue presentado
Jesucristo crucificado?
2 Quiero saber de vosotros una sola
cosa: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o
por la fe en la predicación?
3 ¿Tan insensatos sois? Comenzando
por espíritu, ¿termináis ahora en carne?
4 ¿Habéis pasado en
vano por tales experiencias? ¡Pues bien en vano sería!
5 El que os otorga, pues, el Espíritu
y obra milagros entre vosotros, ¿lo hace porque observáis
la ley o porque tenéis fe en la predicación?
6 Así Abraham = creyó
en Dios y le fue reputado como justicia. =
7 Tened, pues, entendido que los
que viven de la fe, ésos son los hijos de Abraham.
8 La Escritura, previendo que Dios
justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación
a Abraham esta buena nueva: = En ti serán bendecidas todas
las naciones. =
9 Así pues, los que viven
de la fe son bendecidos con Abraham el creyente.
10 Porque todos los que viven de
las obras de la ley incurren en maldición. Pues dice la Escritura:
= Maldito todo el que no se mantenga en la práctica de todos los
preceptos escritos en el libro de la Ley. =
11 - Y que la ley no justifica a
nadie ante Dios es cosa evidente, pues = el justo vivirá por la
fe; =
12 pero la ley no procede de la
fe, sino que = quien practique sus preceptos, vivirá por ellos -
=
13 Cristo nos rescató de
la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición
por nosotros, pues dice la Escritura: = Maldito todo el que está
colgado de un madero, =
14 a fin de que llegara a los gentiles,
en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos
el Espíritu de la Promesa.
15 Hermanos, voy a explicarme al
modo humano: aun entre los hombres, nadie anula ni añade nada a
un testamento hecho en regla.
16 Pues bien, las promesas fueron
dirigidas a Abraham = y a = su = descendencia. = No dice: "y a los descendientes",
como si fueran muchos, sino a uno solo, = a tu descendencia, = es decir,
a Cristo.
17 Y digo yo: Un testamento ya hecho
por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega 430
años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada.
18 Pues si la herencia dependiera
de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó
a Abraham su favor en forma de promesa.
19 Entonces, ¿para qué
la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta
que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley
que fue promulgada por los ángeles y con la intervención
de un mediador.
20 Ahora bien, cuando hay uno solo
no hay mediador, y Dios es uno solo.
21 Según eso, ¿la
ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Si de
hecho se nos hubiera otorgado una ley capaz de vivificar, en ese caso la
justicia vendría realmente de la ley.
22 Pero, de hecho, la Escritura
encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera otorgada
a los creyentes mediante la fe en Jesucristo.
23 Y así, antes de que llegara
la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera
de la fe que debía manifestarse.
24 De manera que la ley ha sido
nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe.
25 Mas, una vez llegada la fe, ya
no estamos bajo el pedagogo.
26 Pues todos sois hijos de Dios
por la fe en Cristo Jesús.
27 En efecto, todos los bautizados
en Cristo os habéis revestido de Cristo:
28 ya no hay judío ni griego;
ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno
en Cristo Jesús.
29 Y si sois de Cristo, ya sois
descendencia de Abraham, herederos según la Promesa.
Gálatas 4
1 Pues yo digo: Mientras el heredero
es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño
de todo;
2 sino que está bajo tutores
y administradores hasta el tiempo fijado por el padre.
3 De igual manera, también
nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos
bajo los elementos del mundo.
4 Pero, al llegar la plenitud de
los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo
la ley,
5 para rescatar a los que se hallaban
bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.
6 La prueba de que sois hijos es
que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo
que clama: ¡Abbá, Padre!
7 De modo que ya no eres esclavo,
sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.
8 Pero en otro tiempo, cuando no
conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses.
9 Mas, ahora que habéis conocido
a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis
a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis
volver a servir de nuevo?
10 Andáis observando los
días, los meses, las estaciones, los años.
11 Me hacéis temer no haya
sido en vano todo mi afán por vosotros.
12 Os ruego que os hagáis
como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis.
13 Pero bien sabéis que una
enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez;
14 y, no obstante la prueba que
suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni
repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios: como a
Cristo Jesús.
15 ¿Dónde están
ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que
os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos.
16 ¿Es que me he vuelto enemigo
vuestro diciéndoos la verdad?
17 El celo que ésos muestran
por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis
celo por ellos.
18 Bien está procurarse el
celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre
vosotros,
19 ¡hijos míos!, por
quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en
vosotros.
20 Quisiera hallarme ahora en medio
de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo
habérmelas con vosotros.
21 Decidme vosotros, los que queréis
estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley?.
22 Pues dice la Escritura que Abraham
tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.
23 Pero el de la esclava nació
según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa.
24 Hay en ello una alegoría:
estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí,
madre de los esclavos, es Agar,
25 (pues el monte Sinaí está
en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava,
y lo mismo sus hijos.
26 Pero la Jerusalén de arriba
es libre; ésa es nuestra madre,
27 pues dice la Escritura: = Regocíjate
estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo,
la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos
de la abandonada que los de la casada. =
28 Y vosotros, hermanos, a la manera
de Isaac, sois hijos de la Promesa.
29 Pero, así como entonces
el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según
el espíritu, así también ahora.
30 Pero ¿qué dice
la Escritura? = Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar
el hijo de la esclava juntamente con el hijo = de la libre.
31 Así que, hermanos, no
somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Gálatas 5
1 Para ser libres nos libertó
Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente
bajo el yugo de la esclavitud.
2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice:
Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
3 De nuevo declaro a todo hombre
que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley.
4 Habéis roto con Cristo
todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Os habéis apartado
de la gracia.
5 Pues a nosotros nos mueve el Espíritu
a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia.
6 Porque en Cristo Jesús
ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino
solamente la fe que actúa por la caridad.
7 Comenzasteis bien vuestra carrera,
¿quién os puso obstáculo para no seguir a la verdad?
8 Semejante persuasión no
proviene de Aquel que os llama.
9 Un poco de levadura fermenta toda
la masa.
10 Por mi parte, confío en
el Señor que vosotros no pensaréis de otra manera; pero el
que os perturba llevará su castigo, quienquiera que sea.
11 En cuanto a mí, hermanos,
si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy
todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo
de la cruz!
12 ¡Ojalá que se mutilaran
los que os perturban!
13 Porque, hermanos, habéis
sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad
pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los
unos a los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud
en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
=
15 Pero si os mordéis y os
devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a
destruiros!
16 Por mi parte os digo: Si vivís
según el Espíritu, no daréis satisfacción a
las apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias
contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne,
como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis
lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por
el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne
son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería,
odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías
y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que
quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu
es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio de sí;
contra tales cosas no hay ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús,
han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu,
obremos también según el Espíritu.
26 No busquemos la gloria vana provocándonos
los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.
Gálatas 6
1 Hermanos, aun cuando alguno incurra
en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu
de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú
puedes ser tentado.
2 Ayudaos mutuamente a llevar vuestras
cargas y cumplid así la ley de Cristo.
3 Porque si alguno se imagina ser
algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo.
4 Examine cada cual su propia conducta
y entonces tendrá en sí solo, y no en otros, motivo para
glorificarse,
5 pues cada uno tiene que llevar
su propia carga.
6 Que el discípulo haga partícipe
en toda suerte de bienes al que le instruye en la Palabra.
7 No os engañéis;
de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará:
8 el que siembre en su carne, de
la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu,
del espíritu cosechará vida eterna.
9 No nos cansemos de obrar el bien;
que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.
10 Así que, mientras tengamos
oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos
en la fe.
11 Mirad con qué letras tan
grandes os escribo de mi propio puño.
12 Los que quieren ser bien vistos
en lo humano, ésos os fuerzan a circuncidaros, con el único
fin de evitar la persecución por la cruz de Cristo.
13 Pues ni siquiera esos mismos
que se circuncidan cumplen la ley; sólo desean veros circuncidados
para gloriarse en vuestra carne.
14 En cuanto a mí ¡Dios
me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado
para el mundo!
15 Porque nada cuenta ni la circuncisión,
ni la incircuncisión, sino la creación nueva.
16 Y para todos los que se sometan
a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios.
17 En adelante nadie me moleste,
pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús.
18 Hermanos, que la gracia de nuestro
Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
Efesios 1
1 Pablo, apóstol de Cristo
Jesús por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús.
2 Gracia a vosotros y paz de parte
de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
3 Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de
bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo;
4 por cuanto nos ha elegido en él
antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en
su presencia, en el amor;
5 eligiéndonos de antemano
para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito
de su voluntad,
6 para alabanza de la gloria de
su gracia con la que nos agració en el Amado.
7 En él tenemos por medio
de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según
la riqueza de su gracia
8 que ha prodigado sobre nosotros
en toda sabiduría e inteligencia,
9 dándonos a conocer el Misterio
de su voluntad según el benévolo designio que en él
se propuso de antemano,
10 para realizarlo en la plenitud
de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está
en los cielos y lo que está en la tierra.
11 A él, por quien entramos
en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que
realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
12 para ser nosotros alabanza de
su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
13 En él también vosotros,
tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra
salvación, y creído también en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,
14 que es prenda de nuestra herencia,
para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de
su gloria.
15 Por eso, también yo, al
tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra
caridad para con todos los santos,
16 no ceso de dar gracias por vosotros
recordándoos en mis oraciones,
17 para que el Dios de nuestro Señor
Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría
y de revelación para conocerle perfectamente;
18 iluminando los ojos de vuestro
corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a
que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de
la gloria otorgada por él en herencia a los santos,
19 y cuál la soberana grandeza
de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de
su fuerza poderosa,
20 que desplegó en Cristo,
resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra
en los cielos,
21 por encima de todo Principado,
Potestad, Virtud, Dominación y de todo cuanto tiene nombre no sólo
en este mundo sino también en el venidero.
22 = Bajo sus pies sometió
todas la cosas = y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia,
23 que es su Cuerpo, la Plenitud
del que lo llena todo en todo.
Efesios 2
1 Y a vosotros que estabais muertos
en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales vivisteis en otro
tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe
del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los rebeldes...
3 entre ellos vivíamos también
todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra
carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos,
destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera...
4 Pero Dios, rico en misericordia,
por el grande amor con que nos amo,
5 estando muertos a causa de nuestros
delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis
sido salvados -
6 y con él nos resucitó
y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,
7 a fin de mostrar en los siglos
venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús.
8 Pues habéis sido salvados
por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es
un don de Dios;
9 tampoco viene de las obras, para
que nadie se gloríe.
10 En efecto, hechura suya somos:
creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano
dispuso Dios que practicáramos.
11 Así que, recordad cómo
en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne, llamados =
incircuncisos = por la que se llama = circuncisión = - por una operación
practicada en la carne -,
12 estabais a la sazón lejos
de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y extraños
a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Mas ahora, en Cristo Jesús,
vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado
a estar cerca por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz:
el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba,
la enemistad,
15 anulando en su carne la Ley de
los mandamientos con sus preceptos, para crear en sí mismo, de los
dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz,
16 y reconciliar con Dios a ambos
en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte
a la Enemistad.
17 Vino a anunciar la paz: = paz
a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. =
18 Pues por él, unos y otros
tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu.
19 Así pues, ya no sois extraños
ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios,
20 edificados sobre el cimiento
de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo,
21 en quien toda edificación
bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor,
22 en quien también vosotros
estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en
el Espíritu.
Efesios 3
1 Por lo cual yo, Pablo, el prisionero
de Cristo por vosotros los gentiles...
2 si es que conocéis la misión
de la gracia que Dios me concedió en orden a vosotros:
3 cómo me fue comunicado
por una revelación el conocimiento del Misterio, tal como brevemente
acabo de exponeros.
4 Según esto, leyéndolo
podéis entender mi conocimiento del Misterio de Cristo;
5 Misterio que en generaciones pasadas
no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora revelado a sus
santos apóstoles y profetas por el Espíritu:
6 que los gentiles sois coherederos,
miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo
Jesús por medio del Evangelio,
7 del cual he llegado a ser ministro,
conforme al don de la gracia de Dios a mí concedida por la fuerza
de su poder.
8 A mí, el menor de todos
los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles
la inescrutable riqueza de Cristo,
9 y esclarecer cómo se ha
dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas
las cosas,
10 para que la multiforme sabiduría
de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los
cielos, mediante la Iglesia,
11 conforme al previo designio eterno
que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro,
12 quien, mediante la fe en él,
nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios.
13 Por lo cual os ruego no os desaniméis
a causa de las tribulaciones que por vosotros padezco, pues ellas son vuestra
gloria.
14 Por eso doblo mis rodillas ante
el Padre,
15 de quien toma nombre toda familia
en el cielo y en la tierra,
16 para que os conceda, según
la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción
de su Espíritu en el hombre interior,
17 que Cristo habite por la fe en
vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor,
18 podáis comprender con
todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la
profundidad,
19 y conocer el amor de Cristo,
que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta
la total Plenitud de Dios.
20 A Aquel que tiene poder para
realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir
o pensar, conforme al poder que actúa en nosotros,
21 a él la gloria en la Iglesia
y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos.
Amén.
Efesios 4
1 Os exhorto, pues, yo, preso por
el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación
con que habéis sido llamados,
2 con toda humildad, mansedumbre
y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
3 poniendo empeño en conservar
la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu,
como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
5 Un solo Señor, una sola
fe, un solo bautismo,
6 un solo Dios y Padre de todos,
que está sobre todos, por todos y en todos.
7 A cada uno de nosotros le ha sido
concedido el favor divino a la medida de los dones de Cristo.
8 Por eso dice: = Subiendo a la
altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres. =
9 ¿Qué quiere decir
"subió" sino que también bajó a las regiones inferiores
de la tierra?
10 Este que bajó es el mismo
que subió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
11 El mismo "dio" a unos el ser
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros,
pastores y maestros,
12 para el recto ordenamiento de
los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación
del Cuerpo de Cristo,
13 hasta que lleguemos todos a la
unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de
hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo.
14 Para que no seamos ya niños,
llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a
merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente
al error,
15 antes bien, siendo sinceros en
el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo,
16 de quien todo el Cuerpo recibe
trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que
llevan la nutrición según la actividad propia de cada
una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para
su edificación en el amor.
17 Os digo, pues, esto y os conjuro
en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según
la vaciedad de su mente,
18 sumergido su pensamiento en las
tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos,
por la dureza de su cabeza
19 los cuales, habiendo perdido
el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno
toda suerte de impurezas.
20 Pero no es éste el Cristo
que vosotros habéis aprendido,
21 si es que habéis oído
hablar de él y en él habéis sido enseñados
conforme a la verdad de Jesús
22 a despojaros, en cuanto a vuestra
vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción
de las concupiscencias,
23 a renovar el espíritu
de vuestra mente,
24 y a revestiros del Hombre Nuevo,
creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad.
25 Por tanto, desechando la mentira,
= hablad con verdad cada cual con su prójimo, = pues somos miembros
los unos de los otros.
26 = Si os airáis, no pequéis;
= no se ponga el sol mientras estéis airados,
27 ni deis ocasión al Diablo.
28 El que robaba, que ya no robe,
sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda
hacer partícipe al que se halle en necesidad.
29 No salga de vuestra boca palabra
dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la
necesidad y hacer el bien a los que os escuchen.
30 No entristezcáis al Espíritu
Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Toda acritud, ira, cólera,
gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre
vosotros.
32 Sed más bien buenos entre
vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os perdonó
Dios en Cristo.
Efesios 5
1 Sed, pues, imitadores de Dios,
como hijos queridos,
2 y vivid en el amor como Cristo
os amó y se entregó por nosotros como = oblación y
víctima de suave aroma. =
3 La fornicación, y toda
impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene
a los santos.
4 Lo mismo de la grosería,
las necedades o las chocarrerías, cosas que no están bien;
sino más bien, acciones de gracias.
5 Porque tened entendido que ningún
fornicario o impuro o codicioso - que es ser idólatra - participará
en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.
6 Que nadie os engañe con
vanas razones, pues por eso viene le cólera de Dios sobre los rebeldes.
7 No tengáis parte con ellos.
8 Porque en otro tiempo fuisteis
tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la
luz;
9 pues el fruto de la luz consiste
en toda bondad, justicia y verdad.
10 Examinad qué es lo que
agrada al Señor,
11 y no participéis en las
obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas.
12 Cierto que ya sólo el
mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza;
13 pero, al ser denunciadas, se
manifiestan a la luz.
14 Pues todo lo que queda manifiesto
es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate
de entre los muertos, y te iluminará Cristo.
15 Así pues, mirad atentamente
cómo vivís; que no sea como imprudentes, sino como prudentes;
16 aprovechando bien el tiempo presente,
porque los días son malos.
17 Por tanto, no seáis insensatos,
sino comprended cuál es la voluntad de Señor.
18 = No os embriaguéis con
vino, = que es causa de libertinaje; llenaos más bien del Espíritu.
19 Recitad entre vosotros salmos,
himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón
al Señor,
20 dando gracias continuamente y
por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
21 Sed sumisos los unos a los otros
en el temor de Cristo.
22 Las mujeres a sus maridos, como
al Señor,
23 porque el marido es cabeza de
la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo.
24 Así como la Iglesia está
sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a
sus maridos en todo.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres
como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí
mismo por ella,
26 para santificarla, purificándola
mediante el baño del agua, en virtud de la palabra,
27 y presentársela resplandeciente
a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino
que sea santa e inmaculada.
28 Así deben amar los maridos
a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama
a sí mismo.
29 Porque nadie aborreció
jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño,
lo mismo que Cristo a la Iglesia,
30 pues somos miembros de su Cuerpo.
31 = Por eso dejará el hombre
a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán
una sola carne. =
32 Gran misterio es éste,
lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
33 En todo caso, en cuanto a vosotros,
que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete
al marido.
Efesios 6
1 Hijos, obedeced a vuestros padres
en el Señor; porque esto es justo.
2 = Honra a tu padre y a tu madre,
= tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:
3 = Para que seas feliz y se prolongue
tu vida sobre la tierra. =
4 Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción
y la corrección según el Señor.
5 Esclavos, obedeced a vuestros
amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de corazón,
como a Cristo,
6 no por ser vistos, como quien
busca agradar a los hombres, sino como esclavos de Cristo que cumplen de
corazón la voluntad de Dios;
7 de buena gana, como quien sirve
al Señor y no a los hombres;
8 conscientes de que cada cual será
recompensado por el Señor según el bien que hiciere: sea
esclavo, sea libre.
9 Amos, obrad de la misma manera
con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente que está en los
cielos el Amo vuestro y de ellos, y que en él no hay acepción
de personas.
10 Por lo demás, fortaleceos
en el Señor y en la fuerza de su poder.
11 Revestíos de las armas
de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra
la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades,
contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus
del Mal que están en las alturas.
13 Por eso, tomad las armas de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y después
de haber vencido todo, manteneros firmes.
14 ¡En pie!, pues; = ceñida
vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza,
=
15 calzados los pies con = el Celo
por el Evangelio de la paz, =
16 embrazando siempre el escudo
de la Fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos
dardos del Maligno.
17 Tomad, también, = el yelmo
de la salvación = y la espada del Espíritu, que es la Palabra
de Dios;
18 siempre en oración y súplica,
orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con
perseverancia e intercediendo por todos los santos,
19 y también por mí,
para que me sea dada la Palabra al abrir mi boca y pueda dar a conocer
con valentía el Misterio del Evangelio,
20 del cual soy embajador entre
cadenas, y pueda hablar de él valientemente como conviene.
21 Para que también vosotros
sepáis cómo me va y qué hago, os informará
de todo Tíquico, el hermano querido y fiel ministro en el
Señor,
22 a quien envío donde vosotros
expresamente para que sepáis de nosotros y consuele vuestros corazones.
23 Paz a los hermanos, y caridad
con fe de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
24 La gracia sea con todos los que
aman a nuestro Señor Jesucristo en la vida incorruptible.
Filipenses 1
1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo
Jesús, a todos los santos en Cristo Jesús, que están
en Filipos, con los epíscopos y diáconos.
2 Gracia a vosotros y paz de parte
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3 Doy gracias a mi Dios cada vez
que me acuerdo de vosotros,
4 rogando siempre y en todas mis
oraciones con alegría por todos vosotros
5 a causa de la colaboración
que habéis prestado al Evangelio, desde el primer día hasta
hoy;
6 firmemente convencido de que,
quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando
hasta el Día de Cristo Jesús.
7 Y es justo que yo sienta así
de todos vosotros, pues os llevo en mi corazón, partícipes
como sois todos de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y
consolidación del Evangelio.
8 Pues testigo me es Dios de cuánto
os quiero a todos vosotros en el corazón de Cristo Jesús.
9 Y lo que pido en mi oración
es que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento
perfecto y todo discernimiento,
10 con que podáis aquilatar
los mejor para ser puros y sin tacha para el Día de Cristo,
11 llenos de los frutos de justicia
que vienen por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
12 Quiero que sepáis, hermanos,
que lo que me ha sucedido ha contribuido más bien al progreso del
Evangelio;
13 de tal forma que se ha hecho
público en todo el Pretorio y entre todos los demás, que
me hallo en cadenas por Cristo.
14 Y la mayor parte de los hermanos,
alentados en el Señor por mis cadenas, tienen mayor intrepidez en
anunciar sin temor la Palabra.
15 Es cierto que algunos predican
a Cristo por envidia y rivalidad; mas hay también otros que lo hacen
con buena intención;
16 éstos, por amor, conscientes
de que yo estoy puesto para defender el Evangelio;
17 aquéllos, por rivalidad,
no con puras intenciones, creyendo que aumentan la tribulación de
mis cadenas.
18 Pero ¿y qué? Al
fin y al cabo, hipócrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y
esto me alegra y seguirá alegrándome.
19 Pues yo sé que = esto
servirá para mi salvación = gracias a vuestras oraciones
y a la ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo,
20 conforme a lo que aguardo y espero,
que en modo alguno seré confundido; antes bien, que con plena seguridad,
ahora como siempre, Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi
vida o por mi muerte,
21 pues para mí la vida es
Cristo, y la muerte, una ganancia.
22 Pero si el vivir en la carne
significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger...
23 Me siento apremiado por las dos
partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente,
es con mucho lo mejor;
24 mas, por otra parte, quedarme
en la carne es más necesario para vosotros.
25 Y, persuadido de esto, sé
que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para progreso
y gozo de vuestra fe,
26 a fin de que tengáis por
mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús cuando yo vuelva
a estar entre vosotros.
27 Lo que importa es que vosotros
llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si
voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis
firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del
Evangelio,
28 sin dejaros intimidar en nada
por los adversarios, lo cual es para ellos señal de perdición,
y para vosotros de salvación. Todo esto viene de Dios.
29 Pues a vosotros se os ha concedido
la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él,
sino también que padezcáis por él,
30 sosteniendo el mismo combate
en que antes me visteis y en el que ahora sabéis que me encuentro.
Filipenses 2
1 Así, pues, os conjuro en
virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión
de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable
compasión,
2 que colméis mi alegría,
siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu,
unos mismos sentimientos.
3 Nada hagáis por rivalidad,
ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás
como superiores a sí mismo,
4 buscando cada cual no su propio
interés sino el de los demás.
5 Tened entre vosotros los mismos
sentimientos que Cristo:
6 El cual, siendo de condición
divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
7 Sino que se despojó de
sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante
a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
8 y se humilló a sí
mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios le exaltó
y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
10 Para que al nombre de Jesús
= toda rodilla se doble = en los cielos, en la tierra y en los abismos,
11 = y toda lengua confiese = que
Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.
12 Así pues, queridos míos,
de la misma manera que habéis obedecido siempre, no sólo
cuando estaba presente sino mucho más ahora que estoy ausente,
trabajad con temor y temblor por vuestra salvación,
13 pues Dios es quien obra en vosotros
el querer y el obrar, como bien le parece.
14 Hacedlo todo sin murmuraciones
ni discusiones
15 para que seáis irreprochables
e inocentes, = hijos de Dios sin tacha en medio de una generación
tortuosa y perversa, = en medio de la cual brilláis como antorchas
en el mundo,
16 presentándole la Palabra
de vida para orgullo mío en el Día de Cristo, ya que no habré
corrido ni me habré fatigado en vano.
17 Y aun cuando mi sangre fuera
derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra
fe, me alegraría y congratularía con vosotros.
18 De igual manera también
vosotros alegraos y congratulaos conmigo.
19 Espero en el Señor Jesús
poder enviaros pronto a Timoteo, para quedar también yo animado
con vuestras noticias.
20 Pues a nadie tengo de tan iguales
sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses,
21 ya que todos buscan sus propios
intereses y no los de Cristo Jesús.
22 Pero vosotros conocéis
su probada virtud, pues como un hijo junto a su padre ha servido conmigo
en favor del Evangelio.
23 A él, pues, espero enviaros
tan pronto como vea clara mi situación.
24 Y aun confío en el Señor
que yo mismo podré ir pronto.
25 Entretanto, he juzgado necesario
devolveros a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de
armas, enviado por vosotros con el encargo de servirme en mi necesidad,
26 porque os está añorando
a todos vosotros y anda angustiado porque sabe que ha llegado a vosotros
la noticia de su enfermedad.
27 Es cierto que estuvo enfermo
y a punto de morir. Pero Dios se compadeció de él; y no sólo
de él, sino también de mí, para que no tuviese yo
tristeza sobre tristeza.
28 Así pues, me apresuro
a enviarle para que viéndole de nuevo os llenéis de alegría
y yo quede aliviado en mi tristeza.
29 Recibidle, pues, en el Señor
con toda alegría, y tened en estima a los hombres como él,
30 ya que por la obra de Cristo
ha estado a punto de morir, arriesgando su vida para supliros en el servicio
que no podíais prestarme vosotros mismos.
Filipenses 3
1 Por lo demás, hermanos
míos, alegraos en el Señor... Volver a escribiros las mismas
cosas, a mí no me es molestia, y a vosotros os da seguridad.
2 Atención a los perros;
atención a los obreros malos; atención a los falsos circuncisos.
3 Pues los verdaderos circuncisos
somos nosotros, los que damos culto según el Espíritu de
Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner nuestra confianza
en la carne,
4 aunque yo tengo motivos para confiar
también en la carne. Si algún otro cree poder confiar en
la carne, más yo.
5 Circuncidado el octavo día;
del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de
hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo;
6 en cuanto al celo, perseguidor
de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley, intachable.
7 Pero lo que era para mí
ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo.
8 Y más aún: juzgo
que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas,
y las tengo por basura para ganar a Cristo,
9 y ser hallado en él, no
con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por
la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe,
10 y conocerle a él, el poder
de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta
hacerme semejante a él en su muerte,
11 tratando de llegar a la resurrección
de entre los muertos.
12 No que lo tenga ya conseguido
o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo
alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.
13 Yo, hermanos, no creo haberlo
alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé
atrás y me lanzo a lo que está por delante,
14 corriendo hacia la meta, para
alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.
15 Así pues, todos los perfectos
tengamos estos sentimientos, y si en algo sentís de otra manera,
también eso os lo declarará Dios.
16 Por lo demás, desde el
punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.
17 Hermanos, sed imitadores míos,
y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros.
18 Porque muchos viven según
os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos
de la cruz de Cristo,
19 cuyo final es la perdición,
cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza,
que no piensan más que en las cosas de la tierra.
20 Pero nosotros somos ciudadanos
del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo,
21 el cual transfigurará
este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud
del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.
Filipenses 4
1 Por tanto, hermanos míos
queridos y añorados, mi gozo y mi corona, manteneos así firmes
en el Señor, queridos.
2 Ruego a Evodia, lo mismo que a
Síntique, tengan un mismo sentir en el Señor.
3 También te ruego a ti,
Sícigo, verdadero "compañero", que las ayudes, ya que lucharon
por el Evangelio a mi lado, lo mismo que Clemente y demás colaboradores
míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
4 Estad siempre alegres en el Señor;
os lo repito, estad alegres.
5 Que vuestra mesura sea conocida
de todos los hombres. El Señor está cerca.
6 No os inquietéis por cosa
alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones,
mediante la oración y la súplica, acompañadas
de la acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que supera todo
conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos
en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos,
todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de
honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso
tenedlo en cuenta.
9 Todo cuanto habéis aprendido
y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios
de la paz estará con vosotros.
10 Me alegré mucho en el
Señor de que ya al fin hayan florecido vuestros buenos sentimientos
para conmigo. Ya los teníais, sólo que os faltaba ocasión
de manifestarlos.
11 No lo digo movido por la necesidad,
pues he aprendido a contentarme con lo que tengo.
12 Sé andar escaso y sobrado.
Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia
y a la privación.
13 Todo lo puedo en Aquel que me
conforta.
14 En todo caso, hicisteis bien
en compartir mi tribulación.
15 Y sabéis también
vosotros, filipenses, que en el comienzo de la evangelización, cuando
salí de Macedonia, ninguna Iglesia me abrió cuentas
de "haber y debe", sino vosotros solos.
16 Pues incluso cuando estaba yo
en Tesalónica enviasteis por dos veces con que atender a mi necesidad.
17 No es que yo busque el don; sino
que busco que aumenten los intereses en vuestra cuenta.
18 Tengo cuanto necesito, y me sobra;
nado en la abundancia después de haber recibido de Epafrodito lo
que me habéis enviado, = suave aroma =, sacrificio que Dios
acepta con agrado.
19 Y mi Dios proveerá a todas
vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo
Jesús.
20 Y a Dios, nuestro Padre, la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
21 Saludad a todos los santos en
Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo.
22 Os saludan todos los Santos,
especialmente los de la Casa del César.
23 La gracia del Señor Jesucristo
sea con vuestro espíritu.
Colosenses 1
1 Pablo, apóstol de Cristo
Jesús por voluntad de Dios, y Timoteo el hermano,
2 a los santos de Colosas, hermanos
fieles en Cristo. Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre.
3 Damos gracias sin cesar a Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo, por vosotros en nuestras oraciones,
4 al tener noticia de vuestra fe
en Cristo Jesús y de la caridad que tenéis con todos los
santos,
5 a causa de la esperanza que os
está reservada en los cielos y acerca de la cual fuisteis ya instruidos
por la Palabra de la verdad, el Evangelio,
6 que llegó hasta vosotros,
y fructifica y crece entre vosotros lo mismo que en todo el mundo, desde
el día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en
la verdad:
7 tal como os la enseñó
Epafras, nuestro querido consiervo y fiel ministro de Cristo, en lugar
nuestro,
8 el cual nos informó también
de vuestro amor en el Espíritu.
9 Por eso, tampoco nosotros dejamos
de rogar por vosotros desde el día que lo oímos, y de pedir
que lleguéis al pleno conocimiento de su voluntad con toda
sabiduría e inteligencia espiritual,
10 para que viváis de una
manera digna del Señor, agradándole en todo, fructificando
en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios;
11 confortados con toda fortaleza
por el poder de su gloria, para toda constancia en el sufrimiento y paciencia;
dando con alegría
12 gracias al Padre que os ha hecho
aptos para participar en la herencia de los santos en la luz.
13 El nos libró del poder
de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor,
14 en quien tenemos la redención:
el perdón de los pecados.
15 El es Imagen de Dios invisible,Primogénito
de toda la creación,
16 porque en él fueron creadas
todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles,
los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue
creado por él y para él,
17 él existe con anterioridad
a todo, y todo tiene en él su consistencia.
18 El es también la Cabeza
del Cuerpo, de la Iglesia:El es el Principio, el Primogénito de
entre los muertos, para que sea él el primero en todo,
19 pues Dios tuvo a bien hacer residir
en él toda la Plenitud,
20 y reconciliar por él y
para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz,
lo que hay en la tierra y en los cielos.
21 Y a vosotros, que en otro tiempo
fuisteis extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas
obras,
22 os ha reconciliado ahora, por
medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados
e irreprensibles delante de El;
23 con tal que permanezcáis
sólidamente cimentados en la fe, firmes e inconmovibles en la esperanza
del Evangelio que oísteis, que ha sido proclamado a toda criatura
bajo el cielo y del que yo, Pablo, he llegado a ser ministro.
24 Ahora me alegro por los padecimientos
que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones
de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,
25 de la cual he llegado a ser ministro,
conforme a la misión que Dios me concedió en orden a vosotros
para dar cumplimiento a la Palabra de Dios,
26 al Misterio escondido desde siglos
y generaciones, y manifestado ahora a sus santos,
27 a quienes Dios quiso dar a conocer
cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles,
que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria,
28 al cual nosotros anunciamos,
amonestando e instruyendo a todos los hombres con toda sabiduría,
a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo.
29 Por esto precisamente me afano,
luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí.
Colosenses 2
1 Quiero que sepáis qué
dura lucha estoy sosteniendo por vosotros y por los de Laodicea, y por
todos los que no me han visto personalmente,
2 para que sus corazones reciban
ánimo y, unidos íntimamente en el amor, alcancen en toda
su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del Misterio
de Dios,
3 en el cual están ocultos
todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
4 Os digo esto para que nadie os
seduzca con discursos capciosos.
5 Pues, si bien estoy corporalmente
ausente, en espíritu me hallo con vosotros, alegrándome de
ver vuestra armonía y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
6 Vivid, pues, según Cristo
Jesús, el Señor, tal como le habéis recibido;
7 enraizados y edificados en él;
apoyados en la fe, tal como se os enseñó, rebosando en acción
de gracias.
8 Mirad que nadie os esclavice mediante
la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas,
según los elementos del mundo y no según Cristo.
9 Porque en él reside toda
la Plenitud de la Divinidad corporalmente,
10 y vosotros alcanzáis la
plenitud en él, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad;
11 en él también fuisteis
circuncidados con la circuncisión no quirúrgica, sino mediante
el despojo de vuestro cuerpo mortal, por la circuncisión en Cristo.
12 Sepultados con él en el
bautismo, con él también habéis resucitado por la
fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.
13 Y a vosotros, que estabais muertos
en vuestros delitos y en vuestra carne incircuncisa, os vivificó
juntamente con él y nos perdonó todos nuestros delitos.
14 Canceló la nota de cargo
que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas
desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz.
15 Y, una vez despojados los Principados
y las Potestades, los exhibió públicamente, incorporándolos
a su cortejo triunfal.
16 Por tanto, que nadie os critique
por cuestiones de comida o bebida, o a propósito de fiestas, de
novilunios o sábados.
17 Todo esto es sombra de lo venidero;
pero la realidad es el cuerpo de Cristo.
18 Que nadie os prive del premio
a causa del gusto por ruines prácticas, del culto de los ángeles,
obsesionado por lo que vio, vanamente hinchado por su mente carnal,
19 en lugar de mantenerse unido
a la Cabeza, de la cual todo el Cuerpo, por medio de junturas y ligamentos,
recibe nutrición y cohesión, para realizar su crecimiento
en Dios.
20 Una vez que habéis muerto
con Cristo a los elementos del mundo ¿por qué sujetaros,
como si aún vivierais en el mundo, a preceptos como
21 "no tomes", "no gustes", "no
toques",
22 cosas todas destinadas a perecer
con el uso y debidas a = preceptos y doctrinas puramente humanos? =
23 Tales cosas tienen una apariencia
de sabiduría por su piedad afectada, sus mortificaciones y su rigor
con el cuerpo; pero sin valor alguno contra la insolencia de la carne.
Colosenses 3
1 Así pues, si habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios.
2 Aspirad a las cosas de arriba,
no a las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y
vuestra vida está oculta con Cristo en Dios.
4 Cuando aparezca Cristo, vida vuestra,
entonces también vosotros apareceréis gloriosos con él.
5 Por tanto, mortificad vuestros
miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos
y la codicia, que es una idolatría,
6 todo lo cual atrae la cólera
de Dios sobre los rebeldes,
7 y que también vosotros
practicasteis en otro tiempo, cuando vivíais entre ellas.
8 Mas ahora, desechad también
vosotros todo esto: cólera, ira, maldad, maledicencia y palabras
groseras, lejos de vuestra boca.
9 No os mintáis unos a otros.
Despojaos del hombre viejo con sus obras,
10 y revestíos del hombre
nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según
la imagen de su Creador,
11 donde no hay griego y judío;
circuncisión e incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo,
libre, sino que Cristo es todo y en todos.
12 Revestíos, pues, como
elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia,
de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia,
13 soportándoos unos a otros
y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como
el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros.
14 Y por encima de todo esto, revestíos
del amor, que es el vínculo de la perfección.
15 Y que la paz de Cristo presida
vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un
solo Cuerpo. Y sed agradecidos.
16 La palabra de Cristo habite en
vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría,
cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados,
17 y todo cuanto hagáis,
de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias por su medio a Dios Padre.
18 Mujeres, sed sumisas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor.
19 Maridos, amad a vuestras mujeres,
y no seáis ásperos con ellas.
20 Hijos, obedeced en todo a vuestros
padres, porque esto es grato a Dios en el Señor.
21 Padres, no exasperéis
a vuestros hijos, no sea que se vuelvan apocados.
22 Esclavos, obedeced en todo a
vuestros amos de este mundo, no porque os vean, como quien busca agradar
a los hombres; sino con sencillez de corazón, en el temor del Señor.
23 Todo cuanto hagáis, hacedlo
de corazón, como para el Señor y no para los hombres,
24 conscientes de que el Señor
os dará la herencia en recompensa. El Amo a quien servís
es Cristo.
25 El que obre la injusticia, recibirá
conforme a esa injusticia; que no hay acepción de personas.
Colosenses 4
1 Amos, dad a vuestros esclavos
lo que es justo y equitativo, teniendo presente que también vosotros
tenéis un Amo en el cielo.
2 Sed perseverantes en la oración,
velando en ella con acción de gracias;
3 orad al mismo tiempo también
por nosotros para que Dios nos abra una puerta a la Palabra, y podamos
anunciar el Misterio de Cristo, por cuya causa estoy yo encarcelado,
4 para darlo a conocer anunciándolo
como debo hacerlo.
5 Portaos prudentemente con los
de fuera, aprovechando bien el tiempo presente.
6 Que vuestra conversación
sea siempre amena, sazonada con sal, sabiendo responder a cada cual como
conviene.
7 En cuanto a mí, de todo
os informará Tíquico, el hermano querido, fiel ministro y
consiervo en el Señor,
8 a quien os envío expresamente
para que sepáis de nosotros y consuele vuestros corazones.
9 Y con él a Onésimo,
el hermano fiel y querido compatriota vuestro. Ellos os informarán
de todo cuanto aquí sucede.
10 Os saludan Aristarco, mi compañero
de cautiverio, y Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual recibisteis
ya instrucciones. Si va a vosotros, dadle buena acogida.
11 Os saluda también Jesús,
llamado Justo; son los únicos de la circuncisión que colaboran
conmigo por el Reino de Dios y que han sido para mí un consuelo.
12 Os saluda Epafras, vuestro compatriota,
siervo de Cristo Jesús, que se esfuerza siempre a favor vuestro
en sus oraciones, para que os mantengáis perfectos cumplidores de
toda voluntad divina.
13 Yo soy testigo de lo mucho que
se afana por vosotros, por los de Laodicea y por los de Hierápolis.
14 Os saluda Lucas, el médico
querido, y Demás.
15 Saludad a los hermanos de Laodicea,
a Ninfas y la Iglesia de su casa.
16 Una vez que hayáis leído
esta carta entre vosotros, procurad que sea también leída
en la Iglesia de Laodicea. Y por vuestra parte leed vosotros la que os
venga de Laodicea.
17 Decid a Arquipo: "Considera el
ministerio que recibiste en el Señor, para que lo cumplas".
18 El saludo va de mi mano, Pablo.
Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros.
PRIMERA EPÍSTOLA A LOS TESALONICENSES
1 Tesalonicenses 1
1 Pablo, Silvano y Timoteo a la
Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo.
A vosotros gracia y paz.
2 En todo momento damos gracia a
Dios por todos vosotros, recordándoos sin cesar en nuestras oraciones.
3 Tenemos presente ante nuestro
Dios y Padre la obra de vuestra fe, los trabajos de vuestra caridad, y
la tenacidad de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor.
4 Conocemos, hermanos queridos de
Dios, vuestra elección;
5 ya que os fue predicado nuestro
Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con
el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis
cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros.
6 Por vuestra parte, os hicisteis
imitadores nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del
Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones.
7 De esta manera os habéis
convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.
8 Partiendo de vosotros, en efecto,
ha resonado la Palabra del Señor y vuestra fe en Dios se ha difundido
no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por todas partes, de manera
que nada nos queda por decir.
9 Ellos mismos cuentan de nosotros
cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis
a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios
vivo y verdadero,
10 y esperar así a su Hijo
Jesús que ha de venir de los cielos, a quien resucitó de
entre los muertos y que nos salva de la Cólera venidera.
1 Tesalonicenses 2
1 Bien sabéis vosotros, hermanos,
que nuestra ida a vosotros no fue estéril,
2 sino que, después de haber
padecido sufrimientos e injurias en Filipos, como sabéis, confiados
en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio
de Dios entre frecuentes luchas.
3 Nuestra exhortación no
procede del error, ni de la impureza ni con engaño,
4 sino que así como hemos
sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo
predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios que =
examina = nuestros = corazones. =
5 Nunca nos presentamos, bien lo
sabéis, con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia, Dios
es testigo,
6 ni buscando gloria humana, ni
de vosotros ni de nadie.
7 Aunque pudimos imponer nuestra
autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con
vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos.
8 De esta manera, amándoos
a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios,
sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a
sernos muy queridos.
9 Pues recordáis, hermanos,
nuestros trabajos y fatigas. Trabajando día y noche, para no ser
gravosos a ninguno de vosotros, os proclamamos el Evangelio de Dios.
10 Vosotros sois testigos, y Dios
también, de cuán santa, justa e irreprochablemente nos comportamos
con vosotros, los creyentes.
11 Como un padre a sus hijos, lo
sabéis bien, a cada uno de vosotros
12 os exhortábamos y alentábamos,
conjurándoos a que vivieseis de una manera digna de Dios, que os
ha llamado a su Reino y gloria.
13 De ahí que también
por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la
Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra
de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece
operante en vosotros, los creyentes.
14 Porque vosotros, hermanos, habéis
seguido el ejemplo de las Iglesias de Dios que están en Judea, en
Cristo Jesús, pues también vosotros habéis sufrido
de vuestros compatriotas las mismas cosas que ellos de parte de los
judíos;
15 éstos son los que dieron
muerte al Señor y a los profetas y los que nos han perseguido a
nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres,
16 impidiéndonos predicar
a los gentiles para que se salven; así = van colmando = constantemente
= la medida de sus pecados; = pero la Cólera irrumpe sobre
ellos con vehemencia.
17 Mas nosotros, hermanos, separados
de vosotros por breve tiempo - físicamente, mas no con el corazón
- ansiábamos con ardiente deseo ver vuestro rostro.
18 Por eso quisimos ir a vosotros
- yo mismo, Pablo, lo intenté una y otra vez - pero Satanás
nos lo impidió.
19 Pues ¿cuál es nuestra
esperanza, nuestro gozo, la = corona = de la que nos = sentiremos orgullosos,
= ante nuestro Señor Jesús en su Venida, sino vosotros?
20 Sí, vosotros sois nuestra
gloria y nuestro gozo.
1 Tesalonicenses 3
1 Por lo cual, no pudiendo soportar
más, decidimos quedarnos solos en Atenas
2 y os enviamos a Timoteo, hermano
nuestro y colaborador de Dios en el Evangelio de Cristo, para afianzaros
y daros ánimos en vuestra fe,
3 para que nadie vacile en esas
tribulaciones. Bien sabéis que este es nuestro destino:
4 ya cuando estábamos con
vosotros os predecíamos que íbamos a sufrir tribulaciones,
y es lo que ha sucedido, como sabéis.
5 Por lo cual también yo,
no pudiendo soportar ya más, le envié para tener noticias
de vuestra fe, no fuera que el Tentador os hubiera tentado y que
nuestro trabajo quedara reducido a nada.
6 Nos acaba de llegar de ahí
Timoteo y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y vuestra
caridad; y dice que conserváis siempre buen recuerdo de nosotros
y que deseáis vernos, así como nosotros a vosotros.
7 Así pues, hermanos, hemos
recibido de vosotros un gran consuelo, motivado por vuestra fe, en medio
de todas nuestras congojas y tribulaciones.
8 Ahora sí que vivimos, pues
permanecéis firmes en el Señor.
9 Y ¿cómo podremos
agradecer a Dios por vosotros, por todo el gozo que, por causa vuestra,
experimentamos ante nuestro Dios?
10 Noche y día le pedimos
insistentemente poder ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra
fe.
11 Que Dios mismo, nuestro Padre
y nuestro Señor Jesús orienten nuestros pasos hacia vosotros.
12 En cuanto a vosotros, que el
Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros,
y en el amor para con todos, como es nuestro amor para con vosotros,
13 para que se consoliden vuestros
corazones con santidad irreprochable ante Dios, nuestro Padre, en la Venida
de nuestro Señor Jesucristo, = con todos sus santos. =
1 Tesalonicenses 4
1 Por lo demás, hermanos,
os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis
como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis
de nosotros, y a que progreséis más.
2 Sabéis, en efecto, las
instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús.
3 Porque esta es la voluntad de
Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación,
4 que cada uno de vosotros sepa
poseer su cuerpo con santidad y honor,
5 y no dominado por la pasión,
como hacen = los gentiles que no conocen a Dios. =
6 Que nadie falte a su hermano ni
se aproveche de él en este punto, pues el Señor = se vengará
= de todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos,
7 pues no nos llamó Dios
a la impureza, sino a la santidad.
8 Así pues, el que esto deprecia,
no desprecia a un hombre, sino a Dios, = que os hace don de su Espíritu
= Santo.
9 En cuanto al amor mutuo, no necesitáis
que os escriba, ya que vosotros habéis sido instruidos por Dios
para amaros mutuamente.
10 Y lo practicáis bien con
los hermanos de toda Macedonia. Pero os exhortamos, hermanos, a que continuéis
practicándolo más y más,
11 y a que ambicionéis vivir
en tranquilidad, ocupándoos en vuestros asuntos, y trabajando con
vuestras manos, como os lo tenemos ordenado,
12 a fin de que viváis dignamente
ante los de fuera, y no necesitéis de nadie.
13 Hermanos, no queremos que estéis
en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os entristezcáis
como los demás, que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús
murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará
consigo a quienes murieron en Jesús.
15 Os decimos eso como Palabra des
Señor: Nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la Venida
del Señor no nos adelantaremos a los que murieron.
16 El Señor mismo, a la orden
dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará
del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar.
17 Después nosotros, los
que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con
ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos
siempre con el Señor.
18 Consolaos, pues, mutuamente con
estas palabras.
1 Tesalonicenses 5
1 En lo que se refiere al tiempo
y al momento, hermanos, no tenéis necesidad que os escriba.
2 Vosotros mismos sabéis
perfectamente que el Día del Señor ha de venir como un ladrón
en la noche.
3 Cuando digan: "Paz y seguridad",
entonces mismo, de repente, vendrá sobre ellos la ruina, como los
dolores de parto a la que está encinta; y no escaparán.
4 Pero vosotros, hermanos, no vivís
en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón,
5 pues todos vosotros sois hijos
de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las
tinieblas.
6 Así pues, no durmamos como
los demás, sino velemos y seamos sobrios.
7 Pues los que duermen, de noche
duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.
8 Nosotros, por el contrario, que
somos del día, seamos sobrios; = revistamos la coraza = de la fe
y de la caridad, = con el yelmo = de la esperanza = de salvación.
=
9 Dios no nos ha destinado para
la cólera, sino para obtener la salvación por nuestro Señor
Jesucristo,
10 que murió por nosotros,
para que, velando o durmiendo, vivamos juntos con él.
11 Por esto, confortaos mutuamente
y edificaos los unos a los otros, como ya lo hacéis.
12 Os pedimos, hermanos, que tengáis
en consideración a los que trabajan entre vosotros, os presiden
en el Señor y os amonestan.
13 Tenedles en la mayor estima con
amor por su labor. Vivid en paz unos con otros.
14 Os exhortamos, asimismo, hermanos,
a que amonestéis a los que viven desconcertados, animéis
a los pusilánimes, sostengáis a los débiles
y seáis pacientes con todos.
15 Mirad que nadie devuelva a otro
mal por mal, antes bien, procurad siempre el bien mutuo y el de todos.
16 Estad siempre alegres.
17 Orad constantemente.
18 En todo dad gracias, pues esto
es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros.
19 No extingáis el Espíritu;
20 no despreciéis las profecías;
21 examinadlo todo y quedaos con
lo bueno.
22 = Absteneos de todo genero de
mal. =
23 Que El, el Dios de la paz, os
santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma
y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor
Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama y es
él quien lo hará.
25 Hermanos, orad también
por nosotros.
26 Saludad a todos los hermanos
con el beso santo.
27 Os conjuro por el Señor
que esta carta sea leída a todos los hermanos.
28 La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con vosotros.
SEGUNDA EPÍSTOLA A LOS TESALONICENSES
2 Tesalonicenses 1
1 Pablo, Silvano y Timoteo a la
Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios nuestro Padre y en el Señor
Jesucristo.
2 Gracia a vosotros y paz de parte
de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
3 Tenemos que dar en todo tiempo
gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe
está progresando mucho y se acrecienta la mutua caridad de
todos y cada uno de vosotros,
4 hasta tal punto que nosotros mismos
nos gloriamos de vosotros en las Iglesias de Dios por la tenacidad y la
fe en todas las persecuciones y tribulaciones que estáis pasando.
5 Esto es señal del justo
juicio de Dios, en el que seréis declarados dignos del Reino de
Dios, por cuya causa padecéis.
6 Porque es propio de la justicia
de Dios el pagar con tribulación a los que os atribulan,
7 y a vosotros, los atribulados,
con el descanso junto con nosotros, cuando el Señor Jesús
se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles,
8 en medio de = una llama de fuego,
y tome venganza = de los que = no conocen a Dios = y de los que = no obedecen
= al Evangelio de nuestro Señor Jesús.
9 Estos sufrirán la pena
de una ruina eterna, alejados = de la presencia del Señor y de la
gloria de su poder, =
10 = cuando = venga = en aquel Día
a ser glorificado en sus santos y admirado = en todos los que hayan creído
- pues nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.
11 Con este objeto rogamos en todo
tiempo por vosotros: que nuestro Dios os haga dignos de la vocación
y lleve a término con su poder todo vuestro deseo de hacer el bien
y la actividad de la fe,
12 para que así = el nombre
= de nuestro = Señor = Jesús = sea glorificado = en vosotros,
y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo.
2 Tesalonicenses 2
1 Por lo que respecta a la Venida
de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él,
os rogamos, hermanos,
2 que no os dejéis alterar
tan fácilmente en vuestro ánimo, ni os alarméis por
alguna manifestación del Espíritu, por algunas palabras o
por alguna carta presentada como nuestra, que os haga suponer que está
inminente el Día del Señor.
3 Que nadie os engañe de
ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse
el Hombre impío, el Hijo de perdición,
4 el Adversario que = se eleva sobre
todo = lo que lleva el nombre de = Dios = o es objeto de culto, hasta el
extremo de = sentarse = él mismo en el Santuario de = Dios = y proclamar
que él mismo es Dios.
5 ¿No os acordáis
que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros?
6 Vosotros sabéis qué
es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno.
7 Porque el ministerio de la impiedad
ya está actuando. Tan sólo con que sea quitado de en medio
el que ahora le retiene,
8 entonces se manifestará
el Impío, a quien el Señor = destruirá con el soplo
de su boca, = y aniquilará con la Manifestación de su Venida.
9 La venida del Impío estará
señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros,
señales, prodigios engañosos,
10 y todo tipo de maldades que seducirán
a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad
que les hubiera salvado.
11 Por eso Dios les envía
un poder seductor que les hace creer en la mentira,
12 para que sean condenados todos
cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad.
13 Nosotros, en cambio, debemos
dar gracias en todo tiempo a Dios por vosotros, hermanos, amados del Señor,
porque Dios os ha escogido desde el principio para la salvación
mediante la acción santificadora del Espíritu y la fe en
la verdad.
14 Para esto os ha llamado por medio
de nuestro Evangelio, para que consigáis la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.
15 Así pues, hermanos, manteneos
firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros,
de viva voz o por carta.
16 Que el mismo Señor nuestro
Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y que nos ha dado gratuitamente
una consolación eterna y una esperanza dichosa,
17 consuele vuestros corazones y
los afiance en toda obra y palabra buena.
2 Tesalonicenses 3
1 Finalmente, hermanos, orad por
nosotros para que la Palabra del Señor siga propagándose
y adquiriendo gloria, como entre vosotros,
2 y para que nos veamos libres de
los hombres perversos y malignos; porque la fe no es de todos.
3 Fiel es el Señor; él
os afianzará y os guardará del Maligno.
4 En cuanto a vosotros tenemos plena
confianza en el Señor de que cumplís y cumpliréis
cuanto os mandamos.
5 Que el Señor guíe
vuestros corazones hacia el amor de Dios y la tenacidad de Cristo.
6 Hermanos, os mandamos en nombre
del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que
viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros
recibisteis.
7 Ya sabéis vosotros cómo
debéis imitarnos, pues estando entre vosotros no vivimos desordenadamente,
8 ni comimos de balde el pan de
nadie, sino que día y noche con fatiga y cansancio trabajamos para
no ser una carga a ninguno de vosotros.
9 No porque no tengamos derecho,
sino por daros en nosotros un modelo que imitar.
10 Además, cuando estábamos
entre vosotros os mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar,
que tampoco coma.
11 Porque nos hemos enterado que
hay entre vosotros algunos que viven desordenadamente, sin trabajar nada,
pero metiéndose en todo.
12 A ésos les mandamos y
les exhortamos en el Señor Jesucristo a que trabajen con sosiego
para comer su propio pan.
13 Vosotros, hermanos, no os canséis
de hacer el bien.
14 Si alguno no obedece a lo que
os decimos en esta carta, a ése señaladle y no tratéis
con él, para que se avergüence.
15 Pero no lo miréis como
a enemigo, sino amonestadle como a hermano.
16 Que El, el Señor de la
paz, os conceda la paz siempre y en todos los órdenes. El Señor
sea con todos vosotros.
17 El saludo va de mi mano, Pablo.
Esta es la firma en todas mis cartas; así escribo.
18 La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con todos vosotros.
1 Timoteo 1
1 Pablo, apóstol de Cristo
Jesús, por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús
nuestra esperanza,
2 a Timoteo, verdadero hijo mío
en la fe. Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo
Jesús, Señor nuestro.
3 Al partir yo para Macedonia te
rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos
que no enseñasen doctrinas extrañas,
4 ni dedicasen su atención
a fábulas y genealogías interminables, que son más
a propósito para promover disputas que para realizar el plan de
Dios, fundado en la fe.
5 El fin de este mandato es la caridad
que procede de un corazón limpio, de una conciencia recta y de una
fe sincera.
6 Algunos, desviados de esta línea
de conducta, han venido a caer en una vana palabrería;
7 pretenden ser maestros de la Ley
sin entender lo que dicen ni lo que tan rotundamente afirman.
8 Sí, ya sabemos que la Ley
es buena, con tal que se la tome como ley,
9 teniendo bien presente que la
ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y
rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores,
para los parricidas y matricidas, para los asesinos,
10 adúlteros, homosexuales,
traficantes de seres humanos, mentirosos, perjuros y para todo lo que se
opone a la sana doctrina,
11 según el Evangelio de
la gloria de Dios bienaventurado, que se me ha confiado.
12 Doy gracias a aquel que me revistió
de fortaleza, a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me consideró
digno de confianza al colocarme en el ministerio,
13 a mí, que antes fui un
blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero encontré misericordia
porque obré por ignorancia en mi infidelidad.
14 Y la gracia de nuestro Señor
sobreabundó en mí, juntamente con la fe y la caridad en Cristo
Jesús.
15 Es cierta y digna de ser aceptada
por todos esta afirmación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar
a los pecadores; y el primero de ellos soy yo.
16 Y si encontré misericordia
fue para que en mí primeramente manifestase Jesucristo toda su paciencia
y sirviera de ejemplo a los que habían de creer en él para
obtener vida eterna.
17 Al Rey de los siglos, al Dios
inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de los
siglos. Amén.
18 Esta es la recomendación,
hijo mío Timoteo, que yo te hago, de acuerdo con las profecías
pronunciadas sobre ti anteriormente. Combate, penetrado de ellas,
el buen combate,
19 conservando la fe y la conciencia
recta; algunos, por haberla rechazado, naufragaron en la fe;
20 entre éstos están
Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que
aprendiesen a no blasfemar.
1 Timoteo 2
1 Ante todo recomiendo que se hagan
plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los
hombres;
2 por los reyes y por todos los
constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y
apacible con toda piedad y dignidad.
3 Esto es bueno y agradable a Dios,
nuestro Salvador,
4 que quiere que todos los hombres
se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.
5 Porque hay un solo Dios, y también
un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre
también,
6 que se entregó a sí
mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno,
7 y de este testimonio - digo la
verdad, no miento - yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro
de los gentiles en la fe y en la verdad.
8 Quiero, pues, que los hombres
oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira
ni discusiones.
9 Así mismo que las mujeres,
vestidas decorosamente, se adornen con pudor y modestia, no con trenzas
ni con oro o perlas o vestidos costosos,
10 sino con buenas obras, como conviene
a mujeres que hacen profesión de piedad.
11 La mujer oiga la instrucción
en silencio, con toda sumisión.
12 No permito que la mujer enseñe
ni que domine al hombre. Que se mantenga en silencio.
13 Porque Adán fue formado
primero y Eva en segundo lugar.
14 Y el engañado no fue Adán,
sino la mujer que, seducida, incurrió en la transgresión.
15 Con todo, se salvará por
su maternidad mientras persevere con modestia en la fe, en la caridad y
en la santidad.
1 Timoteo 3
1 Es cierta esta afirmación:
Si alguno aspira al cargo de epíscopo, desea una noble función.
2 Es, pues, necesario que el epíscopo
sea irreprensible, casado una sola vez, sobrio, sensato, educado, hospitalario,
apto para enseñar,
3 ni bebedor ni violento, sino moderado,
enemigo de pendencias, desprendido del dinero,
4 que gobierne bien su propia casa
y mantenga sumisos a sus hijos con toda dignidad;
5 pues si alguno no es capaz de
gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la
Iglesia de Dios?
6 Que no sea neófito, no
sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación
del Diablo.
7 Es necesario también que
tenga buena fama entre los de fuera, para que no caiga en descrédito
y en las redes del Diablo.
8 También los diáconos
deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios
sucios;
9 que guarden el Misterio de la
fe con una conciencia pura.
10 Primero se les someterá
a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos.
11 Las mujeres igualmente deben
ser dignas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.
12 Los diáconos sean casados
una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa.
13 Porque los que ejercen bien el
diaconado alcanzan un puesto honroso y grande entereza en la fe de Cristo
Jesús.
14 Te escribo estas cosas con la
esperanza de ir pronto donde ti;
15 pero si tardo, para que sepas
cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios
vivo, columna y fundamento de la verdad.
16 Y sin duda alguna, grande es
el Misterio de la piedad: El ha sido manifestado en la carne, justificado
en el Espíritu, visto de los Ángeles, proclamado a los gentiles,
creído en el mundo, levantado a la gloria.
1 Timoteo 4
1 El Espíritu dice claramente
que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la
fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas
diabólicas,
2 por la hipocresía de embaucadores
que tienen marcada a fuego su propia conciencia;
3 éstos prohíben el
matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos
con acción de gracias por los creyentes y por los que han
conocido la verdad.
4 Porque todo lo que Dios ha creado
es bueno y no se ha de rechazar ningún alimento que se coma con
acción de gracias;
5 pues queda santificado por la
Palabra de Dios y por la oración.
6 Su tú enseñas estas
cosas a los hermanos, serás un buen ministro de Cristo Jesús,
alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido
fielmente.
7 Rechaza, en cambio, las fábulas
profanas y los cuentos de viejas. Ejercítate en la piedad.
8 Los ejercicios corporales sirven
para poco; en cambio la piedad es provechosa para todo, pues tiene la promesa
de la vida, de la presente y de la futura.
9 Es cierta y digna de ser aceptada
por todos esta afirmación:
10 Si nos fatigamos y luchamos es
porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de
todos los hombres, principalmente de los creyentes.
11 Predica y enseña estas
cosas.
12 Que nadie menosprecie tu juventud.
Procura, en cambio, ser para los creyentes modelo en la palabra, en el
comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza.
13 Hasta que yo llegue, dedícate
a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza.
14 No descuides el carisma que hay
en ti, que se te comunicó por intervención profética
mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros.
15 Ocúpate en estas cosas;
vive entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Vela por ti mismo y por la enseñanza;
persevera en estas disposiciones, pues obrando así te salvarás
a ti mismo y a los que te escuchen.
1 Timoteo 5
1 Al anciano no le reprendas con
dureza, sino exhórtale como a un padre; a los jóvenes, como
a hermanos;
2 a los ancianas, como a madres;
a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.
3 Honra a las viudas, a las que
son verdaderamente viudas.
4 Si una viuda tiene hijos o nietos,
que aprendan éstos primero a practicar los deberes de piedad para
con los de su propia familia y a corresponder a sus progenitores, porque
esto es agradable a Dios.
5 Pero la que de verdad es viuda
y ha quedado enteramente sola, tiene puesta su esperanza en el Señor
y persevera en sus plegarias y oraciones noche y día.
6 La que, en cambio, está
entregada a los placeres aunque viva, está muerta.
7 Todo esto incúlcalo también,
para que sean irreprensibles.
8 Si alguien no tiene cuidado de
los suyos, principalmente de sus familiares, ha renegado de la fe y es
peor que un infiel.
9 Que la viuda que sea inscrita
en el catálogo de las viudas no tenga menos de sesenta años,
haya estado casada una sola vez,
10 y tenga el testimonio de sus
buenas obras: haber educado bien a los hijos, practicado la hospitalidad,
lavado los pies de los santos, socorrido a los atribulados, y haberse
ejercitado en toda clase de buenas obras.
11 Descarta, en cambio, a las viudas
jóvenes, porque cuando les asaltan los placeres contrarios a Cristo,
quieren casarse
12 e incurren así en condenación
por haber faltado a su compromiso anterior.
13 Y además, estando ociosas,
aprenden a ir de casa en casa; y no sólo están ociosas, sino
que se vuelven también charlatanas y entrometidas, hablando
de lo que no deben.
14 Quiero, pues, que las jóvenes
se casen, que tengan hijos y que gobiernen la propia casa y no den al adversario
ningún motivo de hablar mal;
15 pues ya algunas se han extraviado
yendo en pos de Satanás.
16 Si alguna creyente tiene viudas,
atiéndalas ella misma y no las cargue a la Iglesia, a fin de que
ésta pueda atender a las que sean verdaderamente viudas.
17 Los presbíteros que ejercen
bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que
se afanan en la predicación y en la enseñanza.
18 La Escritura, en efecto, dice:
= No pondrás bozal al buey que trilla, = y también: = El
obrero tiene derecho a su salario. =
19 No admitas ninguna acusación
contra un presbítero si no viene con = el testimonio de dos o tres.
=
20 A los culpables, repréndeles
delante de todos, para que los demás cobren temor.
21 Yo te conjuro en presencia de
Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles escogidos, que observes
estas recomendaciones sin dejarte llevar de prejuicios ni favoritismos.
22 No te precipites en imponer a
nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate
puro.
23 No bebas ya agua sola. Toma un
poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes indisposiciones.
24 Los pecados de algunas personas
son notorios aun antes de que sean investigados; en cambio los de otras,
lo son solamente después.
25 Del mismo modo las obras buenas
son manifiestas; y las que no lo son, no pueden quedar ocultas.
1 Timoteo 6
1 Todos los que estén como
esclavos bajo el yugo de la servidumbre consideren a sus dueños
como dignos de todo respeto, para que no se blasfeme del nombre de Dios
y de la doctrina.
2 Los que tengan dueños creyentes
no les falten al respeto por ser hermanos, sino al contrario, que les sirvan
todavía mejor por ser creyentes y amigos de Dios los que reciben
sus servicios. Esto debes enseñar y recomendar.
3 Si alguno enseña otra cosa
y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo
y a la doctrina que es conforme a la piedad,
4 está cegado por el orgullo
y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas
de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias,
sospechas malignas,
5 discusiones sin fin propias de
gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados
de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio.
6 Y ciertamente es un gran negocio
la piedad, con tal de que se contente con lo que tiene.
7 Porque nosotros no hemos traído
nada al mundo y nada podemos llevarnos de él.
8 Mientras tengamos comida y vestido,
estemos contentos con eso.
9 Los que quieren enriquecerse caen
en la tentación, en el lazo y en muchas codicias insensatas y perniciosas
que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.
10 Porque la raíz de todos
los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de
él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores.
11 Tú, en cambio, hombre
de Dios, huye de estas cosas; corre al alcance de la justicia, de la piedad,
de la fe, de la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura.
12 Combate el buen combate de la
fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste
aquella solemne profesión delante de muchos testigos.
13 Te recomiendo en la presencia
de Dios que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio
Pilato rindió tan solemne testimonio,
14 que conserves el mandato sin
tacha ni culpa hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo,
15 Manifestación que a su
debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano,
el Rey de los reyes y el Señor de los señores,
16 el único que posee Inmortalidad,
que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser
humano ni le puede ver.A él el honor y el poder por siempre. Amén.
17 A los ricos de este mundo recomiéndales
que no sean altaneros ni pongan su esperanza en lo inseguro de las riquezas
sino en Dios, que nos provee espléndidamente de todo para que lo
disfrutemos;
18 que practiquen el bien, que se
enriquezcan de buenas obras, que den con generosidad y con liberalidad;
19 de esta forma irán atesorando
para el futuro un excelente fondo con el que podrán adquirir la
vida verdadera.
20 Timoteo, guarda el depósito.
Evita las palabrerías profanas, y también las objeciones
de la falsa ciencia;
21 algunos que la profesaban se
han apartado de la fe. La gracia sea con vosotros.
2 Timoteo 1
1 Pablo, apóstol de Cristo
Jesús por voluntad de Dios para anunciar la Promesa de vida que
está en Cristo Jesús,
2 a Timoteo, hijo querido. Gracia,
misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús Señor
nuestro.
3 Doy gracias a Dios, a quien, como
mis antepasados, rindo culto con una conciencia pura, cuando continuamente,
noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones.
4 Tengo vivos deseos de verte, al
acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría.
5 Pues evoco el recuerdo de la fe
sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela
Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado
en ti.
6 Por esto te recomiendo que reavives
el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis
manos.
7 Porque no nos dio el Señor
a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad
y de templanza.
8 No te avergüences, pues,
ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí,
su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por
el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios,
9 que nos ha salvado y nos ha llamado
con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia
determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad
en Cristo Jesús,
10 y que se ha manifestado ahora
con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús,
quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por
medio del Evangelio
11 para cuyo servicio he sido yo
constituido heraldo, apóstol y maestro.
12 Por este motivo estoy soportando
estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien
en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso
para guardar mi depósito hasta aquel Día.
13 Ten por norma las palabras sanas
que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús.
14 Conserva el buen depósito
mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros.
15 Ya sabes tú que todos
los de Asia me han abandonado, y entre ellos Figelo y Hermógenes.
16 Que el Señor conceda misericordia
a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y
no se avergonzó de mis cadenas,
17 sino que, en cuanto llegó
a Roma, me buscó solícitamente y me encontró.
18 Concédale el Señor
encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además,
cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso,
tú lo sabes mejor.
2 Timoteo 2
1 Tú, pues, hijo mío,
manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús;
2 y cuanto me has oído en
presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean
capaces, a su vez, de instruir a otros.
3 Soporta las fatigas conmigo, como
un buen soldado de Cristo Jesús.
4 Nadie que se dedica a la milicia
se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha
alistado.
5 Y lo mismo el atleta; no recibe
la corona si no ha competido según el reglamento.
6 Y el labrador que trabaja es el
primero que tiene derecho a percibir los frutos.
7 Entiende lo que quiero decirte,
pues el Señor te dará la inteligencia de todo.
8 Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos, descendiente de David, según mi
Evangelio;
9 por él estoy sufriendo
hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la Palabra de Dios no está
encadenada.
10 Por esto todo lo soporto por
los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación
que está en Cristo Jesús con la gloria eterna.
11 Es cierta esta afirmación:
Si hemos muerto con él, también viviremos con él;
12 si nos mantenemos firmes, también
reinaremos con él; si le negamos, también él nos negará;
13 si somos infieles, él
permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.
14 Esto has de enseñar; y
conjura en presencia de Dios que se eviten las discusiones de palabras,
que no sirven para nada, si no es para perdición de los que las
oyen.
15 Procura cuidadosamente presentarte
ante Dios como hombre probado, como obrero que no tiene por qué
avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la verdad.
16 Evita las palabrerías
profanas, pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más
en impiedad,
17 y su palabra irá cundiendo
como gangrena. Himeneo y Fileto son de éstos:
18 se han desviado de la verdad
al afirmar que la resurrección ya ha sucedido; y pervierten la fe
de algunos.
19 Sin embargo el sólido
fundamento puesto por Dios se mantiene firme, marcado con este sello: =
El Señor conoce a los que son suyos; = y: Apártese de la
iniquidad todo el que = pronuncia el nombre del Señor. =
20 En una casa grande no hay solamente
utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro;
y unos son para usos nobles y otros para usos viles.
21 Si, pues, alguno se mantiene
limpio de estas faltas, será un utensilio para uso noble, santificado
y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra buena.
22 Huye de las pasiones juveniles.
Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en
unión de los que invocan al Señor con corazón puro.
23 Evita las discusiones necias
y estúpidas; tú sabes bien que engendran altercados.
24 Y a un siervo del Señor
no le conviene altercar, sino ser amable, con todos, pronto a enseñar,
sufrido,
25 y que corrija con mansedumbre
a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les
haga conocer plenamente la verdad,
26 y volver al buen sentido, librándose
de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su voluntad.
2 Timoteo 3
1 Ten presente que en los últimos
días sobrevendrán momentos difíciles;
2 los hombres serán egoístas,
avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos,
irreligiosos,
3 desnaturalizados, implacables,
calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien,
4 traidores, temerarios, infatuados,
más amantes de los placeres que de Dios,
5 que tendrán la apariencia
de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también
de ellos.
6 A éstos pertenecen esos
que se introducen en las casas y conquistan a mujerzuelas cargadas de pecados
y agitadas por toda clase de pasiones,
7 que siempre están aprendiendo
y no son capaces de llegar al pleno conocimiento de la verdad.
8 Del mismo modo que Jannés
y Jambrés se enfrentaron a Moisés, así también
estos se oponen a la verdad; son hombres de mente corrompida, descalificados
en la fe.
9 Pero no progresarán más,
porque su insensatez quedará patente a todos, como sucedió
con la de aquéllos.
10 Tú, en cambio, me has
seguido asiduamente en mis enseñanzas, conducta, planes, fe, paciencia,
caridad, constancia,
11 en mis persecuciones y sufrimientos,
como los que soporté en Antioquía, en Iconio, en Listra.
¡Qué persecuciones hube de sufrir! Y de todas me libró
el Señor.
12 Y todos los que quieran vivir
piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones.
13 En cambio los malos y embaucadores
irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos.
14 Tú, en cambio, persevera
en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes
lo aprendiste,
15 y que desde niño conoces
las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
16 Toda Escritura es inspirada por
Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir
y para educar en la justicia;
17 así el hombre de Dios
se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.
2 Timoteo 4
1 Te conjuro en presencia de Dios
y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por
su Manifestación y por su Reino:
2 Proclama la Palabra, insiste a
tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá un tiempo
en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados
por su propias pasiones, se harán con un montón de
maestros por el prurito de oír novedades;
4 apartarán sus oídos
de la verdad y se volverán a las fábulas.
5 Tú, en cambio, pórtate
en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función
de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio.
6 Porque yo estoy a punto de ser
derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
7 He competido en la noble competición,
he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe.
8 Y desde ahora me aguarda la corona
de la justicia que aquel Día me entregará el Señor,
el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos
los que hayan esperado con amor su Manifestación.
9 Apresúrate a venir a mí
cuanto antes,
10 porque me ha abandonado Demás
por amor a este mundo y se ha marchado a Tesalónica; Crescente,
a Galacia; Tito, a Dalmacia.
11 El único que está
conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráele contigo, pues me es muy
útil para el ministerio.
12 A Tíquico le he mandado
a Éfeso.
13 Cuando vengas, tráeme
el abrigo que me dejé en Tróada, en casa de Carpo, y los
libros, en especial los pergaminos.
14 Alejandro, el herrero, me ha
hecho mucho mal. = El Señor le retribuirá según sus
obras. =
15 Tú también guárdate
de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación.
16 En mi primera defensa nadie me
asistió, antes bien todos me desampararon. Que no se les tome en
cuenta.
17 Pero el Señor me asistió
y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara plenamente el mensaje
y lo oyeran todos los gentiles. Y fui = librado de la boca del león.
=
18 El Señor me librará
de toda obra mala y me salvará guardándome para su Reino
celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
19 Saluda a Prisca y Aquila y a
la familia de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto;
a Trófimo le dejé enfermo en Mileto.
21 Date prisa en venir antes del
invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22 El Señor sea con tu espíritu.
La gracia sea con vosotros.
Tito 1
1 Pablo, siervo de Dios, apóstol
de Jesucristo para llevar a los escogidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento
de la verdad que es conforme a la piedad,
2 con la esperanza de vida eterna,
prometida desde toda la eternidad por Dios que no miente,
3 y que en el tiempo oportuno ha
manifestado su Palabra por la predicación a mí encomendada
según el mandato de Dios nuestro Salvador,
4 a Tito, verdadero hijo según
la fe común. Gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús,
nuestro Salvador.
5 El motivo de haberte dejado en
Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras
presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené.
6 El candidato debe ser irreprochable,
casado una sola vez, cuyos hijos sean creyentes, no tachados de libertinaje
ni de rebeldía.
7 Porque el epíscopo, como
administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico,
no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios;
8 sino hospitalario, amigo del bien,
sensato, justo, piadoso, dueño de sí.
9 Que esté adherido a la
palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar
con la sana doctrina y refutar a los que contradicen.
10 Porque hay muchos rebeldes, vanos
habladores y embaucadores, sobre todo entre los de la circuncisión,
11 a quienes es menester tapar la
boca; hombres que trastornan familias enteras, enseñando por torpe
ganancia lo que no deben.
12 Uno de ellos, profeta suyo,
dijo: "Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos."
13 Este testimonio es verdadero.
Por tanto repréndeles severamente, a fin de que conserven sana la
fe,
14 y no den oídos a fábulas
judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
15 Para los limpios todo es limpio;
mas para los contaminados e incrédulos nada hay limpio, pues su
mente y conciencia están contaminadas.
16 Profesan conocer a Dios, mas
con sus obras le niegan; son abominables y rebeldes e incapaces de toda
obra buena.
Tito 2
1 Mas tú enseña lo
que es conforme a la sana doctrina;
2 que los ancianos sean sobrios,
dignos, sensatos, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia, en el
sufrimiento;
3 que las ancianas asimismo sean
en su porte cual conviene a los santos: no calumniadoras ni esclavas de
mucho vino, maestras del bien,
4 para que enseñen a las
jóvenes a ser amantes de sus maridos y de sus hijos,
5 a ser sensatas, castas, hacendosas,
bondadosas, sumisas a sus maridos, para que no sea injuriada la Palabra
de Dios.
6 Exhorta igualmente a los jóvenes
para que sean sensatos en todo.
7 Muéstrate dechado de buenas
obras: pureza de doctrina, dignidad,
8 palabra sana, intachable, para
que el adversario se avergüence, no teniendo nada malo que decir de
nosotros.
9 Que los esclavos estén
sometidos en todo a sus dueños, sean complacientes y no les contradigan;
10 que no les defrauden, antes bien
muestren una fidelidad perfecta para honrar en todo la doctrina de Dios
nuestro Salvador.
11 Porque se ha manifestado la gracia
salvadora de Dios a todos los hombres,
12 que nos enseña a que,
renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas, vivamos con sensatez,
justicia y piedad en el siglo presente,
13 aguardando la feliz esperanza
y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro
Jesucristo;
14 el cual se entregó por
nosotros a fin de = rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí
un pueblo que fuese suyo, = fervoroso en buenas obras.
15 Así has de enseñar,
exhortar y reprender con toda autoridad. Que nadie te desprecie.
Tito 3
1 Amonéstales que vivan sumisos
a los magistrados y a las autoridades, que les obedezcan y estén
prontos para toda obra buena;
2 que no injurien a nadie, que no
sean pendencieros sino apacibles, mostrando una perfecta mansedumbre con
todos los hombres.
3 Pues también nosotros fuimos
en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, esclavos
de toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia,
aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros.
4 Mas cuando se manifestó
la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
5 él nos salvó, no
por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según
su misericordia, por medio del baño de regeneración y de
renovación del Espíritu Santo,
6 que derramó sobre nosotros
con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que, justificados por su
gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna.
8 Es cierta esta afirmación,
y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios
traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras. Esto es
bueno y provechoso para los hombres.
9 Evita discusiones necias, genealogías,
contiendas y disputas sobre la Ley, porque son inútiles y vanas.
10 Al sectario, después de
una y otra amonestación, rehúyele;
11 ya sabes que ése está
pervertido y peca, condenado por su propia sentencia.
12 Cuando te envíe a Artemas
o a Tíquico, date prisa en venir donde mí a Nicópolis,
porque he pensado pasar allí el invierno.
13 Cuida de proveer de todo lo necesario
para el viaje a Zenas, el perito en la Ley, y a Apolo, de modo que nada
les falte.
14 Que aprendan también los
nuestros a sobresalir en la práctica de las buenas obras, atendiendo
a las necesidades urgentes, para que no sean unos inútiles.
15 Te saludan todos los que están
conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.
Filemón 1
1 Pablo, preso de Cristo Jesús,
y Timoteo, el hermano, a nuestro querido amigo y colaborador Filemón,
2 a la hermana Apfia, a nuestro
compañero de armas, Arquipo, y a la Iglesia de tu casa.
3 Gracia y paz a vosotros de parte
de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
4 Doy gracias sin cesar a mi Dios,
recordándote en mis oraciones,
5 pues tengo noticia de tu caridad
y de tu fe para con el Señor Jesús y para bien de todos los
santos,
6 a fin de que tu participación
en la fe se haga eficiente mediante el conocimiento perfecto de todo el
bien que hay en nosotros en orden a Cristo.
7 Pues tuve gran alegría
y consuelo a causa de tu caridad, por el alivio que los corazones de los
santos han recibido de ti, hermano.
8 Por lo cual, aunque tengo en Cristo
bastante libertad para mandarte lo que conviene,
9 prefiero más bien rogarte
en nombre de la caridad, yo, este Pablo ya anciano, y además ahora
preso de Cristo Jesús.
10 Te ruego en favor de mi hijo,
a quien engendré entre cadenas, Onésimo,
11 que en otro tiempo te fue inútil,
pero ahora muy útil para ti y para mí.
12 Te lo devuelvo, a éste,
mi propio corazón.
13 Yo querría retenerle conmigo,
para que me sirviera en tu lugar, en estas cadenas por el Evangelio;
14 mas, sin consultarte, no he querido
hacer nada, para que esta buena acción tuya no fuera forzada sino
voluntaria.
15 Pues tal vez fue alejado de ti
por algún tiempo, precisamente para que lo recuperaras para siempre,
16 y no como esclavo, sino como
algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que, siéndolo
mucho para mí, ¡cuánto más lo será para
ti, no sólo como amo, sino también en el Señor!.
17 Por tanto, si me tienes como
algo unido a ti, acógele como a mí mismo.
18 Y si en algo te perjudicó,
o algo te debe, ponlo a mi cuenta.
19 Yo mismo, Pablo, lo firmo con
mi puño; yo te lo pagaré... Por no recordarte deudas para
conmigo, pues tú mismo te me debes.
20 Sí, hermano, hazme este
favor en el Señor. ¡Alivia mi corazón en Cristo!
21 Te escribo confiado en tu docilidad,
seguro de que harás más de lo que te pido.
22 Y al mismo tiempo, prepárame
hospedaje; pues espero que por vuestras oraciones se os concederá
la gracia de mi presencia.
23 Te saludan Epafras, mi compañero
de cautiverio en Cristo Jesús,
24 Marcos, Aristarco, Demás
y Lucas, mis colaboradores.
25 Que la gracia del Señor
Jesucristo sea con vuestro espíritu.
Hebreos 1
1 Muchas veces y de muchos modos
habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas;
2 en estos últimos tiempos
nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de
todo, por quien también hizo los mundos;
3 el cual, siendo resplandor de
su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra
poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los
pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
4 con una superioridad sobre los
ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que
ha heredado.
5 En efecto, ¿a qué
ángel dijo alguna vez: = Hijo mío eres tú; yo te he
engendrado hoy; = y también: = Yo seré para él Padre,
y él será para mi Hijo? =
6 Y nuevamente al introducir a su
Primogénito en el mundo dice: = Y adórenle todos los ángeles
de Dios. =
7 Y de los ángeles dice:
= El que hace a sus ángeles vientos, y a sus servidores llamas de
fuego. =
8 Pero del Hijo: = Tu trono, ¡oh
Dios!, por los siglos de los siglos; = y: = El cetro de tu realeza, cetro
de equidad. =
9 = Amaste la justicia y aborreciste
la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios con óleo
de alegría con preferencia a tus compañeros. =
10 Y también: = Tú
al comienzo, ¡oh Señor!, pusiste los cimientos de la tierra,
y obras de tu mano son los cielos. =
11 = Ellos perecerán, mas
tú permaneces; todos como un vestido envejecerán; =
12 = como un manto los enrollarás,
= como un vestido, = y serán cambiados. Pero tú eres el mismo
y tus años no tendrán fin. =
13 Y ¿a qué ángel
dijo alguna vez: = Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos por escabel de tus pies? =
14 ¿Es que no son todos ellos
espíritus servidores con la misión de asistir a los que han
de heredar la salvación?
Hebreos 2
1 Por tanto, es preciso que prestemos
mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos.
2 Pues si la palabra promulgada
por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda transgresión
y desobediencia recibió justa retribución,
3 ¿cómo saldremos
absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó
a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes
la oyeron,
4 testificando también Dios
con señales y prodigios, con toda suerte de milagros y dones del
Espíritu Santo repartidos según su voluntad.
5 En efecto, Dios no sometió
a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando.
6 Pues atestiguó alguien
en algún lugar: = ¿Qué es el hombre, que te acuerdas
de él? ¿O el hijo del hombre, que de él te preocupas?
=
7 = Le hiciste por un poco inferior
a los ángeles; de gloria y honor le coronaste. =
8 = Todo lo sometiste debajo de
sus pies. = Al = someterle todo, = nada dejó que no le estuviera
sometido. Mas al presente, no vemos todavía que = le esté
sometido todo. =
9 Y a aquel que = fue hecho inferior
a los ángeles por un poco, = a Jesús, le vemos = coronado
de gloria y honor = por haber padecido la muerte, pues por la gracia de
Dios gustó la muerte para bien de todos.
10 Convenía, en verdad, que
Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la
gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a
la salvación.
11 Pues tanto el santificador como
los santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se avergüenza
de llamarles = hermanos =
12 cuando dice: = Anunciaré
tu nombre a mis hermanos; en medio de la asamblea te cantaré himnos.
= Y también:
13 = Pondré en él
mi confianza. = Y nuevamente: = Henos aquí, a mí y a los
hijos que Dios me dio. =
14 Por tanto, así como los
= hijos = participan de la sangre y de la carne, así también
participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte
al señor de la muerte, es decir, al Diablo,
15 y libertar a cuantos, por temor
a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud.
16 Porque, ciertamente, no se ocupa
de los ángeles, sino de la = descendencia de Abraham. =
17 Por eso tuvo que asemejarse en
todo a sus = hermanos, = para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel
en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo.
18 Pues, habiendo sido probado en
el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.
Hebreos 3
1 Por tanto, hermanos santos, partícipes
de una vocación celestial, considerad al apóstol y Sumo Sacerdote
de nuestra fe, a Jesús,
2 que es = fiel = al que le instituyó,
como lo fue también = Moisés en toda su casa. =
3 Pues ha sido juzgado digno de
una gloria en tanto superior a la de Moisés, en cuanto la dignidad
del constructor de la casa supera a la casa misma.
4 Porque toda casa tiene su constructor;
mas el constructor del universo es Dios.
5 Ciertamente, Moisés fue
fiel = en toda su casa, como servidor, = para atestiguar cuanto había
de anunciarse,
6 pero Cristo lo fue como hijo,
al frente de su propia casa, que somos nosotros, si es que mantenemos la
entereza y la gozosa satisfacción de la esperanza.
7 Por eso, como dice el Espíritu
Santo: = Si oís hoy su voz, =
8 = no endurezcáis vuestros
corazones como en la Querella, el día de la provocación en
el desierto, =
9 = donde me provocaron vuestros
padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras
=
10 durante cuarenta años.
= Por eso = me irrité contra esa generación y dije: Andan
siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos. =
11 = Por eso juré en mi cólera:
¡No entrarán en mi descanso! =
12 ¡Mirad, hermanos!, que
no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad
que le haga apostatar de Dios vivo;
13 antes bien, exhortaos mutuamente
cada día mientras dure este = hoy, = para que ninguno de vosotros
se = endurezca = seducido por el pecado.
14 Pues hemos venido a ser partícipes
de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la
segura confianza del principio.
15 Al decir: = Si oís hoy
su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, =
16 ¿quiénes son los
que, = habiéndole oído, = le movieron = querella? = ¿Es
que no fueron todos los que salieron de Egipto por medio de Moisés?
17 Y ¿contra quiénes
= se irritó durante cuarenta años? = ¿No fue acaso
contra los que pecaron, cuyos = cadáveres cayeron en el desierto?
=
18 Y ¿a quiénes =
juró que no entrarían en su descanso = sino a los que desobedecieron?
19 Así, vemos que no pudieron
entrar a causa de su incredulidad.
Hebreos 4
1 Temamos, pues; no sea que, permaneciendo
aún en vigor la promesa de = entrar en su descanso, = alguno de
vosotros parezca llegar rezagado.
2 También nosotros hemos
recibido una buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron
no aprovechó nada a aquellos que no estaban unidos por la fe a los
que escucharon.
3 De hecho, hemos entrado en el
descanso los que hemos creído, según está dicho: =
Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán
en mi descanso! = Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde
la creación del mundo,
4 pues en algún lugar dice
acerca del día séptimo: Y = descansó Dios el día
séptimo de todas sus obras. =
5 Y también en el pasaje
citado: = ¡No entrarán en mi descanso! =
6 Por tanto, quedando en claro que
algunos han de entrar en él, y que los primeros en recibir la buena
nueva no entraron a causa de su desobediencia,
7 vuelve a señalar un día,
= hoy, = diciendo por David al cabo de tanto tiempo, como queda dicho:
= Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones...
8 Porque si Josué les hubiera
proporcionado el descanso, no habría hablado Dios más tarde,
de otro día.
9 Por tanto es claro que queda un
descanso sabático para el pueblo de Dios.
10 Pues quien = entra en su descanso,
= también él = descansa de sus trabajos, = al igual que Dios
de los suyos.
11 Esforcémonos, pues, por
= entrar en ese descanso, = para que nadie caiga imitando aquella desobediencia.
12 Ciertamente, es viva la Palabra
de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos.
Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las
junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del
corazón.
13 No hay para ella criatura invisible:
todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de
dar cuenta.
14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote
que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos
firmes la fe que profesamos.
15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual
que nosotros, excepto en el pecado.
16 Acerquémonos, por tanto,
confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar
gracia para una ayuda oportuna.
Hebreos 5
1 Porque todo Sumo Sacerdote es
tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres
en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por
los pecados;
2 y puede sentir compasión
hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él
envuelto en flaqueza.
3 Y a causa de esa misma flaqueza
debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo.
4 Y nadie se arroga tal dignidad,
sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón.
5 De igual modo, tampoco Cristo
se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien
le dijo: = Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. =
6 Como también dice en otro
lugar: = Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec.
=
7 El cual, habiendo ofrecido en
los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso
clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte,
fue escuchado por su actitud reverente,
8 y aun siendo Hijo, con lo que
padeció experimentó la obediencia;
9 y llegado a la perfección,
se convirtió en causa de salvación eterna para todos los
que le obedecen,
10 proclamado por Dios Sumo Sacerdote
= a semejanza de Melquisedec. =
11 Sobre este particular tenemos
muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os
habéis hecho tardos de entendimiento.
12 Pues debiendo ser ya maestros
en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos
en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis
hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido.
13 Pues todo el que se nutre de
leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño.
14 En cambio, el manjar sólido
es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas
en el discernimiento del bien y del mal.
Hebreos 6
1 Por eso, dejando aparte la enseñanza
elemental acerca de Cristo, elevémonos a lo perfecto, sin reiterar
los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la
fe en Dios;
2 de la instrucción sobre
los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección
de los muertos y del juicio eterno.
3 Y así procederemos con
el favor de Dios.
4 Porque es imposible que cuantos
fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes
del Espíritu Santo,
5 saborearon las buenas nuevas de
Dios y los prodigios del mundo futuro,
6 y a pesar de todo cayeron, se
renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte
de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia.
7 Porque la tierra que recibe frecuentes
lluvias y produce buena vegetación para los que la cultivan participa
de la bendición de Dios.
8 Por lo contrario, la que produce
= espinas y abrojos = es desechada, y cerca está de la = maldición,
= y terminará por ser quemada.
9 Pero de vosotros, queridos, aunque
hablemos así, esperamos cosas mejores y conducentes a la salvación.
10 Porque no es injusto Dios para
olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia
su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis
a los santos.
11 Deseamos, no obstante, que cada
uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena
realización de la esperanza,
12 de forma que no os hagáis
indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la
fe y la perseverancia, heredan las promesas.
13 Cuando Dios hizo la Promesa a
Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, = juró por sí
mismo =
14 diciendo: = ¡Sí!,
te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera.
=
15 Y perseverando de esta manera,
alcanzó la Promesa.
16 Pues los hombres juran por uno
superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin
a todo litigio.
17 Por eso Dios, queriendo mostrar
más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de
su decisión, interpuso el juramento,
18 para que, mediante dos cosas
inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más
poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos
a la esperanza propuesta,
19 que nosotros tenemos como segura
y sólida ancla de nuestra alma, y = que penetra hasta más
allá del velo, =
20 adonde entró por nosotros
como precursor Jesús, hecho, a = semejanza de Melquisedec, = Sumo
= Sacerdote para siempre. =
Hebreos 7
1 En efecto, este = Melquisedec,
rey de Salem, sacerdote de Dios Altísimo, = que = salió al
encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes, y le
bendijo, =
2 al cual dio Abraham el = diezmo
de todo, = y cuyo nombre significa, en primer lugar, "rey de justicia"
y, además, = rey de Salem, = es decir, "rey de paz",
3 sin padre, ni madre, ni genealogía,
sin comienzo de días, ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios,
permanece sacerdote para siempre.
4 Mirad ahora cuán grande
es éste, a quien el mismo Patriarca = Abraham dio el diezmo = de
entre lo mejor del botín.
5 Es cierto que los hijos de Leví
que reciben el sacerdocio tienen orden según la Ley de percibir
el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque también
proceden éstos de la estirpe de Abraham;
6 mas aquél, sin pertenecer
a su genealogía, recibió el diezmo de Abraham, y bendijo
al que tenía las promesas.
7 Pues bien, es incuestionable que
el inferior recibe la bendición del superior.
8 Y aquí, ciertamente, reciben
el diezmo hombres mortales; pero allí, uno de quien se asegura que
vive.
9 Y, en cierto modo, hasta el mismo
Leví, que percibe los diezmos, los pagó por medio de Abraham,
10 pues ya estaba en las entrañas
de su padre cuando = Melquisedec le salió al encuentro. =
11 Pues bien, si la perfección
estuviera en poder del sacerdocio levítico - pues sobre él
descansa la Ley dada al pueblo -, ¿qué necesidad había
ya de que surgiera otro sacerdote a = semejanza de Melquisedec, = y no
"a semejanza de Aarón"?
12 Porque, cambiado el sacerdocio,
necesariamente se cambia la Ley.
13 Pues aquel de quien se dicen
estas cosas, pertenecía a otra tribu, de la cual nadie sirvió
al altar.
14 Y es bien manifiesto que nuestro
Señor procedía de Judá, y a esa tribu para nada se
refirió Moisés al hablar del sacerdocio.
15 Todo esto es mucho más
evidente aún si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec,
16 que lo sea, no por ley de prescripción
carnal, sino según la fuerza de una vida indestructible.
17 De hecho, está atestiguado:
= Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec. =
18 De este modo queda abrogada la
ordenación precedente, por razón de su ineficacia e inutilidad,
19 ya que la Ley no llevó
nada a la perfección, pues no era más que introducción
a una esperanza mejor, por la cual nos acercamos a Dios.
20 Y por cuanto no fue sin juramento
- pues los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento,
21 mientras éste lo fue bajo
juramento por Aquel que le dijo: = "Juró el Señor y no se
arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre" - =
22 por eso, de una mejor Alianza
resultó fiador Jesús.
23 Además, aquellos sacerdotes
fueron muchos, porque la muerte les impedía perdurar.
24 Pero éste posee un sacerdocio
perpetuo porque permanece = para siempre. =
25 De ahí que pueda también
salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está
siempre vivo para interceder en su favor.
26 Así es el Sumo Sacerdote
que nos convenía: santo, inocente, incontaminado, apartado de los
pecadores, encumbrado por encima de los cielos,
27 que no tiene necesidad de ofrecer
sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos
Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y esto lo realizó de
una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28 Es que la Ley instituye Sumos
Sacerdotes a hombres frágiles: pero la palabra del juramento, posterior
a la Ley, hace el Hijo perfecto = para siempre. =
Hebreos 8
1 Este es el punto capital de cuanto
venimos diciendo, que tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se = sentó
a la diestra = del trono de la Majestad en los cielos,
2 al servicio del santuario y de
la Tienda verdadera, = erigida por el Señor, = no por un hombre.
3 Porque todo Sumo Sacerdote está
instituido para ofrecer dones y sacrificios: de ahí que necesariamente
también él tuviera que ofrecer algo.
4 Pues si estuviera en la tierra,
ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrezcan dones
según la Ley.
5 Estos dan culto en lo que es sombra
y figura de realidades celestiales, según le fue revelado a Moisés
al emprender la construcción de la Tienda. Pues dice: = Mira,
harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
=
6 Mas ahora ha obtenido él
un ministerio tanto mejor cuanto es Mediador de una mejor Alianza, como
fundada en promesas mejores.
7 Pues si aquella primera fuera
irreprochable, no habría lugar para una segunda.
8 Porque les dice en tono de reproche:
= He aquí que días vienen, dice el Señor, y concertaré
con la casa de Israel y con la casa de Judá una nueva Alianza, =
9 = no como la Alianza que hice
con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos
de la tierra de Egipto.Como ellos no permanecieron fieles a mi Alianza,
también yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
=
10 = Esta es la Alianza que pactaré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor:Pondré
mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré; y yo seré
su Dios y ellos serán mi pueblo. =
11 = Y no habrá de instruir
cada cual a su conciudadano ni cada uno a su hermano diciendo: "¡Conoce
al Señor!", pues todos me conocerán, desde el menor hasta
el mayor de ellos. =
12 = Porque me apiadaré de
sus iniquidades y de sus pecados no me acordaré ya. =
13 Al decir = nueva, = declaró
anticuada la primera; y lo anticuado y viejo está a punto de cesar.
Hebreos 9
1 También la primera Alianza
tenía sus ritos litúrgicos y su santuario terreno.
2 Porque se preparó la parte
anterior de la Tienda, donde se hallaban el candelabro y la mesa con los
panes de la presencia, que se llama Santo.
3 Detrás del segundo velo
se hallaba la parte de la Tienda llamada Santo de los Santos,
4 que contenía el altar de
oro para el incienso, el arca de la Alianza - completamente cubierta de
oro - y en ella, la urna de oro con el maná, la vara de Aarón
que retoño y las tablas de la Alianza.
5 Encima del arca, los querubines
de gloria que cubrían con su sombra el propiciatorio. Mas no es
éste el momento de hablar de todo ello en detalle.
6 Preparadas así estas cosas,
los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar
las funciones del culto.
7 Pero en la segunda parte entra
una vez al año, y solo, el Sumo Sacerdote, y no sin sangre que ofrecer
por sí mismo y por los pecados del pueblo.
8 De esa manera daba a entender
el Espíritu Santo que aún no estaba abierto el camino del
santuario mientras subsistiera la primera Tienda.
9 Todo ello es una figura del tiempo
presente, en cuanto que allí se ofrecen dones y sacrificios incapaces
de perfeccionar en su conciencia al adorador,
10 y sólo son prescripciones
carnales, que versan sobre comidas y bebidas y sobre abluciones de todo
género, impuestas hasta el tiempo de la reforma.
11 Pero presentóse Cristo
como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una Tienda
mayor y más perfecta, no fabricada por mano de hombre, es decir,
no de este mundo.
12 Y penetró en el santuario
una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos,
sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna.
13 Pues si la sangre de machos cabríos
y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los
contaminados, en orden a la purificación de la carne,
14 ¡cuánto más
la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció
a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas
nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo!
15 Por eso es mediador de una nueva
Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las
transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban
la herencia eterna prometida.
16 Pues donde hay testamento se
requiere que conste la muerte del testador,
17 ya que el testamento es válido
en caso de defunción, no teniendo valor en vida del testador.
18 Así tampoco la primera
Alianza se inauguró sin sangre.
19 Pues Moisés, después
de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según
la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con
agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el
pueblo
20 diciendo: = Esta es la sangre
de la Alianza que Dios ha ordenado para vosotros. =
21 Igualmente roció con sangre
la Tienda y todos los objetos del culto;
22 pues según la Ley, casi
todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y sin efusión
de sangre no hay remisión.
23 En consecuencia, es necesario,
por una parte, que las figuras de las realidades celestiales sean purificadas
de esa manera; por otra parte, que también lo sean las realidades
celestiales, pero con víctimas más excelentes que aquéllas.
24 Pues no penetró Cristo
en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del
verdadero, sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el
acatamiento de Dios en favor nuestro,
25 y no para ofrecerse a sí
mismo repetidas veces al modo como el Sumo Sacerdote entra cada año
en el santuario con sangre ajena.
26 Para ello habría tenido
que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Sino que se
ha manifestado ahora una sola vez, en la plenitud de los tiempos, para
la destrucción del pecado mediante su sacrificio.
27 Y del mismo modo que está
establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio,
28 así también Cristo,
después de haberse ofrecido una sola vez = para quitar los pecados
de la multitud, = se aparecerá por segunda vez sin relación
ya con el pecado a los que le esperan para su salvación.
Hebreos 10
1 No conteniendo, en efecto, la
Ley más que una sombra de los bienes futuros, no la realidad de
las cosas, no puede nunca, mediante unos mismos sacrificios que se ofrecen
sin cesar año tras año, dar la perfección a los que
se acercan.
2 De otro modo, ¿no habrían
cesado de ofrecerlos, al no tener ya conciencia de pecado los que ofrecen
ese culto, una vez purificados?
3 Al contrario, con ellos se renueva
cada año el recuerdo de los pecados,
4 pues es imposible que sangre de
toros y machos cabríos borre pecados.
5 Por eso, al entrar en este mundo,
dice: = Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un
cuerpo. =
6 = Holocaustos y sacrificios por
el pecado no te agradaron. =
7 = Entonces dije: ¡He aquí
que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro
- a hacer, oh Dios, tu voluntad! =
8 Dice primero: = Sacrificios y
oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni
te agradaron = - cosas todas ofrecidas conforme a la Ley -
9 = entonces = - añade -:
= He aquí que vengo a hacer tu voluntad. = Abroga lo primero para
establecer el segundo.
10 Y en virtud de esta = voluntad
= somos santificados, merced a la = oblación = de una vez para siempre
del = cuerpo = de Jesucristo.
11 Y, ciertamente, todo sacerdote
está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo
reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar pecados.
12 El, por el contrario, habiendo
ofrecido por los pecados un solo sacrificio, = se sentó a la diestra
de Dios para siempre, =
13 esperando desde entonces = hasta
que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies. =
14 En efecto, mediante una sola
oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados.
15 También el Espíritu
Santo nos da testimonio de ello. Porque, después de haber dicho:
16 = Esta es la Alianza que pactaré
con ellos después de aquellos días, dice el Señor:Pondré
mis leyes en sus corazones, y en su mente las grabaré, =
17 añade: = Y de sus pecados
= e iniquidades = no me acordaré ya. =
18 Ahora bien, donde hay remisión
de estas cosas, ya no hay más oblación por el pecado.
19 Teniendo, pues, hermanos, plena
seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Jesús,
20 por este camino nuevo y vivo,
inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir,
de su propia carne,
21 y con un = Sumo Sacerdote = al
frente de la = casa de Dios, =
22 acerquémonos con sincero
corazón , en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia
mala y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme la confesión
de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.
24 Fijémonos los unos en
los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras,
25 sin abandonar vuestra propia
asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animándoos:
tanto más, cuanto que veis que se acerca ya el Día.
26 Porque si voluntariamente pecamos
después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya
no queda sacrificio por los pecados,
27 sino la terrible espera del juicio
y la = furia del fuego = pronto a = devorar a los rebeldes. =
28 Si alguno viola la Ley de Moisés
es = condenado a muerte = sin compasión, = por la declaración
de dos o tres testigos. =
29 ¿Cuánto más
grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó
al Hijo de Dios, y tuvo como profana = la sangre de la Alianza = que le
santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?
30 Pues conocemos al que dijo: =
Mía es la venganza; yo daré lo merecido. = Y también:
= El Señor juzgará a su pueblo. =
31 ¡Es tremendo caer en la
manos de Dios vivo!
32 Traed a la memoria los días
pasados, en que después de ser iluminados, hubisteis de soportar
un duro y doloroso combate,
33 unas veces expuestos públicamente
a ultrajes y tribulaciones; otras, haciéndoos solidarios de los
que así eran tratados.
34 Pues compartisteis los sufrimientos
de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros
bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más
duradera.
35 No perdáis ahora vuestra
confianza, que lleva consigo una gran recompensa.
36 Necesitáis paciencia en
el sufrimiento para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así
lo prometido.
37 Pues todavía = un poco,
muy poco tiempo; y el que ha de venir vendrá sin tardanza. =
38 = Mi justo vivirá por
la fe; mas si es cobarde, mi alma no se complacerá en él.
=
39 Pero nosotros no somos = cobardes
= para perdición, sino = creyentes = para salvación del alma.
Hebreos 11
1 La fe es garantía de lo
que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
2 Por ella fueron alabados nuestros
mayores.
3 Por la fe, sabemos que el universo
fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase
de lo que no aparece.
4 Por la fe, ofreció Abel
a Dios un sacrificio más excelente que Caín, por ella fue
declarado justo, con la aprobación que dio = Dios a sus ofrendas;
= y por ella, aun muerto, habla todavía.
5 Por la fe, Henoc fue trasladado,
de modo que no vio la muerte y = no se le halló, porque le trasladó
Dios. = Porque antes de contar su traslado, la Escritura da en su favor
testimonio = de haber agradado a Dios. =
6 Ahora bien, sin fe es imposible
agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa
a los que le buscan.
7 Por la fe, Noé, advertido
por Dios de lo que aún no se veía, con religioso temor construyó
un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo
y llegó a ser heredero de la justicia según la fe.
8 Por la fe, Abraham, al ser llamado
por Dios, obedeció y = salió = para el lugar que había
de recibir en herencia, y = salió = sin saber a dónde iba.
9 Por la fe, = peregrinó
= por la Tierra Prometida como en tierra extraña, habitando en tiendas,
lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas.
10 Pues esperaba la ciudad asentada
sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11 Por la fe, también Sara
recibió, aun fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues
tuvo como digno de fe al que se lo prometía.
12 Por lo cual también de
uno solo y ya gastado nacieron hijos, = numerosos como las estrellas del
cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar. =
13 En la fe murieron todos ellos,
sin haber conseguido el objeto de las promesas: viéndolas y saludándolas
desde lejos y confesándose = extraños y forasteros sobre
la tierra. =
14 Los que tal dicen, claramente
dan a entender que van en busca de una patria;
15 pues si hubiesen pensado en la
tierra de la que habían salido, habrían tenido ocasión
de retornar a ella.
16 Más bien aspiran a una
mejor, a la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de
ser llamado Dios suyo, pues les tiene preparada una ciudad...
17 Por la fe, Abraham, = sometido
a la prueba, presentó a Isaac = como ofrenda, y el que había
recibido las promesas, ofrecía a su = unigénito =,
18 respecto del cual se le había
dicho: = Por Isaac tendrás descendencia. =
19 Pensaba que poderoso era Dios
aun para resucitar de entre los muertos. Por eso lo recobró para
que Isaac fuera también figura.
20 Por la fe, bendijo Isaac a Jacob
y Esaú en orden al futuro.
21 Por la fe, Jacob, moribundo,
bendijo a cada uno de los hijos de José, y = se inclinó apoyado
en la cabeza de su bastón. =
22 Por la fe, José, moribundo,
evocó el éxodo de los hijos de Israel, y dio órdenes
respecto de sus huesos.
23 Por la fe, Moisés, recién
nacido, = fue durante tres meses ocultado por sus padres, = pues = vieron
= que el niño era = hermoso = y no temieron el edicto del rey.
24 Por la fe, = Moisés, ya
adulto, = rehusó ser llamado hijo de una hija de Faraón,
25 prefiriendo ser maltratado con
el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado,
26 estimando como riqueza mayor
que los tesoros de Egipto = el oprobio de Cristo, = porque tenía
los ojos puestos en la recompensa.
27 Por la fe, salió de Egipto
sin temer la ira del rey; se mantuvo firme como si viera al invisible.
28 Por la fe, celebró la
= Pascua = e hizo la aspersión de = sangre = para que el = Exterminador
= no tocase a los primogénitos de Israel.
29 Por la fe, atravesaron el mar
Rojo como por una tierra seca; mientras que los egipcios intentando lo
mismo, fueron tragados.
30 Por la fe, se derrumbaron los
muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días.
31 Por la fe, la ramera Rajab no
pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente
a los exploradores.
32 Y ¿a qué continuar?
Pues me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón,
Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas.
33 Estos, por la fe, sometieron
reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a
los leones;
34 apagaron la violencia del fuego,
escaparon del filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes
en la guerra, rechazando ejércitos extranjeros;
35 las mujeres recobraban resucitados
a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por
conseguir una resurrección mejor;
36 otros soportaron burlas y azotes,
y hasta cadenas y prisiones;
37 apedreados, torturados, aserrados,
muertos a espada; anduvieron errantes cubiertos de pieles de oveja y de
cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados,
38 ¡hombres de los que no
era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cavernas
y antros de la tierra.
39 Y todos ellos, aunque alabados
por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas.
40 Dios tenía ya dispuesto
algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a
la perfección.
Hebreos 12
1 Por tanto, también nosotros,
teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre
y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos
propone,
2 fijos los ojos en Jesús,
el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le proponía,
soportó la cruz sin miedo a la ignominia y = está sentado
a la diestra = del trono de Dios.
3 Fijaos en aquel que soportó
tal contradicción de parte de los pecadores, para que no desfallezcáis
faltos de ánimo.
4 No habéis resistido todavía
hasta llegar a la sangre en vuestra lucha contra el pecado.
5 Habéis echado en olvido
la exhortación que como a hijos se os dirige: = Hijo mío,
no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes
al ser reprendido por él. =
6 = Pues a quien ama el Señor,
le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. =
7 Sufrís para = corrección
= vuestra. Como a = hijos = os trata Dios, y ¿qué = hijo
= hay a quien su padre no = corrige? =
8 Mas si quedáis sin corrección,
cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no = hijos
=.
9 Además, teníamos
a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les
respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus
para vivir?
10 ¡Eso que ellos nos corregían
según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho
nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad.
11 Cierto que ninguna corrección
es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible
de justicia a los ejercitados en ella.
12 Por tanto, = levantad las manos
caídas y las rodillas entumecidas =
13 = y enderezad para vuestros pies
los caminos tortuosos, = para que el cojo no se descoyunte, sino que más
bien se cure.
14 = Procurad la paz = con todos
y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
15 Poned cuidado en que nadie se
vea privado de la gracia de Dios; en que = ninguna raíz amarga retoñe
ni os turbe = y por ella llegue a inficionarse la comunidad.
16 Que no haya ningún fornicario
o impío como Esaú, que por una comida = vendió su
primogenitura. =
17 Ya sabéis cómo
luego quiso heredar la bendición; pero fue rechazado y no logró
un cambio de parecer, aunque lo procuró con lágrimas.
18 No os habéis acercado
a una realidad sensible: = fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, huracán,
=
19 = sonido de trompeta = y = a
un ruido de palabras = tal, que suplicaron los que lo oyeron no se les
hablara más.
20 Es que no podían soportar
esta orden: = El que toque el monte, aunque sea un animal, será
lapidado. =
21 Tan terrible era el espectáculo,
que el mismo Moisés dijo: = Espantado estoy = y temblando.
22 Vosotros, en cambio, os habéis
acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén
celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne
23 y asamblea de los primogénitos
inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus
de los justos llegados ya a su consumación,
24 y a Jesús, mediador de
una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que
habla mejor que la de Abel.
25 Guardaos de rechazar al que os
habla; pues si los que rechazaron al que promulgaba los oráculos
desde la tierra no escaparon al castigo, mucho menos nosotros, si
volvemos la espalda al que nos habla desde el cielo.
26 Su voz conmovió entonces
la tierra. Mas ahora hace esta promesa: = Una vez más haré
yo que se estremezca = no sólo = la tierra, = sino también
= el cielo. =
27 Estas palabras, = una vez más,
= quieren decir que las cosas conmovidas se cambiarán, ya que son
realidades creadas, a fin de que permanezcan las inconmovibles.
28 Por eso, nosotros que recibimos
un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer
a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia,
29 pues nuestro = Dios es fuego
devorador. =
Hebreos 13
1 Permaneced en el amor fraterno.
2 No os olvidéis de la hospitalidad;
gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles.
3 Acordaos de los presos, como si
estuvierais con ellos encarcelados, y de los maltratados, pensando que
también vosotros tenéis un cuerpo.
4 Tened todos en gran honor el matrimonio,
y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros
los juzgará Dios.
5 Sea vuestra conducta sin avaricia;
contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho: = No te dejaré
ni te abandonaré; =
6 de modo que podamos decir confiados:
= El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede
hacerme el hombre? =
7 Acordaos de vuestros dirigentes,
que os anunciaron la Palabra de Dios y, considerando el final de su vida,
imitad su fe.
8 Ayer como hoy, Jesucristo es el
mismo, y lo será siempre.
9 No os dejéis seducir por
doctrinas varias y extrañas. Mejor es fortalecer el corazón
con la gracia que con alimentos que nada aprovecharon a los que siguieron
ese camino.
10 Tenemos nosotros un altar del
cual no tienen derecho a comer los que dan culto en la Tienda.
11 Los cuerpos de los animales,
cuya = sangre lleva = el Sumo Sacerdote = al santuario para la expiación
del pecado, son quemados fuera del campamento. =
12 Por eso, también Jesús,
para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de la puerta.
13 Así pues, salgamos donde
él = fuera del campamento, = cargando con su oprobio;
14 que no tenemos aquí ciudad
permanente, sino que andamos buscando la del futuro.
15 = Ofrezcamos sin cesar, = por
medio de él, = a Dios un sacrificio de alabanza, = es decir, = el
fruto de los labios = que celebran su nombre.
16 No os olvidéis de hacer
el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan
a Dios.
17 Obedeced a vuestros dirigentes
y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de
dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose,
cosa que no os traería ventaja alguna.
18 Rogad por nosotros, pues estamos
seguros de tener recta conciencia, deseosos de proceder en todo con rectitud.
19 Con la mayor insistencia os pido
que lo hagáis, para que muy pronto os sea yo devuelto.
20 Y el Dios de la paz que = suscitó
= de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran = Pastor
de la ovejas en virtud de la sangre de una Alianza eterna, =
21 os disponga con toda clase de
bienes para cumplir su voluntad, realizando él en nosotros lo que
es agradable a sus ojos, por mediación de Jesucristo, a quien sea
la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
22 Os ruego, hermanos, que aceptéis
estas palabras de exhortación, pues os he escrito brevemente.
23 Sabed que nuestro hermano Timoteo
ha sido liberado. Si viene pronto, iré con él a veros.
24 Saludad a todos vuestros dirigentes
y a todos los santos. Os saludan los de Italia.
25 La gracia sea con vosotros.
Santiago 1
1 Santiago, siervo de Dios
y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión.
2 Considerad como un gran gozo,
hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas,
3 sabiendo que la calidad probada
de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento;
4 pero la paciencia ha de ir acompañada
de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin
que dejéis nada que desear.
5 Si alguno de vosotros está
a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente
y sin echarlo en cara, y se la dará.
6 Pero que la pida con fe, sin vacilar;
porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento
y llevado de una a otra parte.
7 Que no piense recibir cosa alguna
del Señor un hombre como éste,
8 un hombre irresoluto e inconstante
en todos sus caminos.
9 El hermano de condición
humilde gloríese en su exaltación;
10 y el rico, en su humillación,
porque pasará = como flor de hierba: =
11 sale el sol con fuerza y = seca
la hierba y su flor cae = y se pierde su hermosa apariencia; así
también el rico se marchitará en sus caminos.
12 = ¡Feliz = el hombre =
que soporta = la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona
de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman.
13 Ninguno, cuando sea probado,
diga: "Es Dios quien me prueba"; porque Dios ni es probado por el mal ni
prueba a nadie.
14 Sino que cada uno es probado
por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce.
15 Después la concupiscencia,
cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado,
engendra la muerte.
16 No os engañéis,
hermanos míos queridos:
17 toda dádiva buena y todo
don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien
no hay cambio ni sombra de rotación.
18 Nos engendró por su propia
voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primicias
de sus criaturas.
19 Tenedlo presente, hermanos míos
queridos: Que cada uno sea = diligente para escuchar y tardo = para hablar,
tardo para la ira.
20 Porque la ira del hombre no obra
la justicia de Dios.
21 Por eso, desechad toda inmundicia
y abundancia de mal y recibid con docilidad la Palabra sembrada en vosotros,
que es capaz de salvar vuestras almas.
22 Poned por obra la Palabra y no
os contentéis sólo con oírla, engañándoos
a vosotros mismos.
23 Porque si alguno se contenta
con oír la Palabra sin ponerla por obra, ése se parece al
que contempla su imagen en un espejo:
24 se contempla, pero, en yéndose,
se olvida de cómo es.
25 En cambio el que considera atentamente
la Ley perfecta de la libertad y se mantiene firme, no como oyente olvidadizo
sino como cumplidor de ella, ése, practicándola, será
feliz.
26 Si alguno se cree religioso,
pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón,
su religión es vana.
27 La religión pura e intachable
ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las
viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo.
Santiago 2
1 Hermanos míos, no entre
la acepción de personas en la fe que tenéis en nuestro Señor
Jesucristo glorificado.
2 Supongamos que entra en vuestra
asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido;
y entra también un pobre con un vestido sucio;
3 y que dirigís vuestra mirada
al que lleva el vestido espléndido y le decís: "Tú,
siéntate aquí, en un buen lugar"; y en cambio al pobre le
decís: "Tú, quédate ahí de pie", o "Siéntate
a mis pies".
4 ¿No sería esto hacer
distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos?
5 Escuchad, hermanos míos
queridos: ¿Acaso no ha escogido Dios a los pobres según el
mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió
a los que le aman?
6 ¡En cambio vosotros habéis
menospreciado al pobre! ¿No son acaso los ricos los que os oprimen
y os arrastran a los tribunales?
7 ¿No son ellos los que blasfeman
el hermoso Nombre que ha sido invocado sobre vosotros?
8 Si cumplís plenamente la
Ley regia según la Escritura: = Amarás a tu prójimo
como a ti mismo, = obráis bien;
9 pero si tenéis acepción
de personas, cometéis pecado y quedáis convictos de transgresión
por la Ley.
10 Porque quien observa toda la
Ley, pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos.
11 Pues el que dijo: = No adulteres,
= dijo también: = No mates. = Si no adulteras, pero matas, eres
transgresor de la Ley.
12 Hablad y obrad tal como corresponde
a los que han de ser juzgados por la Ley de la libertad.
13 Porque tendrá un juicio
sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la misericordia se siente
superior al juicio.
14 ¿De qué sirve,
hermanos míos, que alguien diga: "Tengo fe", si no tiene obras?
¿Acaso podrá salvarle la fe?
15 Si un hermano o una hermana están
desnudos y carecen del sustento diario,
16 y alguno de vosotros les dice:
"Idos en paz, calentaos y hartaos", pero no les dais lo necesario para
el cuerpo, ¿de qué sirve?
17 Así también la
fe, si no tiene obras, está realmente muerta.
18 Y al contrario, alguno podrá
decir: "¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame
tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe.
19 ¿Tú crees que hay
un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan.
20 ¿Quieres saber tú,
insensato, que la fe sin obras es estéril?
21 Abraham nuestro padre ¿no
alcanzó la justificación por las obras cuando = ofreció
a su hijo Isaac sobre el altar? =
22 ¿Ves cómo la fe
cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección?
23 Y alcanzó pleno cumplimiento
la Escritura que dice: = Creyó Abraham en Dios y le fue reputado
como justicia = y fue llamado amigo de Dios."
24 Ya veis cómo el hombre
es justificado por las obras y no por la fe solamente.
25 Del mismo modo Rajab, la prostituta,
¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los
mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino?
26 Porque así como el cuerpo
sin espíritu está muerto, así también la fe
sin obras está muerta.
Santiago 3
1 No os hagáis maestros muchos
de vosotros, hermanos míos, sabiendo que nosotros tendremos un juicio
más severo,
2 pues todos caemos muchas veces.
Si alguno no cae hablando, es un hombre perfecto, capaz de poner freno
a todo su cuerpo.
3 Si ponemos a los caballos frenos
en la boca para que nos obedezcan, dirigimos así todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves:
aunque sean grandes y vientos impetuosos las empujen, son dirigidas por
un pequeño timón adonde la voluntad del piloto quiere.
5 Así también la lengua
es un miembro pequeño y puede gloriarse de grandes cosas. Mirad
qué pequeño fuego abrasa un bosque tan grande.
6 Y la lengua es fuego, es un mundo
de iniquidad; la lengua, que es uno de nuestros miembros, contamina todo
el cuerpo y, encendida por la gehenna, prende fuego a la rueda de
la vida desde sus comienzos.
7 Toda clase de fieras, aves, reptiles
y animales marinos pueden ser domados y de hecho han sido domados por el
hombre;
8 en cambio ningún hombre
ha podido domar la lengua; es un mal turbulento; está llena de veneno
mortífero.
9 Con ella bendecimos al Señor
y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios;
10 de una misma boca proceden la
bendición y la maldición. Esto, hermanos míos, no
debe ser así.
11 ¿Acaso la fuente mana
por el mismo caño agua dulce y amarga?
12 ¿Acaso, hermanos míos,
puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada
puede producir agua dulce.
13 ¿Hay entre vosotros quien
tenga sabiduría o experiencia? Que muestre por su buena conducta
las obras hechas con la dulzura de la sabiduría.
14 Pero si tenéis en vuestro
corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis
ni mintáis contra la verdad.
15 Tal sabiduría no desciende
de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca.
16 Pues donde existen envidias y
espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase
de maldad.
17 En cambio la sabiduría
que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacífica,
complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos,
imparcial, sin hipocresía.
18 Frutos de justicia se siembran
en la paz para los que procuran la paz.
Santiago 4
1 ¿De dónde proceden
las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras
pasiones que luchan en vuestros miembros?
2 ¿Codiciáis y no
poseéis? Matáis. ¿Envidiáis y no podéis
conseguir? Combatís y hacéis la guerra. No tenéis
porque no pedís.
3 Pedís y no recibís
porque pedís mal, con la intención de malgastarlo en vuestras
pasiones.
4 ¡Adúlteros!, ¿no
sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera,
pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios.
5 ¿Pensáis que la
Escritura dice en vano: Tiene deseos ardientes el espíritu que él
ha hecho habitar en nosotros?
6 Más aún, da una
gracia mayor; por eso dice: = Dios resiste a los soberbios y da su gracia
a los humildes. =
7 Someteos, pues, a Dios; resistid
al Diablo y él huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios y él se
acercará a vosotros. Purificaos, pecadores, las manos; limpiad los
corazones, hombres irresolutos.
9 Lamentad vuestra miseria, entristeceos
y llorad. Que vuestra risa se cambie en llanto y vuestra alegría
en tristeza.
10 Humillaos ante el Señor
y él os ensalzará.
11 No habléis mal unos de
otros, hermanos. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla
mal de la Ley y juzga a la Ley; y si juzgas a la Ley, ya no eres un cumplidor
de la Ley, sino un juez.
12 Uno solo es el legislador y juez,
que puede salvar o perder. En cambio tú, ¿quién eres
para juzgar al prójimo?
13 Ahora bien, vosotros los que
decís: "Hoy o mañana iremos a tal ciudad, pasaremos allí
el año, negociaremos y ganaremos";
14 vosotros que no sabéis
qué será de vuestra vida el día de mañana...
¡Sois vapor que aparece un momento y después desaparece!
15 En lugar de decir: "Si el Señor
quiere, viviremos y haremos esto o aquello".
16 Pero ahora os jactáis
en vuestra fanfarronería. Toda jactancia de este tipo es mala.
17 Aquel, pues, que sabe hacer el
bien y no lo hace, comete pecado.
Santiago 5
1 Ahora bien, vosotros, ricos, llorad
y dad alaridos por las desgracias que están para caer sobre vosotros.
2 Vuestra riqueza está podrida
y vuestros vestidos están apolillados;
3 vuestro oro y vuestra plata están
tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros
y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas
en estos días que son los últimos.
4 Mirad; el salario que no habéis
pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando;
y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor
de los ejércitos.
5 Habéis vivido sobre la
tierra regaladamente y os habéis entregado a los placeres; habéis
hartado vuestros corazones en el día de la matanza.
6 Condenasteis y matasteis al justo;
él no os resiste.
7 Tened, pues, paciencia, hermanos,
hasta la Venida del Señor. Mirad: el labrador espera el fruto precioso
de la tierra aguardándolo con paciencia hasta recibir las
lluvias tempranas y tardías.
8 Tened también vosotros
paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la Venida del Señor
está cerca.
9 No os quejéis, hermanos,
unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a
las puertas.
10 Tomad, hermanos, como modelo
de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del
Señor.
11 Mirad cómo proclamamos
felices a los que sufrieron con paciencia. Habéis oído la
paciencia de Job en el sufrimiento y sabéis el final que el Señor
le dio; porque = el Señor es compasivo y misericordioso. =
12 Ante todo, hermanos, no juréis
ni por el cielo ni por la tierra, ni por ningún otra cosa. Que vuestro
sí sea sí, y el no, no; para no incurrir en juicio.
13 ¿Sufre alguno entre vosotros?
Que ore. ¿Está alguno alegre? Que cante salmos.
14 ¿Está enfermo alguno
entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren
sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor.
15 Y la oración de la fe
salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante,
y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.
16 Confesaos, pues, mutuamente vuestros
pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La
oración ferviente del justo tiene mucho poder.
17 Elías era un hombre de
igual condición que nosotros; oró insistentemente para que
no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años
y seis meses.
18 Después oró de
nuevo y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.
19 Si alguno de vosotros, hermanos
míos, se desvía de la verdad y otro le convierte,
20 sepa que el que convierte a un
pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y =
cubrirá multitud de pecados. =
1 Pedro 1
1 Pedro, apóstol de Jesucristo,
a los que viven como extranjeros en la Dispersión: en el Ponto,
Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos
2 según el previo conocimiento
de Dios Padre, con la acción santificadora del Espíritu,
para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre. A vosotros
gracia y paz abundantes.
3 Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante
la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado
a una esperanza viva,
4 a una herencia incorruptible,
inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
5 a quienes el poder de Dios, por
medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada
en el último momento.
6 Por lo cual rebosáis de
alegría, aunque sea preciso que todavía por algún
tiempo seáis afligidos con diversas pruebas,
7 a fin de que la calidad probada
de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado
por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor,
en la Revelación de Jesucristo.
8 A quien amáis sin haberle
visto; en quien creéis, aunque de momento no le veáis, rebosando
de alegría inefable y gloriosa;
9 y alcanzáis la meta de
vuestra fe, la salvación de las almas.
10 Sobre esta salvación investigaron
e indagaron los profetas, que profetizaron sobre la gracia destinada a
vosotros,
11 procurando descubrir a qué
tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu
de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los sufrimientos
destinados a Cristo y las glorias que les seguirían.
12 Les fue revelado que no administraban
en beneficio propio sino en favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian
quienes os predican el Evangelio, en el Espíritu Santo enviado desde
el cielo; mensaje que los ángeles ansían contemplar.
13 Por lo tanto, ceñíos
los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza
en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de
Jesucristo.
14 Como hijos obedientes, no os
amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia,
15 más bien, así como
el que os ha llamado es santo, así también vosotros sed santos
en toda vuestra conducta,
16 como dice la Escritura: = Seréis
santos, porque santo soy yo. =
17 Y si llamáis Padre a quien,
sin acepción de personas, juzga a cada cual según sus obras,
conducíos con temor durante el tiempo de vuestro destierro,
18 sabiendo que = habéis
sido rescatados = de la conducta necia heredada de vuestros padres, no
con algo caduco, oro o = plata, =
19 sino con una sangre preciosa,
como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo,
20 predestinado antes de la creación
del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de vosotros;
21 los que por medio de él
creéis en Dios, que le ha resucitado de entre los muertos y le ha
dado la gloria, de modo que vuestra fe y vuestra esperanza estén
en Dios.
22 Habéis purificado vuestras
almas, obedeciendo a la verdad, para amaros los unos a los otros sinceramente
como hermanos. Amaos intensamente unos a otros con corazón puro,
23 pues habéis sido reengendrados
de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la Palabra
de Dios viva y permanente.
24 Pues = toda carne es como hierba
y todo su esplendor como flor de hierba; se seca la hierba y cae la flor;
=
25 = pero la Palabra del Señor
permanece eternamente. = Y esta es la Palabra: la Buena Nueva anunciada
a vosotros.
1 Pedro 2
1 Rechazad, por tanto, toda malicia
y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencias.
2 Como niños recién
nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezcáis
para la salvación,
3 si es que = habéis gustado
que el Señor es bueno. =
4 Acercándoos a él,
piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios,
5 también vosotros, cual
piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual,
para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos
a Dios por mediación de Jesucristo.
6 Pues está en la Escritura:
= He aquí que coloco en Sión una piedra angular, elegida,
preciosa y el que crea en ella no será confundido. =
7 Para vosotros, pues, creyentes,
el honor; pero para los incrédulos, = la piedra que los constructores
desecharon, en piedra angular se ha convertido, =
8 = en piedra de tropiezo y roca
de escándalo. = Tropiezan en ella porque no creen en la Palabra;
para esto han sido destinados.
9 Pero vosotros sois = linaje elegido,
sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, = para anunciar
las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable
luz
10 vosotros que en un tiempo = no
= erais = pueblo = y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes
= no se tuvo compasión, = pero ahora = son compadecidos. =
11 Queridos, os exhorto a que, como
= extranjeros y forasteros, = os abstengáis de las apetencias carnales
que combaten contra el alma.
12 Tened en medio de los gentiles
una conducta ejemplar a fin de que, en lo mismo que os calumnian como malhechores,
a la vista de vuestras buenas obras den gloria a Dios en el día
de la Visita.
13 Sed sumisos, a causa del Señor,
a toda institución humana: sea al rey, como soberano,
14 sea a los gobernantes, como enviados
por él para castigo de los que obran el mal y alabanza de los que
obran el bien.
15 Pues esta es la voluntad de Dios:
que obrando el bien, cerréis la boca a los ignorantes insensatos.
16 Obrad como hombres libres, y
no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como
siervos de Dios.
17 Honrad a todos, amad a los hermanos,
temed a Dios, honrad al rey.
18 Criados, sed sumisos, con todo
respeto, a vuestros dueños, no sólo a los buenos e indulgentes,
sino también a los severos.
19 Porque bella cosa es tolerar
penas, por consideración a Dios, cuando se sufre injustamente.
20 ¿Pues qué gloria
hay en soportar los golpes cuando habéis faltado? Pero si obrando
el bien soportáis el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios.
21 Pues para esto habéis
sido llamados, ya que también Cristo sufrió por vosotros,
dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas.
22 El que no cometió pecado,
= y en cuya boca no se halló engaño; =
23 el que, al ser insultado, no
respondía con insultos; al padecer, no amenazaba, sino que se ponía
en manos de Aquel que juzga con justicia;
24 = el mismo que, = sobre el madero,
= llevó nuestros pecados = en su cuerpo, a fin de que, muertos a
nuestros pecados, viviéramos para la justicia; = con cuyas heridas
habéis sido curados. =
25 Erais = como ovejas descarriadas,
= pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras
almas.
1 Pedro 3
1 Igualmente, vosotras, mujeres,
sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en
la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus
mujeres,
2 al considerar vuestra conducta
casta y respetuosa.
3 Que vuestro adorno no esté
en el exterior, en peinados, joyas y modas,
4 sino en lo oculto del corazón,
en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante
Dios.
5 Así se adornaban en otro
tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos;
6 así obedeció Sara
a Abraham, llamándole = Señor. = De ella os hacéis
hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor.
7 De igual manera vosotros, maridos,
en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más
frágil, tributándoles honor como coherederas que son también
de la gracia de Vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo.
8 En conclusión, tened todos
unos mismos sentimientos, sed compasivos, amaos como hermanos, sed misericordiosos
y humildes.
9 No devolváis mal por mal,
ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis
sido llamados a heredar la bendición.
10 = Pues quien quiera amar la vida
y ver días felices, guarde su lengua del mal, y sus labios de palabras
engañosas,
11 apártese del mal y haga
el bien, busque la paz y corra tras ella.
12 Pues los ojos del Señor
miran a los justos y sus oídos escuchan su oración, pero
el rostro del Señor contra los que obran el mal. =
13 Y ¿quién os hará
mal si os afanáis por el bien?
14 Mas, aunque sufrierais a causa
de la justicia, dichosos de vosotros. = No les tengáis ningún
miedo ni os turbeis. =
15 Al contrario, = dad culto al
Señor, = Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar
respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza.
16 Pero hacedlo con dulzura y respeto.
Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara,
sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en
Cristo.
17 Pues más vale padecer
por obrar el bien, si esa es la voluntad de Dios, que por obrar el mal.
18 Pues también Cristo, para
llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu.
19 En el espíritu fue también
a predicar a los espíritus encarcelados,
20 en otro tiempo incrédulos,
cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé
construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas,
fueron salvados a través del agua;
21 a ésta corresponde ahora
el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo,
sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección
de Jesucristo,
22 que, habiendo ido al cielo, está
a la diestra de Dios, y le están sometidos los Ángeles, las
Dominaciones y las Potestades.
1 Pedro 4
1 Ya que Cristo padeció en
la carne, armaos también vosotros de este mismo pensamiento: quien
padece en la carne, ha roto con el pecado,
2 para vivir ya el tiempo que le
quede en la carne, no según las pasiones humanas, sino según
la voluntad de Dios.
3 Ya es bastante el tiempo que habéis
pasado obrando conforme al querer de los gentiles, viviendo en desenfrenos,
liviandades, crápulas, orgías, embriagueces y en cultos ilícitos
a los ídolos.
4 A este propósito, se extrañan
de que no corráis con ellos hacia ese libertinaje desbordado, y
prorrumpen en injurias.
5 Darán cuenta a quien está
pronto para juzgar a vivos y muertos.
6 Por eso hasta a los muertos se
ha anunciado la Buena Nueva, para que, condenados en carne según
los hombres, vivan en espíritu según Dios.
7 El fin de todas las cosas está
cercano. Sed, pues, sensatos y sobrios para daros a la oración.
8 Ante todo, tened entre vosotros
intenso amor, = pues el amor cubre multitud de pecados. =
9 Sed hospitalarios unos con otros
sin murmurar.
10 Que cada cual ponga al servicio
de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores
de las diversas gracias de Dios.
11 Si alguno habla, sean palabras
de Dios; si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder
recibido de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo,
a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Amén.
12 Queridos, no os extrañéis
del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os
sucediera algo extraño,
13 sino alegraos en la medida en
que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también
os alegréis alborozados en la revelación de su gloria.
14 Dichosos de vosotros, si sois
injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espíritu de gloria,
que es el = Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros. =
15 Que ninguno de vosotros tenga
que sufrir ni por criminal ni por ladrón ni por malhechor ni por
entrometido:
16 pero si es por cristiano, que
no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre.
17 Porque ha llegado el tiempo de
comenzar el juicio por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros,
¿qué fin tendrán los que no creen en el Evangelio
de Dios?
18 = Si el justo se salva a duras
penas ¿en qué pararán el impío y el pecador?
=
19 De modo que, aun los que sufren
según la voluntad de Dios, confíen sus almas al Creador fiel,
haciendo el bien.
1 Pedro 5
1 A los ancianos que están
entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos
de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse.
2 Apacentad la grey de Dios que
os está encomendada, vigilando, no forzados, sino voluntariamente,
según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón;
3 no tiranizando a los que os ha
tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey.
4 Y cuando aparezca el Mayoral,
recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
5 De igual manera, jóvenes,
sed sumisos a los ancianos; revestíos todos de humildad en vuestras
mutuas relaciones, pues = Dios resiste a los soberbios y da su gracia a
los humildes. =
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa
mano de Dios para que, llegada la ocasión, os ensalce;
7 = confiadle = todas = vuestras
preocupaciones, = pues él cuida de vosotros.
8 Sed sobrios y velad. Vuestro adversario,
el Diablo, ronda como = león rugiente, = buscando a quién
devorar.
9 Resistidle firmes en la fe, sabiendo
que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos
sufrimientos.
10 El Dios de toda gracia, el que
os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos,
os restablecerá, afianzará, robustecerá y os consolidará.
11 A él el poder por los
siglos de los siglos. Amén.
12 Por medio de Silvano, a quien
tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, exhortándoos y
atestiguándoos que esta es la verdadera gracia de Dios; perseverad
en ella.
13 Os saluda la que está
en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos.
14 Saludaos unos a otros con el
beso de amor. Paz a todos los que estáis en Cristo.
2 Pedro 1
1 Simeón Pedro, siervo y
apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios
y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como
la nuestra.
2 A vosotros, gracia y paz abundantes
por el conocimiento de nuestro Señor.
3 Pues su divino poder nos ha concedido
cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto
del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud,
4 por medio de las cuales nos han
sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.
5 Por esta misma razón, poned
el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud
el conocimiento,
6 al conocimiento la templanza,
a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad,
7 a la piedad el amor fraterno,
al amor fraterno la caridad.
8 Pues si tenéis estas cosas
y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.
9 Quien no las tenga es ciego y
corto de vista; ha echado al olvido la purificación de sus pecados
pasados.
10 Por tanto, hermanos, poned el
mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra elección.
Obrando así nunca caeréis.
11 Pues así se os dará
amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
12 Por esto, estaré siempre
recordándoos estas cosas, aunque ya las sepáis y estéis
firmes en la verdad que poseéis.
13 Me parece justo, mientras me
encuentro en esta tienda, estimularos con el recuerdo,
14 sabiendo que pronto tendré
que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor
Jesucristo.
15 Pero pondré empeño
en que, en todo momento, después de mi partida, podáis recordar
estas cosas.
16 Os hemos dado a conocer el poder
y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas
ingeniosas, sino después de haber visto con nuestros propios ojos
su majestad.
17 Porque recibió de Dios
Padre honor y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz:
"Este es mi Hijo muy amado en quien me complazco."
18 Nosotros mismos escuchamos esta
voz, venida del cielo, estando con él en el monte santo.
19 Y así se nos hace más
firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar
atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro,
hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el
lucero de la mañana.
20 Pero, ante todo, tened presente
que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta
propia;
21 porque nunca profecía
alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu
Santo, han hablado de parte de Dios.
2 Pedro 2
1 Hubo también en el pueblo
falsos profetas, como habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán
herejías perniciosas y que, negando al Dueño que los
adquirió, atraerán sobre sí una rápida destrucción.
2 Muchos seguirán su libertinaje
y, por causa de ellos, el Camino de la verdad será difamado.
3 Traficarán con vosotros
por codicia, con palabras artificiosas; desde hace tiempo su condenación
no está ociosa, ni su perdición dormida.
4 Pues si Dios no perdonó
a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los
abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados
hasta el Juicio;
5 si no perdonó al antiguo
mundo, aunque preservó a Noé, heraldo de la justicia, y a
otros siete, cuando hizo venir el diluvio sobre un mundo de impíos;
6 si condenó a la destrucción
las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas
como ejemplo para los que en el futuro vivirían impíamente;
7 y si libró a Lot, el justo,
oprimido por la conducta licenciosa de aquellos hombres disolutos
8 - pues este justo, que vivía
en medio de ellos, torturaba día tras día su alma justa por
las obras inicuas que veía y oía -
9 es porque el Señor sabe
librar de las pruebas a los piadosos y guardar a los impíos para
castigarles en el día del Juicio,
10 sobre todo a los que andan tras
la carne con apetencias impuras y desprecian al Señorío.
Atrevidos y arrogantes, no temen insultar a las Glorias,
11 cuando los Ángeles, que
son superiores en fuerza y en poder, no pronuncian juicio injurioso contra
ellas en presencia del Señor.
12 Pero éstos, como animales
irracionales, destinados por naturaleza a ser cazados y muertos, que injurian
lo que ignoran, con muerte de animales morirán,
13 sufriendo daño en pago
del daño que hicieron. Tienen por felicidad el placer de un día;
hombres manchados e infames, que se entregan de lleno a los placeres mientras
banquetean con vosotros.
14 Tienen los ojos llenos de adulterio,
que no se sacian de pecado, seducen a las almas débiles, tienen
el corazón ejercitado en la codicia, ¡hijos de maldición!
15 Abandonando el camino recto,
se desviaron y siguieron el camino de Balaam, hijo de Bosor, que amó
un salario de iniquidad,
16 pero fue reprendido por su mala
acción. Un mudo jumento, hablando con voz humana, impidió
la insensatez del profeta.
17 Estos son fuentes secas y nubes
llevadas por el huracán, a quienes está reservada la oscuridad
de las tinieblas.
18 Hablando palabras altisonantes,
pero vacías, seducen con las pasiones de la carne y el libertinaje
a los que acaban de alejarse de los que viven en el error.
19 Les prometen libertad, mientras
que ellos son esclavos de la corrupción, pues uno queda esclavo
de aquel que le vence.
20 Porque si, después de
haberse alejado de la impureza del mundo por el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, se enredan nuevamente en ella
y son vencidos, su postrera situación resulta peor que la primera.
21 Pues más les hubiera valido
no haber conocido el camino de la justicia que, una vez conocido, volverse
atrás del santo precepto que le fue transmitido.
22 Les ha sucedido lo de aquel proverbio
tan cierto: = "el perro vuelve a su vómito" = y "la puerca lavada,
a revolcarse en el cieno".
2 Pedro 3
1 Esta es ya, queridos, la segunda
carta que os escribo; en ambas, con lo que os recuerdo, despierto en vosotros
el recto criterio.
2 Acordaos de las predicciones de
los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que
es el mismo del Señor y Salvador.
3 Sabed ante todo que en los últimos
días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus
propias pasiones,
4 que dirán en son de burla:
"¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron
los Padres, todo sigue como al principio de la creación".
5 Porque ignoran intencionadamente
que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida
del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios,
6 y que, por esto, el mundo de entonces
pereció inundado por las aguas del diluvio,
7 y que los cielos y la tierra presentes,
por esa misma Palabra, están reservados para el fuego y guardados
hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos.
8 Mas una cosa no podéis
ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años
y, = mil años, como un día. =
9 No se retrasa el Señor
en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa
de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino
que todos lleguen a la conversión.
10 El Día del Señor
llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos,
con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se
disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.
11 Puesto que todas estas cosas
han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis
en vuestra santa conducta y en la piedad,
12 esperando y acelerando la venida
del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán,
y los elementos, abrasados, se fundirán?
13 Pero esperamos, según
nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite
la justicia.
14 Por lo tanto, queridos, en espera
de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él,
sin mancilla y sin tacha.
15 La paciencia de nuestro Señor
juzgadla como salvación, como os lo escribió también
Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le
fue otorgada.
16 Lo escribe también en
todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas
difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan
torcidamente - como también las demás Escrituras - para su
propia perdición.
17 Vosotros, pues, queridos, estando
ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos
disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.
18 Creced, pues, en la gracia y
en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él
la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
1 Juan 1
1 Lo que existía desde el
principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida,
2 - pues la Vida se manifestó,
y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna,
que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó -
3 lo que hemos visto y oído,
os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión
con nosotros.Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su
Hijo Jesucristo.
4 Os escribimos esto para que nuestro
gozo sea completo.
5 Y este es el mensaje que hemos
oído de él y que os anunciamos:Dios es Luz, en él
no hay tiniebla alguna.
6 Si decimos que estamos en comunión
con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad.
7 Pero si caminamos en la luz, como
él mismo está en la luz, estamos en comunión unos
con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
8 Si decimos: "No tenemos pecado",
nos engañamos y la verdad no está en nosotros.
9 Si reconocemos nuestros pecados,
fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de
toda injusticia.
10 Si decimos: "No hemos pecado",
le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros.
1 Juan 2
1 Hijos míos, os escribo
esto para que no pequéis.Pero si alguno peca, tenemos a uno que
abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
2 El es víctima de propiciación
por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también
por los del mundo entero.
3 En esto sabemos que le conocemos:
en que guardamos sus mandamientos.
4 Quien dice: "Yo le conozco" y
no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en
él.
5 Pero quien guarda su Palabra,
ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud.En esto
conocemos que estamos en él.
6 Quien dice que permanece en él,
debe vivir como vivió él.
7 Queridos, no os escribo un mandamiento
nuevo, sino el mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio.Este
mandamiento antiguo es la Palabra que habéis escuchado.
8 Y sin embargo, os escribo un mandamiento
nuevo - lo cual es verdadero en él y en vosotros - pues las tinieblas
pasan y la luz verdadera brilla ya.
9 Quien dice que está en
la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.
10 Quien ama a su hermano permanece
en la luz y no tropieza.
11 Pero quien aborrece a su hermano
está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde
va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
12 Os escribo a vosotros, hijos
míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre.
13 Os escribo a vosotros, padres,
porque conocéis al que es desde el principio.Os escribo a vosotros,
jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.
14 Os he escrito a vosotros, hijos
míos, porque conocéis al Padre,Os he escrito, padres, porque
conocéis al que es desde el principio.Os he escrito, jóvenes,
porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis
vencido al Maligno.
15 No améis al mundo ni lo
que hay en el mundo.Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está
en él.
16 Puesto que todo lo que hay en
el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos
y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.
17 El mundo y sus concupiscencias
pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.
18 Hijos míos, es la última
hora.Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien,
muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya
la última hora.
19 Salieron de entre nosotros; pero
no eran de los nuestros.Si hubiesen sido de los nuestros, habrían
permanecido con nosotros.Pero sucedió así para poner de manifiesto
que no todos son de los nuestros.
20 En cuanto a vosotros, estáis
ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis.
21 Os he escrito, no porque desconozcáis
la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira viene
de la verdad.
22 ¿Quién es el mentiroso
sino el que niega que Jesús es el Cristo?Ese es el Anticristo, el
que niega al Padre y al Hijo.
23 Todo el que niega al Hijo tampoco
posee al Padre.Quien confiesa al Hijo posee también al Padre.
24 En cuanto a vosotros, lo que
habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.Si
permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio,
también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre,
25 y esta es la promesa que
él mismo os hizo: la vida eterna.
26 Os he escrito esto respecto
a los que tratan de engañaros.
27 Y en cuanto a vosotros, la unción
que de El habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis
que nadie os enseñe.Pero como su unción os enseña
acerca de todas las cosas - y es verdadera y no mentirosa - según
os enseñó, permaneced el él.
28 Y ahora, hijos míos, permaneced
en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y
no quedemos avergonzados lejos de él en su Venida.
29 Si sabéis que él
es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.
1 Juan 3
1 Mirad qué amor nos ha tenido
el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!.El mundo no
nos conoce porque no le conoció a él.
2 Queridos, ahora somos hijos de
Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos.Sabemos que, cuando
se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual
es.
3 Todo el que tiene esta esperanza
en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
4 Todo el que comete pecado comete
también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad.
5 Y sabéis que él
se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado.
6 Todo el que permanece en él,
no peca.Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
7 Hijos míos, que nadie os
engañe.Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
8 Quien comete el pecado es del
Diablo, pues el Diablo peca desde el principio.El Hijo de Dios se manifestó
para deshacer las obras del Diablo.
9 Todo el que ha nacido de Dios
no comete pecado porque su germen permanece en él; y no puede pecar
porque ha nacido de Dios.
10 En esto se reconocen los hijos
de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de
Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
11 Pues este es el mensaje que habéis
oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
12 No como Caín, que, siendo
del Maligno, mató a su hermano.Y ¿por qué le mató?Porque
sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
13 No os extrañéis,
hermanos, si el mundo os aborrece.
14 Nosotros sabemos que hemos pasado
de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos.Quien no ama permanece
en la muerte.
15 Todo el que aborrece a su hermano
es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna
permanente en él.
16 En esto hemos conocido lo que
es amor: en que él dio su vida por nosotros.También nosotros
debemos dar la vida por los hermanos.
17 Si alguno que posee bienes de
la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón,
¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?
18 Hijos míos, no amemos
de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.
19 En esto conoceremos que somos
de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él,
20 en caso de que nos condene nuestra
conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
21 Queridos, si la conciencia no
nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,
22 y cuanto pidamos lo recibimos
de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
23 Y este es su mandamiento: que
creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros
tal como nos lo mandó.
24 Quien guarda sus mandamientos
permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece
en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
1 Juan 4
1 Queridos, no os fiéis
de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen
de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo.
2 Podréis conocer en esto
el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo,
venido en carne, es de Dios;
3 y todo espíritu que no
confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo.El cual
habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en
el mundo.
4 Vosotros, hijos míos, sois
de Dios y los habéis vencido.Pues el que está en vosotros
es más que el que está en el mundo.
5 Ellos son del mundo; por eso hablan
según el mundo y el mundo los escucha.
6 Nosotros somos de Dios.Quien conoce
a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha.En esto conocemos
el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
7 Queridos, amémonos unos
a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios
y conoce a Dios.
8 Quien no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es Amor.
9 En esto se manifestó el
amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único
para que vivamos por medio de él.
10 En esto consiste el amor: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó
y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
11 Queridos, si Dios nos amó
de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
12 A Dios nadie le ha visto nunca.Si
nos amamos unos a otros,Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado
en nosotros a su plenitud.
13 En esto conocemos que permanecemos
en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
14 Y nosotros hemos visto y damos
testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo.
15 Quien confiese que Jesús
es el Hijo de Dios,Dios permanece en él y él en Dios.
16 Y nosotros hemos conocido el
amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él.Dios es Amor
y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
17 En esto ha llegado el amor a
su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del
Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
18 No hay temor en el amor; sino
que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo;
19 quien teme no ha llegado a la
plenitud en el amor.Nosotros amemos, porque él nos amó primero.
20 Si alguno dice: "Amo a Dios",
y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano,
a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.
21 Y hemos recibido de él
este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 5
1 Todo el que cree que Jesús
es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser
ama también al que ha nacido de él.
2 En esto conocemos que amamos a
los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
3 Pues en esto consiste el amor
a Dios: en que guardemos sus mandamientos.Y sus mandamientos no son pesados,
4 pues todo lo que ha nacido de
Dios vence al mundo.Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es
nuestra fe.
5 Pues, ¿quien es el que
vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6 Este es el que vino por el agua
y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y
en la sangre.Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu
es la Verdad.
7 Pues tres son los que dan testimonio:
8 el Espíritu, el agua y
la sangre, y los tres convienen en lo mismo.
9 Si aceptamos el testimonio de
los hombres, mayor es el testimonio de Dios, pues este es el testimonio
de Dios, que ha testimoniado acerca de su Hijo.
10 Quien cree en el Hijo de Dios
tiene el testimonio en sí mismo.Quien no cree a Dios le hace mentiroso,
porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de
su Hijo.
11 Y este es el testimonio: que
Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
12 Quien tiene al Hijo, tiene la
vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
13 Os he escrito estas cosas a los
que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta
de que tenéis vida eterna.
14 En esto está la confianza
que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad,
nos escucha.
15 Y si sabemos que nos escucha
en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que hayamos pedido.
16 Si alguno ve que su hermano comete
un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida - a los que cometan
pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el
cual no digo que pida -.
17 Toda iniquidad es pecado, pero
hay pecado que no es de muerte.
18 Sabemos que todo el que ha nacido
de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y el Maligno
no llega a tocarle.
19 Sabemos que somos de Dios y que
el mundo entero yace en poder del Maligno.
20 Pero sabemos que el Hijo de Dios
ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero.Nosotros
estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo.Este es el Dios verdadero
y la Vida eterna.
21 Hijos míos, guardaos de
los ídolos.
2 Juan 1
1 El Presbítero a la Señora
elegida y a sus hijos, a quienes amo según la verdad - no sólo
yo, sino también cuantos conocen la Verdad -
2 a causa de la verdad que permanece
en nosotros y que estará con nosotros para siempre.
3 La gracia, la misericordia y la
paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán
con nosotros según la verdad y el amor.
4 Me alegré mucho al encontrar
entre tus hijos quienes viven según la verdad, conforme al mandamiento
que recibimos del Padre.
5 Y ahora te ruego, Señora
- y no es que te escriba un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde
el comienzo - que nos amemos unos a otros.
6 Y en esto consiste el amor: en
que vivamos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento, como lo
habéis oído desde el comienzo: que viváis en el amor.
7 Muchos seductores han salido al
mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor
y el Anticristo.
8 Cuidad de vosotros, para que no
perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis abundante
recompensa.
9 Todo el que se excede y no permanece
en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina,
ése posee al Padre y al Hijo.
10 Si alguno viene a vosotros y
no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis,
11 pues el que le saluda se hace
solidario de sus malas obras.
12 Aunque tengo mucho que escribiros,
prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a veros y hablaros
de viva voz, para que nuestro gozo sea completo.
13 Te saludan los hijos de tu hermana
Elegida.
3 Juan 1
1 El Presbítero al querido
Gayo a quien amo según la verdad.
2 Pido, querido, en mis oraciones
que vayas bien en todo como va bien tu alma y que goces de salud.
3 Grande fue mi alegría al
llegar los hermanos y dar testimonio de tu verdad, puesto que vives según
la verdad.
4 No experimento alegría
mayor que oír que mis hijos viven según la verdad.
5 Querido, te portas fielmente en
tu conducta para con los hermanos, y eso que son forasteros.
6 Ellos han dado testimonio de tu
amor en presencia de la Iglesia. Harás bien en proveerles para su
viaje de manera digna de Dios.
7 Pues por el Nombre salieron sin
recibir nada de los gentiles.
8 Por eso debemos acoger a tales
personas, para ser colaboradores en la obra de la Verdad.
9 He escrito alguna cosa a la Iglesia;
pero Diótrefes, ese que ambiciona el primer puesto entre ellos,
no nos recibe.
10 Por eso, cuando vaya, le recordaré
las cosas que está haciendo, criticándonos con palabras llenas
de malicia; y como si no fuera bastante, tampoco recibe a los hermanos,
impide a los que desean hacerlo y los expulsa de la Iglesia.
11 Querido, no imites lo malo, sino
lo bueno. El que obra el bien es de Dios; el que obra el mal no ha visto
a Dios.
12 Todos, y hasta la misma Verdad,
dan testimonio de Demetrio. También nosotros damos testimonio y
sabes que nuestro testimonio es verdadero.
13 Tengo mucho que escribirte, pero
no quiero hacerlo con tinta y pluma.
14 Espero verte pronto y hablaremos
de viva voz.
15 La paz sea contigo. Los amigos
te saludan. Saluda a los amigos, a cada uno en particular.
Judas 1
1 Judas, siervo de Jesucristo, hermano
de Santiago, a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados
para Jesucristo.
2 A vosotros, misericordia, paz
y amor abundantes.
3 Queridos, tenía yo mucho
empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación
y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a combatir por
la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre.
4 Porque se han introducido solapadamente
algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta
sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de
nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro
Jesucristo.
5 Quiero recordaros a vosotros,
que ya habéis aprendido todo esto de una vez para siempre, que el
Señor, habiendo librado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyó
después a los que no creyeron;
6 y además que a los ángeles,
que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada,
los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio
del gran Día.
7 Y lo mismo Sodoma y Gomorra y
las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se fueron tras una carne
diferente, padeciendo la pena de un fuego eterno, sirven de ejemplo.
8 Igualmente éstos, a pesar
de todo, alucinados en sus delirios, manchan la carne, desprecian al Señorío
e injurian a las Glorias.
9 En cambio el arcángel Miguel,
cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés,
no se atrevió a pronunciar contra él juicio injurioso, sino
que dijo: = "Que te castigue el Señor". =
10 Pero éstos injurian lo
que ignoran y se corrompen en las cosas que, como animales irracionales,
conocen por instinto.
11 ¡Ay de ellos!, porque se
han ido por el camino de Caín, y por un salario se han abandonado
al descarrío de Balaam, y han perecido en la rebelión de
Coré.
12 Estos son una mancha cuando banquetean
desvergonzadamente en vuestros ágapes y se apacientan a sí
mismos; son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de
otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz;
13 son olas salvajes del mar, que
echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes
está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
14 Henoc, el séptimo después
de Adán, profetizó ya sobre ellos: "Mirad, el Señor
ha venido con sus santas miríadas
15 para realizar el juicio contra
todos y dejar convictos a todos los impíos de todas las obras de
impiedad que realizaron y de todas las palabras duras que hablaron contra
él los pecadores impíos."
16 Estos son unos murmuradores,
descontentos de su suerte, que viven según sus pasiones, = cuya
boca dice palabras altisonantes, = que adulan por interés.
17 En cambio vosotros, queridos,
acordaos de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor
Jesucristo.
18 Ellos os decían: "Al fin
de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán
según sus propias pasiones impías."
19 Estos son los que crean divisiones,
viven una vida sólo natural sin tener el espíritu.
20 Pero vosotros, queridos, edificándoos
sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo,
21 manteneos en la caridad de Dios,
aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida
eterna.
22 A unos, a los que vacilan, tratad
de convencerlos;
23 a otros, tratad de salvarlos
arrancándolos del fuego; y a otros mostradles misericordia con cautela,
odiando incluso la túnica manchada por su carne.
24 Al que es capaz de guardaros
inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría,
25 al Dios único, nuestro
Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad,
fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.
Apocalipsis 1
1 Revelación de Jesucristo;
se la concedió Dios para manifestar a sus siervos = lo que ha de
suceder = pronto; y envió a su Ángel para dársela
a conocer a su siervo Juan,
2 el cual ha atestiguado la Palabra
de Dios y el testimonio de Jesucristo: todo lo que vio.
3 Dichoso el que lea y los que escuchen
las palabras de esta profecía y guarden lo escrito en ella, porque
el Tiempo está cerca.
4 Juan, a las siete Iglesias de
Asia. Gracia y paz a vosotros de parte de "Aquel que es, que era y que
va a venir", de parte de los siete Espíritus que están ante
su trono,
5 y de parte de Jesucristo, = el
Testigo fiel, el Primogénito = de entre los muertos, = el Príncipe
de los reyes de la tierra. = Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre
de nuestros pecados
6 y ha hecho de nosotros = un Reino
de Sacerdotes = para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder
por los siglos de los siglos. Amén.
7 Mirad, = viene acompañado
de nubes: = todo ojo le verá, hasta = los que le traspasaron, =
y = por él harán duelo todas las razas = de la tierra. Sí.
Amén.
8 Yo soy el Alfa y la Omega, dice
el Señor Dios, "Aquel que es, que era y que va a venir", el Todopoderoso.
9 Yo, Juan, vuestro hermano y compañero
de la tribulación, del reino y de la paciencia, en Jesús.
Yo me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de
Dios y del testimonio de Jesús.
10 Caí en éxtasis
el día del Señor, y oí detrás de mí
una gran voz, como de trompeta, que decía:
11 "Lo que veas escríbelo
en un libro y envíalo a las siete Iglesias: a Éfeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea".
12 Me volví a ver qué
voz era la que me hablaba y al volverme, vi siete candeleros de oro,
13 y en medio de los candeleros
= como a un Hijo de hombre, = vestido de una túnica talar, ceñido
al talle con un = ceñidor de oro. =
14 = Su cabeza y sus cabellos eran
blancos, como la lana blanca, = como la nieve; = sus ojos como = llama
de = fuego =;
15 = sus pies parecían de
metal = precioso acrisolado en el horno; = su voz como voz de grandes aguas.
=
16 Tenía en su mano derecha
siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos;
y su rostro, como el sol cuando brilla con toda su fuerza.
17 Cuando lo vi, caí a sus
pies como muerto. El puso su mano derecha sobre mí diciendo: "No
temas, soy yo, = el Primero y el Ultimo, =
18 el que vive; estuve muerto, pero
ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la
Muerte y del Hades.
19 Escribe, pues, lo que has visto:
lo que ya es y = lo que va a suceder más tarde. =
20 La explicación del misterio
de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete
candeleros de oro es ésta: las siete estrellas son los Ángeles
de las siete Iglesias, y los siete candeleros son las siete Iglesias.
Apocalipsis 2
1 Al Ángel de la Iglesia
de Éfeso, escribe: Esto dice el que tiene las siete estrellas en
su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de oro.
2 Conozco tu conducta: tus fatigas
y paciencia; y que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba
a los que se llaman apóstoles sin serlo y descubriste su engaño.
3 Tienes paciencia: y has sufrido
por mi nombre sin desfallecer.
4 Pero tengo contra ti que has perdido
tu amor de antes.
5 Date cuenta, pues, de dónde
has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si
no, iré donde ti y cambiaré de su lugar tu candelero,
si no te arrepientes.
6 Tienes en cambio a tu favor que
detestas el proceder de los nicolaítas, que yo también detesto.
7 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré
a comer = del árbol de la vida, que está en el Paraíso
= de Dios.
8 Al Ángel de la Iglesia
de Esmirna escribe: Esto dice = el Primero y el Ultimo, = el que estuvo
muerto y revivió.
9 Conozco tu tribulación
y tu pobreza - aunque eres rico - y las calumnias de los que se llaman
judíos sin serlo y son en realidad una sinagoga de Satanás.
10 No temas por lo que vas a sufrir:
el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel = para que
seáis tentados, = y sufriréis una tribulación de =
diez días. = Manténte fiel hasta la muerte y te daré
la corona de la vida.
11 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias: el vencedor no sufrirá
daño de la muerte segunda.
12 Al Ángel de la Iglesia
de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos
filos.
13 Sé dónde vives:
donde está el trono de Satanás. Eres fiel a mi nombre y no
has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi testigo
fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás.
14 Pero tengo alguna cosa contra
ti: mantienes ahí algunos que sostienen la doctrina de Balaam, que
enseñaba a Balaq a poner tropiezos a los hijos de Israel para que
comieran carnes inmoladas a los ídolos y fornicaran.
15 Así tú también
mantienes algunos que sostienen la doctrina de los nicolaítas.
16 Arrepiéntete, pues; si
no, iré pronto donde ti y lucharé contra ésos con
la espada de mi boca.
17 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré
maná escondido; y le daré también una piedrecita
blanca, y, grabado en la piedrecita, = un nombre nuevo = que nadie conoce,
sino el que lo recibe.
18 Escribe al Ángel de la
Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama
de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso.
19 Conozco tu conducta: tu caridad,
tu fe, tu espíritu de servicio, tu paciencia; tus obras últimas
sobrepujan a las primeras.
20 Pero tengo contra ti que toleras
a Jezabel, esa mujer que se llama profetisa y está enseñando
y engañando a mis siervos para que forniquen y coman carne
inmolada a los ídolos.
21 Le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
22 Mira, a ella voy a arrojarla
al lecho del dolor, y a los que adulteran con ella, a una gran tribulación,
si no se arrepienten de sus obras.
23 Y a sus hijos, los voy a herir
de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy = el
que sondea los riñones y los corazones, = y yo os = daré
a cada uno según vuestras obras. =
24 Pero a vosotros, a los demás
de Tiatira, que no compartís esa doctrina, que no conocéis
"las profundidades de Satanás", como ellos dicen, os digo: No os
impongo ninguna otra carga;
25 sólo que mantengáis
firmemente hasta mi vuelta lo que ya tenéis.
26 Al vencedor, al que se mantenga
fiel a mis obras hasta el fin, = le daré = poder sobre = las naciones:
=
27 = las regirá con cetro
de hierro, como se quebrantan las piezas de arcilla. =
28 Yo también lo he recibido
de mi Padre. Y le daré el Lucero del alba.
29 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
Apocalipsis 3
1 Al Ángel de la Iglesia
de Sardes escribe: Esto dice el que tiene los siete Espíritus de
Dios y las siete estrellas. Conozco tu conducta; tienes nombre como de
quien vive, pero estás muerto.
2 Ponte en vela, reanima lo que
te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras
llenas a los ojos de mi Dios.
3 Acuérdate, por tanto, de
cómo recibiste y oíste mi Palabra: guárdala y arrepiéntete.
Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y
no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
4 Tienes no obstante en Sardes unos
pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos
de blanco; porque lo merecen.
5 El vencedor será así
revestido de blancas vestiduras y no borraré su nombre del libro
de la vida, sino que me declararé por él delante de mi Padre
y de sus Ángeles.
6 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
7 Al Ángel de la Iglesia
de Filadelfia escribe: Esto dice el Santo, el Veraz, el que = tiene la
llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra,
nadie puede abrir. =
8 Conozco tu conducta: mira que
he abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes
poco poder, has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre.
9 Mira que te voy a entregar algunos
de la Sinagoga de Satanás, de los que se proclaman judíos
y no lo son, sino que mienten; yo haré que = vayan a postrarse delante
de tus pies, = para que sepan = que yo te he amado. =
10 Ya que has guardado mi recomendación
de ser paciente, también yo te guardaré de la hora de la
prueba que va a venir sobre el mundo entero para probar a los habitantes
de la tierra.
11 Vengo pronto; mantén con
firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate tu corona.
12 Al vencedor le pondré
de columna en el Santuario de mi Dios, y no saldrá fuera ya más;
y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad
de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi
Dios, y mi = nombre nuevo. =
13 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
14 Al Ángel de la Iglesia
de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y
veraz, el Principio de la creación de Dios.
15 Conozco tu conducta: no eres
ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
16 Ahora bien, puesto que eres tibio,
y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
17 Tú dices: "Soy rico; me
he enriquecido; nada me falta". Y no te das cuenta de que eres un desgraciado,
digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.
18 Te aconsejo que me compres oro
acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que
te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez,
y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista.
19 = Yo a los que amo, los reprendo
y corrijo. = Sé, pues, ferviente y arrepiéntete.
20 Mira que estoy a la puerta y
llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa
y cenaré con él y él conmigo.
21 Al vencedor le concederé
sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me
senté con mi Padre en su trono.
22 El que tenga oídos, oiga
lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
Apocalipsis 4
1 Después tuve una visión.
He aquí que una puerta estaba abierta en el cielo, y aquella voz
que había oído antes, como voz de trompeta que hablara conmigo,
me decía: "Sube acá, que te voy a enseñar = lo que
ha de suceder = después".
2 Al instante caí en éxtasis.
Vi que un trono estaba erigido en el cielo, y = Uno sentado en el trono.
=
3 El que estaba sentado era de aspecto
semejante al jaspe y a la cornalina; y un arcoiris alrededor del trono,
de aspecto semejante a la esmeralda.
4 Vi veinticuatro tronos alrededor
del trono, y sentados en los tronos, a veinticuatro Ancianos con vestiduras
blancas y coronas de oro sobre sus cabezas.
5 Del trono salen relámpagos
y fragor y truenos; delante del trono arden siete antorchas de fuego, que
son los siete Espíritus de Dios.
6 Delante del trono como un mar
transparente semejante al cristal. = En medio = del trono, y en torno al
trono, = cuatro Vivientes llenos de ojos = por delante y por detrás.
7 = El primer Viviente, = como =
un león; el segundo Viviente, = como = un novillo; el tercer Viviente
= tiene = un rostro como de hombre; el cuarto viviente = es como = un águila
= en vuelo.
8 Los cuatro Vivientes tienen =
cada uno seis alas, = están = llenos de ojos todo alrededor = y
por dentro, y repiten sin descanso día y noche: = "Santo, Santo,
Santo,Señor, Dios Todopoderoso, = "Aquel que era, que es y que va
a venir"."
9 Y cada vez que los Vivientes dan
gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en
el trono y = vive por los siglos de los siglos, =
10 los veinticuatro Ancianos se
postran ante el que está sentado en el trono y adoran al que = vive
por los siglos de los siglos, = y arrojan sus coronas delante del trono
diciendo:
11 "Eres digno, Señor y Dios
nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has
creado el universo; por tu voluntad, no existía y fue creado."
Apocalipsis 5
1 Vi también en la mano derecha
del que está sentado en el trono = un libro, escrito por el anverso
y el reverso, = sellado con siete sellos.
2 Y vi a un Ángel poderoso
que proclamaba con fuerte voz: "¿Quién es digno de abrir
el libro y soltar sus sellos?"
3 Pero nadie era capaz, ni en el
cielo ni en la tierra ni bajo tierra, de abrir el libro ni de leerlo.
4 Y yo lloraba mucho porque no se
había encontrado a nadie digno de abrir el libro ni de leerlo.
5 Pero uno de los Ancianos me dice:
"No llores; mira, ha triunfado = el León = de la tribu = de Judá,
el Retoño = de David; él podrá abrir el libro y sus
siete sellos."
6 Entonces vi, de pie, en medio
del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como
degollado; tenía siete cuernos y = siete ojos, = que son los siete
Espíritus de Dios, = enviados a toda la tierra. =
7 Y se acercó y tomó
el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.
8 Cuando lo tomó, los cuatro
Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero.
Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de
perfumes, que son las oraciones de los santos.
9 Y cantan un cántico nuevo
diciendo: "Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste
degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua,
pueblo y nación;
10 y has hecho de ellos para nuestro
Dios = un Reino de Sacerdotes, = y reinan sobre la tierra."
11 Y en la visión oí
la voz de una multitud de Ángeles alrededor del trono, de los Vivientes
y de los Ancianos. Su número era = miríadas de miríadas
y millares de millares, =
12 y decían con fuerte voz:
"Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza."
13 Y toda criatura, del cielo, de
la tierra, de debajo de la tierra y del mar, y todo lo que hay en ellos,
oí que respondían: "Al que está sentado en el
trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de
los siglos."
14 Y los cuatro Vivientes decían:
"Amén"; y los Ancianos se postraron para adorar.
Apocalipsis 6
1 Y seguí viendo: Cuando
el Cordero abrió el primero de los siete sellos, oí al primero
de los cuatro Vivientes que decía con voz como de trueno:
"Ven".
2 Miré y había un
caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; se le dio una
corona, y salió como vencedor, y para seguir venciendo.
3 Cuando abrió el segundo
sello, oí al segundo Viviente que decía: "Ven".
4 Entonces salió otro caballo,
rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz
para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.
5 Cuando abrió el tercer
sello, oí al tercer Viviente que decía: "Ven". Miré
entonces y había un caballo negro; el que lo montaba tenía
en la mano una balanza,
6 y oí como una voz en medio
de los cuatro Vivientes que decía: "Un litro de trigo por denario,
tres litros de cebada por un denario. Pero no causes daño al aceite
y al vino."
7 Cuando abrió el cuarto
sello, oí la voz del cuarto Viviente que decía: "Ven".
8 Miré entonces y había
un caballo verdoso; el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le
seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra, = para
matar con la espada, con el hambre, con la peste y con las fieras de la
tierra. =
9 Cuando abrió el quinto
sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra
de Dios y del testimonio que mantuvieron.
10 Se pusieron a gritar con fuerte
voz: "¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar
sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los
habitantes de la tierra?"
11 Entonces se le dio a cada uno
un vestido blanco y se les dijo que esperasen todavía un poco, hasta
que se completara el número de sus consiervos y hermanos que iban
a ser muertos como ellos.
12 Y seguí viendo. Cuando
abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol
se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre,
13 = y las estrellas del cielo cayeron
= sobre la tierra, = como la higuera = suelta sus higos verdes al ser sacudida
por un viento fuerte;
14 y = el cielo fue retirado como
un libro que se enrolla, = y todos los montes y las islas fueron removidos
de sus asientos;
15 y los reyes de la tierra, los
magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres,
= se ocultaron en las cuevas y en las peñas = de los montes.
16 Y = dicen a los montes = y las
peñas: = "Caed sobre nosotros = y ocultadnos de la vista del que
está sentado en el trono y de la cólera del Cordero.
17 Porque ha llegado = el Gran Día
de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?" =
Apocalipsis 7
1 Después de esto, vi a cuatro
Ángeles de pie = en los cuatro extremos de la tierra, = que sujetaban
los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara el viento ni sobre
la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.
2 Luego vi a otro Ángel que
subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó
con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes se había
encomendado causar daño a la tierra y al mar:
3 "No causéis daño
ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que = marquemos
con el sello la frente = de los siervos de nuestro Dios."
4 Y oí el número de
los marcados con el sello: 144.000 sellados, de todas las tribus de los
hijos de Israel.
5 De la tribu de Judá 12.000
sellados; de la tribu de Rubén 12.000; de la tribu de Gad 12.000;
6 de la tribu de Aser 12.000; de
la tribu de Neftalí 12.000; de la tribu de Manasés 12.000;
7 de la tribu de Simeón 12.000;
de la tribu de Leví 12.000; de la tribu de Isacar 12.000;
8 de la tribu de Zabulón
12.000; de la tribu de José 12.000; de la tribu de Benjamín
12.000 sellados.
9 Después miré y había
una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación,
razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos
con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
10 Y gritan con fuerte voz: "La
salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono,
y del Cordero."
11 Y todos los Ángeles que
estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes,
se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios
12 diciendo: "Amén. Alabanza,
gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza,
a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén."
13 Uno de los Ancianos tomó
la palabra y me dijo: "Esos que están vestidos con vestiduras blancas
¿quiénes son y de dónde han venido?"
14 Yo le respondí: "Señor
mío, tú lo sabrás." Me respondió: "Esos son
los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras
y las han blanqueado con la sangre del Cordero.
15 Por esto están delante
del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario;
y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre
ellos.
16 = Ya no tendrán hambre
ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno. =
17 Porque el Cordero que está
en medio del trono = los apacentará y los guiará a los manantiales
de las aguas = de la vida. Y Dios = enjugará toda lágrima
de sus ojos." =
Apocalipsis 8
1 Cuando el Cordero abrió
el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo, como una media hora...
2 Vi entonces a los siete Ángeles
que están en pie delante de Dios; les fueron entregadas siete trompetas.
3 Otro Ángel vino y se puso
junto al altar con un badil de oro. Se le dieron muchos perfumes para que,
con las oraciones de todos los santos, los ofreciera sobre el altar de
oro colocado delante del trono.
4 Y por mano del Ángel subió
delante de Dios la humareda de los perfumes con las oraciones de los santos.
5 Y el Ángel tomó
el badil = y lo llenó con brasas = del altar = y las arrojó
= sobre la tierra. Entonces hubo truenos, fragor, relámpagos y temblor
de tierra.
6 Los siete Ángeles de las
siete trompetas se dispusieron a tocar.
7 Tocó el primero... Hubo
entonces pedrisco y fuego mezclados con sangre, que fueron arrojados sobre
la tierra: la tercera parte de los árboles quedó abrasada,
toda hierba verde quedó abrasada.
8 Tocó el segundo Ángel...
Entonces fue arrojado al mar algo como una enorme montaña ardiendo,
y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
9 Pereció la tercera parte
de las criaturas del mar que tienen vida, y la tercera parte de las naves
fue destruida.
10 Tocó el tercer Ángel...
Entonces cayó del cielo una estrella grande, ardiendo como una antorcha.
Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre las manantiales
de agua.
11 La estrella se llama Ajenjo.
La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente
murió por las aguas, que se habían vuelto amargas.
12 Tocó el cuarto Ángel...
Entonces fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna
y la tercera parte de las estrellas; quedó en sombra la tercera
parte de ellos; el día perdió una tercera parte de su claridad
y lo mismo la noche.
13 Y seguí viendo: Oí
un Águila que volaba por lo alto del cielo y decía con fuerte
voz: "¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las
voces que quedan de las trompetas de los tres Ángeles que van a
tocar!"
Apocalipsis 9
1 Tocó el quinto Ángel...
Entonces vi una estrella que había caído del cielo a la tierra.
Se le dio la llave del pozo del Abismo.
2 Abrió el pozo del Abismo
y = subió del pozo una humareda como la de un horno = grande, y
el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo.
3 De la humareda salieron langostas
sobre la tierra, y se les dio un poder como el que tienen los escorpiones
de la tierra.
4 Se les dijo que no causaran daño
a la hierba de la tierra, ni a nada verde, ni a ningún árbol;
sólo a los hombres que no llevaran en la frente el sello de
Dios.
5 Se les dio poder, no para matarlos,
sino para atormentarlos durante cinco meses. El tormento que producen es
como el del escorpión cuando pica a alguien.
6 En aquellos días, = buscarán
= los hombres = la muerte y no la encontrarán; = desearán
morir y la muerte huirá de ellos.
7 La apariencia de estas langostas
era = parecida a caballos = preparados para la guerra; sobre sus cabezas
tenían como coronas que parecían de oro; sus rostros eran
como rostros humanos;
8 tenían cabellos como cabellos
de mujer, = y sus dientes eran como de león; =
9 tenían corazas como corazas
de hierro, y el ruido de sus alas como = el estrépito de carros
= de muchos caballos = que corren al combate; =
10 tienen colas parecidas a las
de los escorpiones, con aguijones, y en sus colas, el poder de causar daño
a los hombres durante cinco meses.
11 Tienen sobre sí, como
rey, al Ángel del Abismo, llamado en hebreo "Abaddón", y
en griego "Apolíon".
12 El primer ¡Ay! ha pasado.
Mira que detrás vienen todavía otros dos.
13 Tocó el sexto Ángel...
Entonces oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar
de oro que está delante de Dios;
14 y decía al sexto Ángel
que tenía la trompeta: "Suelta a los cuatro Ángeles atados
junto al gran río Eufrates."
15 Y fueron soltados los cuatro
Ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes
y el año, para matar a la tercera parte de los hombres.
16 El número de su tropa
de caballería era de 200.000.000; pude oír su número.
17 Así vi en la visión
los caballos y a los que los montaban: tenían corazas de color de
fuego, de jacinto y de azufre; las cabezas de los caballos como cabezas
de león y de sus bocas salía fuego y humo y azufre.
18 Y fue exterminada la tercera
parte de los hombres por estas tres plagas: por el fuego, el humo y el
azufre que salían de sus bocas.
19 Porque el poder de los caballos
está en su boca y en sus colas; pues sus colas, semejantes a serpientes,
tienen cabezas y con ellas causan daño.
20 Pero los demás hombres,
los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de = las obras
de sus manos; = no dejaron de adorar a los demonios y a los = ídolos
de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden = ver
ni oír ni caminar.
21 No se convirtieron de sus asesinatos
ni de sus hechicerías ni de sus fornicaciones ni de sus rapiñas.
Apocalipsis 10
1 Vi también a otro Ángel
poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube, con el arcoiris sobre
su cabeza, su rostro como el sol y sus piernas como columnas de fuego.
2 En su mano tenía un librito
abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y izquierdo sobre la tierra,
3 y gritó con fuerte voz,
= como ruge el león. = Y cuando gritó, siete truenos hicieron
oír su fragor.
4 Apenas hicieron oír su
voz los siete truenos, me disponía a escribir, cuando oí
una voz del cielo que decía: " Sella lo que han dicho los siete
truenos y no lo escribas".
5 Entonces el Ángel que había
visto yo de pie sobre el mar y la tierra, = levantó al cielo su
mano derecha =
6 = y juró por el que vive
por los siglos = de los siglos, = el que creó el cielo y cuanto
hay en él, la tierra = y cuanto hay en ella, = el mar = y cuanto
hay en él: "¡Ya no habrá dilación!
7 sino que en los días en
que se oiga la voz del séptimo Ángel, cuando se ponga a tocar
la trompeta, se habrá consumado el Misterio = de Dios, según
lo había anunciado como buena nueva = a sus siervos los profetas."
=
8 Y la voz de cielo que yo había
oído me habló otra vez y me dijo: "Vete, toma el librito
que está abierto en la mano del Ángel, el que está
de pie sobre el mar y sobre la tierra."
9 Fui donde el Ángel y le
dije que me diera el librito. Y me dice: "Toma, devóralo; te amargará
las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel."
10 Tomé el librito de la
mano del Ángel y = lo devoré; y fue mi boca dulce como la
miel; = pero, cuando lo comí, se me amargaron las entrañas.
11 Entonces me dicen: "Tienes que
profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes."
Apocalipsis 11
1 Luego me fue dada una caña
de medir parecida a una vara, diciéndome: "Levántate y mide
el Santuario de Dios y el altar, y a los que adoran en él.
2 El patio exterior del Santuario,
déjalo aparte, no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles,
que pisotearán la Ciudad Santa 42 meses.
3 Pero haré que mis dos testigos
profeticen durante 1260 días, cubiertos de sayal".
4 Ellos son = los dos olivos = y
los dos candeleros = que están en pie delante del Señor de
la tierra. =
5 Si alguien pretendiera hacerles
mal, saldría fuego de su boca y devoraría a sus enemigos;
si alguien pretendería hacerles mal, así tendría que
morir.
6 Estos tienen poder de cerrar el
cielo para que no llueva los días en que profeticen; tienen también
poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y poder de herir la
tierra con toda clase de plagas, todas las veces que quieran.
7 Pero cuando hayan terminado de
dar testimonio, la Bestia que surja del Abismo = les hará la guerra,
los vencerá = y los matará.
8 Y sus cadáveres, en la
plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma o Egipto,
allí donde también su Señor fue crucificado.
9 Y gentes de los pueblos, razas,
lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres tres días
y medio: no está permitido sepultar sus cadáveres.
10 Los habitantes de la tierra se
alegran y se regocijan por causa de ellos, y se intercambian regalos, porque
estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.
11 Pero, pasados los tres días
y medio, = un aliento de vida = procedente de Dios = entró en ellos
y se pusieron de pie, = y un gran espanto se apoderó de quienes
los contemplaban.
12 Oí entonces una fuerte
voz que les decía desde el cielo: "Subid acá." Y subieron
al cielo en la nube, a la vista de sus enemigos.
13 En aquella hora se produjo un
violento terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó,
y con el terremoto perecieron 7.000 personas. Los supervivientes,
presa de espanto, dieron gloria al Dios del cielo.
14 El segundo ¡Ay! ha pasado.
Mira que viene en seguida el tercero.
15 Tocó el séptimo
Ángel... Entonces sonaron en el cielo fuertes voces que decían:
"Ha llegado el reinado sobre el mundo de nuestro Señor y de su Cristo;
y reinará por los siglos de los siglos."
16 Y los veinticuatro Ancianos que
estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron rostro en
tierra y adoraron a Dios diciendo:
17 "Te damos gracias, Señor
Dios Todopoderoso, "Aquel que es y que era" porque has asumido tu inmenso
poder para establecer tu reinado.
18 = Las naciones se habían
encolerizado; = pero ha llegado tu cólera y el tiempo de que los
muertos sean juzgados, el tiempo de dar la recompensa a = tus siervos los
profetas, = a los santos y = a los que temen tu nombre, pequeños
y grandes, = y de destruir a los que destruyen la tierra."
19 Y se abrió el Santuario
de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario,
y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor
de tierra y fuerte granizada.
Apocalipsis 12
1 Una gran señal apareció
en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza;
2 está encinta, y grita con
los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.
3 Y apareció otra señal
en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos,
y sobre sus cabezas siete diademas.
4 Su cola arrastra la tercera parte
de = las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. =
El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para
devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
5 La mujer = dio a luz un = Hijo
= varón, = el que ha de = regir a todas las naciones con cetro de
hierro; = y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
6 Y la mujer huyó al desierto,
donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada
1.260 días.
7 Entonces se entabló una
batalla en el cielo: = Miguel = y sus Ángeles combatieron con el
Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron,
8 pero no prevalecieron y no hubo
ya en el cielo lugar para ellos.
9 Y fue arrojado el gran Dragón,
la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados
con él.
10 Oí entonces una fuerte
voz que decía en el cielo: "Ahora ya ha llegado la salvación,
el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque
ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
día y noche delante de nuestro Dios.
11 Ellos lo vencieron gracias a
la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron
su vida ante la muerte.
12 Por eso, regocijaos, cielos y
los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque
el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le
queda poco tiempo."
13 Cuando el Dragón vio que
había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer que
había dado a luz al Hijo varón.
14 Pero se le dieron a la Mujer
las dos alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar,
lejos del Dragón, donde tiene que ser alimentada = un tiempo y tiempos
y medio tiempo. =
15 Entonces el Dragón vomitó
de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para
arrastrarla con su corriente.
16 Pero la tierra vino en auxilio
de la Mujer: abrió la tierra su boca y tragó el río
vomitado de las fauces del Dragón.
17 Entonces despechado contra la
Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan
los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.
18 Yo estaba en pie sobre la arena
del mar.
Apocalipsis 13
1 Y vi = surgir del mar una Bestia
= que tenía diez cuernos y siete cabezas, y en sus cuernos diez
diademas, y en sus cabezas títulos blasfemos.
2 La Bestia que vi = se parecía
a un leopardo, = con las patas como de oso, = y las fauces como fauces
= de león =: y el Dragón le dio su poder y su trono y gran
poderío.
3 Una de sus cabezas parecía
herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó; entonces la tierra
entera siguió maravillada a la Bestia.
4 Y se postraron ante el Dragón,
porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron
ante la Bestia diciendo: "¿Quién como la Bestia? ¿Y
quién puede luchar contra ella?"
5 Le fue dada = una boca que profería
grandezas = y blasfemias, y se le dio poder de actuar durante 42 meses;
6 y ella abrió su boca para
blasfemar contra Dios: para blasfemar de su nombre y de su morada y de
los que moran en el cielo.
7 Se le concedió = hacer
la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío
= sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.
8 Y la adorarán todos los
habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación
del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado.
9 El que tenga oídos, oiga.
10 = "El que a la cárcel,
a la cárcel ha de ir; el que ha de morir a espada, a espada ha de
morir". = Aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos.
11 Vi luego otra Bestia que surgía
de la tierra y tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como
una serpiente.
12 Ejerce todo el poder de la primera
Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes
adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada.
13 Realiza grandes señales,
hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra;
14 y seduce a los habitantes de
la tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio
de la Bestia, diciendo a los habitantes de la tierra que hagan una imagen
en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió.
15 Se le concedió infundir
el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera incluso hablar
la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados = cuantos no adoraran
la imagen de la Bestia. =
16 Y hace que todos, pequeños
y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la
mano derecha o en la frente,
17 y que nadie pueda comprar nada
ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con
la cifra de su nombre.
18 ¡Aquí está
la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia;
pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.
Apocalipsis 14
1 Seguí mirando, y había
un Cordero, que estaba en pie sobre el monte Sión, y con él
144.000, que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre
de su Padre.
2 Y oí un ruido que venía
del cielo, como el ruido de grandes aguas o el fragor de un gran trueno;
y el ruido que oía era como de citaristas que tocaran sus cítaras.
3 Cantan un cántico nuevo
delante del trono y delante de los cuatro Vivientes y de los Ancianos.
Y nadie podía aprender el cántico, fuera de los 144.000 rescatados
de la tierra.
4 Estos son los que no se mancharon
con mujeres, pues son vírgenes. Estos = siguen = al Cordero a dondequiera
que vaya, y han sido rescatados de entre los hombres como = primicias para
Dios = y para el Cordero,
5 y = en su boca no se encontró
mentira: = no tienen tacha.
6 Luego vi a otro Ángel que
volaba por lo alto del cielo y tenía una buena nueva eterna que
anunciar a los que están en la tierra, a toda nación,
raza, lengua y pueblo.
7 Decía con fuerte voz: "Temed
a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad =
al que hizo el cielo y la tierra, el mar = y los manantiales de agua."
8 Y un segundo Ángel le siguió
diciendo: = "Cayó, cayó la Gran Babilonia, = la que dio a
beber a todas las naciones el = vino del furor." =
9 Un tercer Ángel les siguió,
diciendo con fuerte voz: "Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y
acepta la marca en su frente o en su mano,
10 tendrá que beber también
del vino del furor de Dios, que está preparado, puro, en la copa
de su cólera. Será atormentado = con fuego y azufre, = delante
de los santos Ángeles y delante del Cordero.
11 Y = la humareda = de su tormento
= se eleva por los siglos = de los siglos; no hay reposo, = ni de día
ni de noche, = para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el
que acepta la marca de su nombre."
12 Aquí se requiere la paciencia
de los santos, de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
13 Luego oí una voz que decía
desde el cielo: "Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor.
Desde ahora, sí - dice el Espíritu -, que descansen
de sus fatigas, porque sus obras los acompañan."
14 Y seguí viendo. Había
= una nube = blanca, = y sobre la nube = sentado = uno como Hijo de hombre
=, que llevaba en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada.
15 Luego salió del Santuario
otro Ángel gritando con fuerte voz al que estaba sentado en la nube:
= "Mete tu hoz = y siega, porque ha llegado la hora de segar; = la mies
= de la tierra = está madura." =
16 Y el que estaba sentado en la
nube metió su hoz en la tierra y se quedó segada la tierra.
17 Otro Ángel salió
entonces del Santuario que hay en el cielo; tenía también
una hoz afilada.
18 Y salió del altar otro
Ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con fuerte
voz al que tenía la hoz afilada: "Mete tu hoz afilada y vendimia
los racimos de la viña de la tierra, porque están en sazón
sus uvas."
19 El Ángel metió
su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y lo
echó todo en el gran lagar del furor de Dios.
20 Y el lagar fue pisado fuera de
la ciudad y brotó sangre del lagar hasta la altura de los frenos
de los caballos en una extensión de 1.600 estadios.
Apocalipsis 15
1 Luego vi en el cielo otra señal
grande y maravillosa: siete Ángeles, que llevaban siete plagas,
las últimas, porque con ellas se consuma el furor de Dios.
2 Y vi también como un mar
de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la
Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al
mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.
3 Y cantan el cántico de
Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
"Grandes y maravillosas son tus obras,Señor, Dios Todopoderoso;
justos y verdaderos tus caminos, = ¡oh Rey de las naciones! =
4 = ¿Quién no temerá,
= Señor, y no glorificará tu nombre?Porque sólo tú
eres santo, = y todas las naciones vendrán y se postrarán
ante ti, = porque han quedado de manifiesto tus justos designios".
5 Después de esto vi que
se abría en el cielo el Santuario de la Tienda del Testimonio,
6 y salieron del Santuario los siete
Ángeles que llevaban las siete plagas, vestidos de lino puro, resplandeciente,
ceñido el talle con cinturones de oro.
7 Luego, uno de los cuatro Vivientes
entregó a los siete Ángeles siete copas de oro llenas del
furor de Dios, que vive por los siglos de los siglos.
8 = Y el Santuario se llenó
del humo de la gloria de Dios = y de su poder, = y nadie podía entrar
en el Santuario = hasta que se consumaran las siete plagas de los siete
Ángeles.
Apocalipsis 16
1 Y oí una fuerte voz que
desde el Santuario decía a los siete Ángeles: "Id y derramad
sobre la tierra las siete copas del furor de Dios."
2 El primero fue y derramó
su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa
a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen.
3 El segundo derramó su copa
sobre el mar; y se convirtió en sangre como de muerto, y toda alma
viviente murió en el mar.
4 El tercero derramó su copa
sobre los ríos y sobre los manantiales de agua; y se convirtieron
en sangre.
5 Y oí al Ángel de
las aguas que decía: "Justo eres tú, "Aquel que es y que
era", el Santo, pues has hecho así justicia:
6 porque ellos derramaron la sangre
de los santos y de los profetas y tú les has dado a beber sangre;
lo tienen merecido."
7 Y oí al altar que decía:
"Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos
y justos".
8 El cuarto derramó su copa
sobre el sol; y le fue encomendado abrasar a los hombres con fuego,
9 y los hombres fueron abrasados
con un calor abrasador. No obstante, blasfemaron del nombre de Dios que
tiene poder sobre tales plagas, y no se arrepintieron dándole
gloria.
10 El quinto derramó su copa
sobre el trono de la Bestia; y quedó su reino en tinieblas y los
hombres se mordían la lengua de dolor.
11 No obstante, blasfemaron del
Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron
de sus obras.
12 El sexto derramó su copa
sobre el gran río Eufrates; y sus aguas se secaron para preparar
el camino a los reyes del Oriente.
13 Y vi que de la boca del Dragón,
de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres
espíritus inmundos como ranas.
14 Son espíritus de demonios,
que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para
convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso.
15 (Mira que vengo como ladrón.
Dichoso el que esté en vela y conserve sus vestidos, para no andar
desnudo y que se vean sus vergüenzas).
16 Los convocaron en el lugar llamado
en hebreo Harmaguedón.
17 El séptimo derramó
su copa sobre el aire; entonces salió del Santuario una fuerte voz
que decía: "Hecho está".
18 Se produjeron relámpagos,
fragor, truenos y un violento terremoto, = como no lo hubo desde que existen
= hombres = sobre la tierra, = un terremoto tan violento.
19 La Gran Ciudad se abrió
en tres partes, y las ciudades de las naciones se desplomaron; y Dios se
acordó de la Gran Babilonia para darle la copa del vino del
furor de su cólera.
20 Entonces todas las islas huyeron,
y las montañas desaparecieron.
21 Y un gran pedrisco, con piedras
de casi un talento de peso, cayó del cielo sobre los hombres. No
obstante, los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del pedrisco; porque
fue ciertamente una plaga muy grande.
Apocalipsis 17
1 Entonces vino uno de los siete
Ángeles que llevaban las siete copas y me habló: "Ven, que
te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, = que se sienta
sobre grandes aguas, =
2 con ella fornicaron los reyes
de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino
de su prostitución."
3 Me trasladó en espíritu
al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata,
cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas
y diez cuernos.
4 La mujer estaba vestida de púrpura
y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba
en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las
impurezas de su prostitución,
5 y en su frente un nombre escrito
- un misterio -: "La Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones
de la tierra."
6 Y vi que la mujer se embriagaba
con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús.
Y me asombré grandemente al verla;
7 pero el Ángel me dijo:
"¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la
mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos.
8 "La Bestia que has visto, era
y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción.
Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación
del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que
la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
9 Aquí es donde se requiere
inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas
sobre las que se asienta la mujer. "Son también siete reyes:
10 cinco han caído, uno es,
y el otro no ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar
poco tiempo.
11 Y la Bestia, que era y ya no
es, hace el octavo, pero es uno de los siete; y camina hacia su destrucción.
12 = Los diez cuernos = que has
visto = son diez reyes = que no han recibido aún el reino; pero
recibirán con la Bestia la potestad real, sólo por
una hora.
13 Están todos de acuerdo
en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen.
14 Estos harán la guerra
al Cordero, pero el Cordero, como es = Señor de Señores y
Rey de Reyes, = los vencerá en unión con los suyos, los llamados
y elegidos y fieles."
15 Me dijo además: "Las aguas
que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres,
naciones y lenguas.
16 Y los diez cuernos que has visto
y la Bestia, van a aborrecer a la Ramera; = la dejarán sola y desnuda,
= comerán sus carnes y la consumirán por el fuego;
17 porque Dios les ha inspirado
la resolución de ejecutar su propio plan, y de ponerse de acuerdo
en entregar la soberanía que tienen a la Bestia hasta que se cumplan
las palabras de Dios.
18 Y la mujer que has visto es la
Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra.
Apocalipsis 18
1 Después de esto vi bajar
del cielo a otro Ángel, que tenía gran poder, = y la tierra
quedó iluminada con su resplandor. =
2 Gritó con potente voz diciendo:
= "¡Cayó, cayó = la Gran = Babilonia! = Se ha convertido
= en morada de demonios, = en guarida de toda clase de espíritus
inmundos, en guarida de toda clase de aves inmundas y detestables.
3 Porque del vino de sus prostituciones
han bebido todas las naciones, y los reyes de la tierra han fornicado con
ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con su lujo desenfrenado."
4 Luego oí otra voz que decía
desde el cielo: "Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis
cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.
5 Porque sus pecados = se han amontonado
hasta el cielo = y Dios se ha acordado de sus iniquidades.
6 = Dadle como ella ha dado, = dobladle
la medida conforme a sus obras, en la copa que ella preparó preparadle
el doble.
7 En proporción a su jactancia
y a su lujo, dadle tormentos y llantos. Pues = dice en su corazón:
Estoy sentada como reina, y no soy viuda = y no he de conocer el llanto...
8 Por eso, = en un solo día
= llegarán sus plagas: peste, llanto y hambre, y será consumida
por el fuego. Porque poderoso es el Señor Dios que la ha condenado."
9 Llorarán, harán
duelo por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y se
dieron al lujo, cuando vean la humareda de sus llamas;
10 se quedarán a distancia
horrorizados ante su suplicio, y dirán: "¡Ay, ay, la Gran
Ciudad! ¡Babilonia, ciudad poderosa, que en una hora ha llegado tu
juicio!"
11 Lloran y se lamentan por ella
los mercaderes de la tierra, porque nadie compra ya sus cargamentos:
12 cargamentos de oro y plata, piedras
preciosas y perlas, lino y púrpura, seda y escarlata, toda clase
de maderas olorosas y toda clase de objetos de marfil, toda clase
de objetos de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol;
13 cinamomo, amomo, perfumes, mirra,
incienso, vino, aceite, harina, trigo, bestias de carga, ovejas, caballos
y carros; esclavos y mercancía humana.
14 Y los frutos en sazón
que codiciaba tu alma, se han alejado de ti; y toda magnificencia y esplendor
se han terminado para ti, y nunca jamás aparecerán.
15 Los mercaderes de estas cosas,
los que a costa de ella se habían enriquecido, se quedarán
a distancia horrorizados ante su suplicio, llorando y lamentándose:
16 "¡Ay, ay, la Gran Ciudad,
vestida de lino, púrpura y escarlata, resplandeciente de oro, piedras
preciosas y perlas,
17 que en una hora ha sido arruinada
tanta riqueza!" Todos los capitanes, oficiales de barco y los marineros,
y cuantos se ocupan en trabajos del mar, se quedaron a distancia
18 y gritaban al ver la humareda
de sus llamas: "¿Quién como la Gran Ciudad?"
19 Y echando polvo sobre sus cabezas,
gritaban llorando y lamentándose: "¡Ay, ay, la Gran Ciudad,
con cuya opulencia se enriquecieron cuantos tenían las naves en
el mar; que en una hora ha sido asolada!"
20 Alégrate por ella, cielo,
y vosotros, los santos, los apóstoles y los profetas, porque al
condenarla a ella, Dios ha juzgado vuestra causa.
21 Un Ángel poderoso alzó
entonces una piedra, como una gran rueda de molino, y la arrojó
al mar diciendo: "Así, de golpe, será arrojada Babilonia,
la Gran Ciudad, y no aparecerá ya más..."
22 Y la música de los citaristas
y cantores, de los flautistas y trompetas, no se oirá más
en ti; artífice de arte alguna no se hallará más en
ti; = la voz de la rueda de molino = no se oirá más en ti;
23 = La luz de la lámpara
= no lucirá más en ti; = la voz del novio y de la novia =
no se oirá más en ti.Porque tus mercaderes eran los magnates
de la tierra, porque con tus hechicerías se extraviaron todas las
naciones;
24 y en ella fue hallada la sangre
de los profetas y de los santos y de todos los degollados de la tierra.
Apocalipsis 19
1 Después oí en el
cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que decía: "¡Aleluya!
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
2 porque sus juicios son verdaderos
y justos; porque ha juzgado a la Gran Ramera que corrompía la tierra
con su prostitución, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos."
3 Y por segunda vez dijeron: "¡Aleluya!
La = humareda de la = Ramera = se eleva por los siglos de los siglos."
=
4 Entonces los veinticuatro Ancianos
y los cuatro Vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está
sentado en el trono, diciendo: "¡Amén! ¡Aleluya!"
5 Y salió una voz del trono,
que decía: "Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos = y los que
le teméis, pequeños y grandes." =
6 Y oí el ruido de muchedumbre
inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos.
Y decían: "¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor,
nuestro Dios Todopoderoso.
7 Alegrémonos y regocijémonos
y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su
Esposa se ha engalanado
8 y se le ha concedido vestirse
de lino deslumbrante de blancura - el lino son las buenas acciones de los
santos". -
9 Luego me dice: "Escribe: Dichosos
los invitados al banquete de bodas del Cordero." Me dijo además:
"Estas son palabras verdaderas de Dios."
10 Entonces me postré a sus
pies para adorarle, pero él me dice: "No, cuidado; yo soy un siervo
como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de
Jesús. A Dios tienes que adorar." El testimonio de Jesús
es el espíritu de profecía.
11 Entonces vi el cielo abierto,
y había un caballo blanco: el que lo monta se llama "Fiel" y "Veraz";
y = juzga = y combate = con justicia. =
12 Sus ojos, llama de fuego; sobre
su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él
conoce;
13 viste = un manto empapado en
sangre = y su nombre es: La Palabra de Dios.
14 Y los ejércitos del cielo,
vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos.
15 De su boca sale una espada afilada
para herir con ella a los paganos; él = los regirá con cetro
de hierro; = él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera
de Dios, el Todopoderoso.
16 Lleva escrito un nombre en su
manto y en su muslo: = Rey de Reyes y Señor de Señores. =
17 Luego vi a un Ángel de
pie sobre el sol que = gritaba = con fuerte voz a todas = las aves que
volaban = por lo alto del cielo: "Venid, = reuníos para el gran
banquete = de Dios,
18 = para que comáis carne
= de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y
de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños
y grandes."
19 Vi entonces a la Bestia y a los
reyes de la tierra con sus ejércitos reunidos para entablar combate
contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército.
20 Pero la Bestia fue capturada,
y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio
de la Bestia las señales con que seducía a los que
habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen
- los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.
21 Los demás fueron exterminados
por la espada que sale de la boca del que monta el caballo, y = todas las
aves se hartaron de sus carnes." =
Apocalipsis 20
1 Luego vi a un Ángel que
bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del Abismo y una gran
cadena.
2 Dominó al Dragón,
la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó
por mil años.
3 Lo arrojó al Abismo, lo
encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más
a las naciones hasta que se cumplan los mil años. Después
tiene que ser soltado por poco tiempo.
4 Luego vi unos tronos, y se sentaron
en ellos, y = se les dio el poder de juzgar; = vi también las almas
de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y
la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni
a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron
y reinaron con Cristo mil años.
5 Los demás muertos no revivieron
hasta que se acabaron los mil años. Es la primera resurrección.
6 Dichoso y santo el que participa
en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre
éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán
con él mil años.
7 Cuando se terminen los mil años,
será Satanás soltado de su prisión
8 y saldrá a seducir a las
naciones de los cuatro extremos de la tierra, = a Gog y a Magog, = y a
reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar.
9 Subieron por toda la anchura de
la tierra y cercaron el campamento de los santos y de la Ciudad amada.
= Pero bajó fuego del cielo = y los devoró.
10 Y el Diablo, su seductor, fue
arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la
Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos.
11 Luego vi un gran trono blanco,
y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de
su presencia sin dejar rastro.
12 Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie delante del trono; = fueron abiertos unos libros,
= y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos
fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a
sus obras.
13 Y el mar devolvió los
muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que
guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.
14 La Muerte y el Hades fueron arrojados
al lago de fuego - este lago de fuego es la muerte segunda -
15 y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Apocalipsis 21
1 Luego vi = un cielo nuevo y una
tierra nueva = - porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron,
y el mar no existe ya.
2 Y vi la Ciudad Santa, la nueva
Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como
una novia ataviada para su esposo.
3 Y oí una fuerte voz que
decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres.
Pondrá = su morada entre ellos y ellos serán = su =
pueblo = y él = Dios - con - ellos, = será su Dios.
4 = Y enjugará toda lágrima
de sus ojos, = y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos
ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado."
5 Entonces dijo el que está
sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió:
"Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas."
6 Me dijo también: "Hecho
está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga
sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis.
7 Esta será la herencia del
vencedor: = yo seré = Dios = para él, y él será
hijo para mi. =
8 Pero los cobardes, los incrédulos,
los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras
y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre: que es la muerte segunda.
9 Entonces vino uno de los siete
Ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas
plagas, y me habló diciendo: "Ven, que te voy a enseñar a
la Novia, a la Esposa del Cordero."
10 = Me trasladó en espíritu
a un monte grande y alto = y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén,
que bajaba del cielo, de junto a Dios,
11 y = tenía la gloria de
Dios. = Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe
cristalino.
12 Tenía una muralla grande
y alta con doce puertas; y sobre las puertas, doce Ángeles y nombres
grabados, que son = los de las doce tribus de los hijos de Israel;
=
13 = al oriente tres puertas; al
norte tres puertas; al mediodía tres puertas; al occidente tres
puertas. =
14 La muralla de la ciudad se asienta
sobre doce piedras, que llevan los nombres de los doce Apóstoles
del Cordero.
15 El que hablaba conmigo tenía
una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su
muralla.
16 La ciudad es un cuadrado: su
largura es igual a su anchura. Midió la ciudad con la caña,
y tenía 12.000 estadios. Su largura, anchura y altura son iguales.
17 Midió luego su muralla,
y tenía 144 codos - con medida humana, que era la del Ángel
-.
18 El material de esta muralla es
jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro.
19 Los asientos de la muralla de
la ciudad están adornados de toda clase de piedras preciosas: el
primer asiento es de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de calcedonia,
el cuarto de esmeralda,
20 el quinto de sardónica,
el sexto de cornalina, el séptimo de crisólito, el octavo
de berilo, el noveno de topacio, el décimo de crisoprasa, el undécimo
de jacinto, el duodécimo de amatista.
21 Y las doce puertas son doce perlas,
cada una de las puertas hecha de una sola perla; y la plaza de la ciudad
es de oro puro, trasparente como el cristal.
22 Pero no vi Santuario alguno en
ella; porque el Señor, el Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su
Santuario.
23 La ciudad no necesita ni de sol
ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara
es el Cordero.
24 = Las naciones caminarán
a su luz, = y los reyes de la tierra irán a llevarle su esplendor.
25 = Sus puertas no se cerrarán
con el día = - porque allí no habrá noche -
26 = y traerán a ella el
esplendor y los = tesoros = de las naciones. =
27 Nada profano entrará en
ella, ni los que cometen abominación y mentira, sino solamente los
inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Apocalipsis 22
1 Luego me mostró el río
de agua de Vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios
y del Cordero.
2 En medio de la plaza, = a una
y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto
doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para
los gentiles. =
3 = Y no habrá ya maldición
alguna; = el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y los
siervos de Dios le darán culto.
4 Verán su rostro y llevarán
su nombre en la frente.
5 Noche ya no habrá; no tienen
necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor
Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los
siglos.
6 Luego me dijo: "Estas palabras
son ciertas y verdaderas; el Señor Dios, que inspira a los profetas,
ha enviado a su Ángel para manifestar a sus siervos = lo que
ha de suceder = pronto.
7 Mira, vengo pronto. Dichoso el
que guarde las palabras proféticas de este libro."
8 Yo, Juan, fui el que vi y oí
esto. Y cuando lo oí y vi, caí a los pies del Ángel
que me había mostrado todo esto para adorarle.
9 Pero él me dijo: "No, cuidado;
yo soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan
las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar."
10 Y me dijo: "No selles las palabras
proféticas de este libro, porque el Tiempo está cerca.
11 Que el injusto siga cometiendo
injusticias y el manchado siga manchándose; que el justo siga practicando
la justicia y el santo siga santificándose.
12 = Mira, vengo = pronto = y traigo
mi recompensa = conmigo = para pagar a cada uno según su trabajo.
=
13 Yo soy el Alfa y la Omega, =
el Primero y el Ultimo, = el Principio y el Fin.
14 Dichosos los que laven sus vestiduras,
así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán
por las puertas en la Ciudad.
15 ¡Fuera los perros, los
hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el
que ame y practique la mentira!"
16 Yo, Jesús, he enviado
a mi Ángel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias.
Yo soy el Retoño y el descendiente de David, el Lucero radiante
del alba."
17 El Espíritu y la Novia
dicen: "¡Ven!" Y el que oiga, diga: "¡Ven!" Y = el que tenga
sed, que se acerque, = y el que quiera, = reciba gratis agua = de vida.
18 Yo advierto a todo el que escuche
las palabras proféticas de este libro: "Si alguno añade algo
sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se
describen en este libro.
19 Y si alguno quita algo a las
palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte
en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en
este libro."
20 Dice el que da testimonio de
todo esto: "Sí, vengo pronto." ¡Amén! ¡Ven, Señor
Jesús!
21 Que la gracia del Señor
Jesús sea con todos. ¡Amén!
FIN
Agradecemos a THE WORK OF
GOD APOSTOLATE, de Australia, que publica en su portal la Biblia
de Jesusalén